Álex Pombo: "A veces hay que salir de casa pasa sentirse valorado"

Después de un largo confinamiento en Aranda de Duero y la incertidumbre por el ascenso,
el extremo derecho pontevedrés comienza a ver la luz
Álex Pombo
photo_camera Álex Pombo. TANIA POMBO (CEDIDA)

El jugador de Villa de Aranda salió de la cantera del Teucro, debutó en Asobal con Cangas y pasó por el Cisne. Ahora, Álex Pombo (Pontevedra, 1992) ha encontrado su mejor versión en su primera experiencia lejos de Galicia con un Villa de Aranda con el que regresa, renovación mediante, a la máxima categoría.

Ha estado solo y confinado en Aranda. ¿Cómo está?
Harto, cansado… echas mucho de menos jugar y hacer deporte en general. Te cuesta dormir… Es una situación totalmente nueva. Así que toca esperar que pase pronto porque no es saludable. Necesitas hacer deporte. Lo bueno es que ahora hay margen de maniobra para poder ponerte en forma.

En el aspecto positivo, hace unos días Aranda anunció su renovación. ¿Lo esperaba?
La verdad es que fue todo bastante rápido. No hablamos demasiado sobre el tema. Me dijeron si quería renovar y dije sí. Estaban contentos conmigo y no había mucho que pensar. Estoy muy contento aquí. Cuando renové, aún no sabíamos si íbamos a estar en Asobal y yo ya acepté. Al final, es cuestión de apostar por lo que te da la felicidad.

Ha tenido que salir de Galicia para volver a ser feliz.
Algunas veces, cuando estás en Galicia y todos te conocen, no te valoran tanto. Cuando vienes de fuera, es otra cosa. En casa no es que no estés cómodo. Pero siempre quieres vivir una experiencia para sentirte profesional. Todos los años he tenido gente al lado muy profesional, pero la ambición de este club es muy importante. Además, este pueblo se deja la vida por el balonmano y eso te lo contagian.

Parece que se ha reencontrado un poco consigo mismo.
Sí, la verdad es que sí. Estamos en un equipo en el que el entrenador hace que sumemos todos. Estoy muy contento. Alberto ha contado conmigo. He mejorado en defensa y estoy siendo más efectivo.

¿Es el club más profesional y con más ambición en el que ha estado?
Es diferente. En Cangas se vive muchísimo el balonmano, pero es de otra manera. Aquí el club acapara toda la atención. La forma en cómo se vive hace que te entre en la sangre. Todo el mundo está pendiente. Cuando ganas, la gente está contenta, te para por la calle… Hay que vivirlo para entenderlo.

¿Se toma esto como una oportunidad de demostrar que puede jugar en la Liga Asobal?
Estuve dos años en Cangas. Pero en el primero, en la segunda jornada me rompí el ligamento cruzado de la rodilla. El segundo año estaba bien, pero siempre te quedan dudas y molestias: si no te duele la rodilla, te duele el tobillo. Es difícil. Más que ganas de demostrar, tengo ganas de mostrar. Quiero disfrutar la experiencia de verdad, con un rol importante. En aquella etapa en el Cangas yo era más joven, tenía delante a Suso Soliño… tenía un rol secundario. Aquí, con Alberto Suárez, todos sumamos. Estoy ilusionado por jugar, con ganas de ver la capacidad que tiene el equipo.

Da la sensación de que Aranda es un club con recursos de Asobal.
Sí, por los recursos y los jugadores que tiene, podría ser un equipo perfectamente de Asobal. Lo que pasa es que hay que demostrarlo. Creo que podemos rendir bien. Confío en la gente y en el esfuerzo humano que se está haciendo por detrás. Hay que demostrar que puedes estar ahí. Va a estar difícil, pero no queda otra que pelear.

¿Cómo ha llevado esta incertidumbre tan larga por el ascenso?
Llega un momento que se dicen tantas cosas… Todo el mundo escucha de todo: que no se va a ascender, que se asciende seguro, que va a haber un play-off… Yo dejé de escuchar todo. Dije: ‘voy a esperar hasta que salga algo más oficial’. Porque todo el mundo decía que sí, luego que no. Después hablas con el Cisne y decía que si no subía iba a denunciar porque era un dinero perdido. Yo soy de los que opina que tú has gastado unos recursos para llegar ahí y no puedes dar marcha atrás al reloj como si no hubiera pasado nada. ¿Lo de fase? Es que no hay tiempo físico. ¿Cuándo la haces? ¿En agosto y luego empiezas la liga en septiembre? Los jugadores no están preparados para la exigencia de una fase estando así parados. Necesitas más tiempo.

¿Y considera que se lo han ganado en la pista?
Totalmente. Nunca se sabe lo que iba a pasar, pero en las últimas jornadas estábamos bien para alcanzar el primer puesto. Quedaban nueve jornadas, el Cisne había perdido dos partidos seguidos… Había muchísimo por resolver y la cosa se estaba igualando. Estábamos en un momento muy bueno, aunque el último partido lo perdimos contra Antequera. Creo que podíamos haber acabado siendo primeros. Pero eso nunca se sabe. A toro pasado, puedes decir lo que quieras.

¿Sabe igual ascender así?
Este ascenso siempre va a tener un asterisco. El no poder celebrarlo me dejó un pelín frío. Estábamos todos muy contentos cuando se supo, obviamente. Pero me hubiese gustado celebrarlo. Aún así, mantengo la ilusión. Tengo ganas de saber lo que el equipo es capaz de dar en la máxima categoría y sobre todo saber lo que soy capaz de dar yo. Hasta qué nivel puedo llegar.

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