Una de indios y vaqueros

El escritor y periodista sarriano Manuel López Poy recupera el género del wéstern con la serie 'El forastero' de la editorial 66 RPM, en la que acaba de publicar la segunda novela

La portada de 'Estampida de odios'
photo_camera La portada de 'Estampida de odios'

TODOS LOS niños y niñas jugaron en alguna ocasión a los indios y los vaqueros. Subidos sobre una escoba o un palo los pequeños se sentían como si cabalgaran por el lejano oeste y estuvieran en una película de los actores John Wayne, Gary Cooper o Clint Eastwood, pero siempre atentos a un posible ataque de los indios. En todo wéstern no faltaba un saloon, en el que generalmente hacía su entrada un forastero empujando las puertas y cesando en el acto el murmullo.

Ese pistolero errante era el personaje que siempre elegía el escritor y periodista sarriano Manuel López Poy en los juegos de su infancia. "Eu era o vaqueiro que chegaba á vila", recuerda el autor, quien reconoce que se decantaba por este "para ir á miña bóla". La parte de detrás de su casa en la villa se convertía para aquellos niños en el lejano oeste, en el que se producían los encuentros entre los indios y los vaqueros.

Años después de aquellos juegos el sarriano se vuelve a convertir en un forastero, aunque en esta ocasión sobre el papel. Es el autor de una serie que precisamente se titula El forastero y que firma bajo el seudónimo de Samuel Shot. El primer tomo fue El mensajero del infierno y acaba de publicar la segunda parte, Estampida de odios, en la que López Poy regresa con las andanzas de Joe West, El forastero.

En la primera novela, este pistolero errante, con un oscuro pasado, se vio envuelto en un ajuste de cuentas, tras lo que desaparece. El personaje vuelve en el segundo episodio, en el que, buscando el anonimato, se une a un equipo de "cowboys" que está dispuesto a enfrentarse a todo y a todos para cumplir su misión: conducir ganado desde Texas al norte. Tiroteos, peleas con indios o ajustes de cuentas son algunas de las situaciones que vive en el nuevo libro Joe West, una persona "desvinculada e solitaria". "É un vaqueiro solitario, que chega á vila, intervén na historia, métese nalgunha lea e despois desaparece", según relata el escritor.

Este es un gran amante del wéstern, pues colecciona cine y es lector de cómics de esta temática. Su afición al género fue lo que llevó a que le encargara estas novelas la editorial 66 RPM, con la que ya había publicado anteriormente un libro de relatos de blues, Los días azules. "Propuxéronmo e eu encantado", apunta.

La serie "El forastero" forma parte de una colección denominada Pulp. Con este nombre eran conocidas las novelas de a duro y pretende ser un homenaje a esas obras, que en su mayoría se sacaban bajo seudónimo. De ahí que Manuel López Poy también firme con un alias la serie El forastero. Las obras pulp contaban con tiradas de «200.000 a 250.000» ejemplares al mes. Los autores eran "uns auténticos proletarios da literatura", dice. "Era unha literatura sen ambicións, para entreter", indica el escritor sarriano.

Reconoce que le divierte "moito" dar vida a estas historias del género wéstern, su preferido junto al policiaco. Las dos novelas tienen un importante trabajo de documentación. Para muestra, un botón. El autor incluso consiguió a través de internet un diccionario de castellano-comanche, de forma que "os indios falan indio realmente". También están documentadas las armas, los lugares son reales y en las obras se introdujeron algunos hechos históricos, explica.

Manuel López Poy es autor de varios cómics, como la colección titulada La espada de San Eufrasio, de la que ya sacó dos episodios junto a Pepe Rey. En estas obras las ilustraciones son del barallés Miguel Fernández, quien vuelve a colaborar con el sarriano en El forastero. El dibujante se encargó de hacer las imágenes de las portadas de los dos tomos.

El mensajero del infierno y Estampida de odios están funcionando "bastante ben" y suponen un "revival" del género wéstern, siendo en la actualidad Manuel López Poy "un dos poucos" que escribe sobre esta temática, explica. Las obras atraen a aficionados del cine del oeste, así como a personas que en su infancia leían novelas de esta temática o bien veían como lo hacían sus padres.

Ahora, de la mano del escritor sarriano, los lectores podrán volver a vivir grandes aventuras en el salvaje oeste, entre indios, "sheriffs", vaqueros, forajidos y las chicas del "saloon".

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