Pablo Cimadevila ► Diseñador de joyas

"La joya más especial es siempre la siguiente"

▶Su canal de YouTube tiene más de cuatro millones de suscriptores. Un vídeo en el que transforma dos tuercas, "de la ferretería Echegaray", en un anillo con un diamante acumula más de 85 millones de visualizaciones. El excampeón paralímpico pontevedrés Pablo Cimadevila ha convertido su taller de joyería de Mourente en una referencia a nivel mundial
Pablo Cimadevila CEDIDA
photo_camera Pablo Cimadevila CEDIDA

La primera joya que diseñó Pablo Cimadevila (Pontevedra, 1978) fue para su abuela. Un anillo en el que grabó unos caracteres chinos. Fue hace más de 20 años. Hoy, su taller de joyería de Mourente recibe una media de 50 correos electrónicos diarios con encargos de todo el mundo. Sus clientes tienen que adaptarse a una lista de espera de entre 4 y 6 meses. Los vídeos que comparte en YouTube acumulan decenas de millones de visualizaciones. De hecho, el canal se ha convertido también en una fuente de ingresos para él. Los ‘youtubers’ siempre dicen que es complicado explicar cómo funciona este negocio y es totalmente cierto. Lo que ingresas no depende de tus suscriptores sino de las ‘views’. Los anunciantes colocan sus anuncios en tus vídeos y de ahí provienen las ganancias. Pero no es lo mismo lo que paga un anunciante en
los Estados Unidos que uno en España o en la India. Una media de lo que ganas podría ser de un euro por cada mil ‘views’". ¿Y cuánta gente forma parte del equipo que está detrás de sus vídeos? "Pues mira, el editor se llama Pablo, el director se llama Pablo, el protagonista se llama Pablo...", bromea. Porque es él el que se ocupa absolutamente de todo. "Si tienes papel y boli te digo el secreto. Apunta: G, O, O, G, L, E. En internet hoy está todo. Puedes aprender a hacer casi cualquier cosa. Solo tienes que querer". Dice que a él en todo esto le ha ayudado mucho su experiencia como nadador profesional. Cimadevila ha ganado cinco medallas en distintos Juegos Paralímpicos. "Lo mejor que me ha dado la natación no han sido las medallas, ha sido la capacidad de trabajo, la constancia y la disciplina".

¿Su vida está hoy totalmente alejada de la piscina?
A nivel profesional sí, pero a nivel personal no tanto. El agua es algo que va a estar siempre conmigo.

¿Echa de menos la competición?
Echo de menos a los compañeros, el ambiente, el tener una disciplina concreta y un objetivo claro marcado, en este caso, unos Juegos Paralímpicos cada cuatro años... Echo de menos esa rutina que tuve durante 20 años, pero la vida es mucho más, otros objetivos, otros sueños. Todo tiene su momento. Yo disfruté mucho de aquella etapa deportiva y hoy disfruto de la natación de otra manera, como hobby. Aunque siempre digo que seré nadador toda la vida. No se deja de ser nadador porque ya no se compita.

Pablo pelo suelto fuego detHoy se dedica a tiempo completo al taller de joyería que fundó con sus hermanos en 2014.
En realidad yo siempre compatibilicé mi faceta como deportista profesional con mi trabajo como diseñador de joyas. De hecho, cuando empecé a estudiar en la Escola de Arte e de Deseño Mestre Mateo de Santiago me perdí un mes de curso porque estaba en un campeonato en Nueva Zelanda. Te hablo del año 1999. Imagínate. Cuando terminé los estudios fue cuando volví a Pontevedra y creé con el taller de joyería. Luego me fui a la Blume a Madrid, a entrenar al Centro de Alto Rendimiento, cuatro años, y también seguí con el diseño de joyas. La natación y el diseño de joyas han sido las dos pasiones de mi vida. Cuando dejé de nadar en 2012, después de los Juegos de Londres, sí que decidí enfocarme en esta otra faceta y establecimos el taller en Pontevedra. Pero la empresa creo que existe en realidad desde 2000. Te digo de verdad que no recuerdo no estar haciendo joyas. 

¿Se acuerda de la primera que diseñó?
Sí, claro. Eso es como el primer beso. En realidad, me acuerdo de todas. De lo que no me acuerdo es de los nombres de los clientes. Pero es que el año pasado hicimos más de 100 pares de alianzas. Es imposible. La primera joya que hice fue en la escuela Mestre Mateo, un anillo con filigrana y azabache para mi abuela. Y recuerdo que le grabé unas letras chinas. No había ni internet ni nada, así que copié los caracteres que más me gustaban de un manual de una lavadora o algo así. ¡Vete a saber qué escribí! "Prelavado".

¿Y hace joyas para usted? ¿Se queda con alguna?
No, la verdad es que no. Porque, para mí, la joya más especial es siempre la siguiente que voy a hacer. Aplico lo mismo que aplicaba en el deporte cuando me preguntaban cuál era la competición más importante: la siguiente.

¿Fue importante para su empresa que Discovery Max emitiese una serie sobre su trabajo en 2015?
Yo era muy fan de ese tipo de formatos de ‘cómo se hace’: ‘American Chopper’ sobre motos, ‘Miami Ink’ sobre tatuajes... Me parecía que la joyería era súper interesante en este sentido, que la gente podía tener curiosidad sobre cómo se hace una joya. Y no había ningún programa específico sobre eso. Estuvimos trabajando dos años para sacar adelante un proyecto para televisión. Se lo ofrecimos a varios canales y solo Discovery Max se interesó por el formato. La temporada que hicimos funcionó bien, pero decidieron no renovarnos. Ellos decidieron eso y yo decidí crear mi canal de YouTube porque seguía convencido de que había interés por la joyería.

Ese canal tiene hoy 4 millones de suscriptores y alguno de los vídeos supera las 85 millones de visualizaciones
¡El de un chico que hace un anillo en Mourente con unas tuercas de latón compradas en la ferretería Echegaray! Sí, fue uno de los vídeos más vistos en YouTube el año pasado. Se hizo viral y me llevó a conseguir más de un millón de suscriptores en un mes. Me convertí en el canal del mundo que consiguió más suscriptores en un día: 300.000.

Pero todos sus vídeos cuentan las visualizaciones por millones. ¿Le sorprendió que su canal alcanzase ese éxito?
Sería falsa modestia si te dijese que no esperaba que funcionase. Estaba convencido de que sí. Está claro que Discovery Max estaba equivocado. Lo dicen los números, no lo digo yo. Pero esto no es que te toque la lotería. Es como una medalla olímpica. No es azar, son al menos diez años de trabajo duro. Esto es lo mismo: yo llevaba tres años con el canal, trabajando duro para hacer los vídeos como quería, aprendiendo... El primer año solo tenía 25.000 suscriptores. Esto no ha sido algo que haya pasado de la noche a la mañana.


Si uno entra en su tienda on-line (www.pablocimadevila.com) se encuentra información en inglés, en castellano y.... en ruso
Y en japonés también. Porque cuando tienes un negocio, debes centrarse en crear la menor fricción posible con tus clientes, ponérselo fácil. Si el 14% de los suscriptores de mi canal de YouTube son estadounidenses, quiero que me entiendan. Así que subtitulo los contenidos al inglés. Y si el 10% son rusos, pues lo mismo. ¿Da trabajo? Claro. Pero es que no te queda otra. Hoy más que nunca estamos en un mercado global. El 90% de mis trabajos son para fuera de España: Estados Unidos, Japón, Canadá... Mira, si hay algo que he aprendido en la vida es que hay que adaptarse. Te lo dice alguien que está en silla de ruedas desde los cuatro años. Lo de adaptarme a lo que hay es algo que llevo en mi ADN.

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