Carolina Sánchez, bendita promesa

Su carrera comenzó como un juego, tras una promesa a su padre y a día de hoy Carolina Sánchez asegura que ese pacto fue lo mejor que puedo hacer ya que ahora no entiende su vida sin el baloncesto, una disciplina en la que tiene un futuro prometedor siendo una de las potenciales estrellas del Club Baloncesto Arxil.

Corría el año 2014 cuando Carolina acudió a "un campeonato 3x3 escolar que hacía el Arxil" y antes de acudir a él le hizo una promesa a su padre. "Él y mi hermano llevan jugando desde siempre al baloncesto y les prometí que si me decían de probar en el Arxil lo haría, pero que si no me decían nada seguiría jugando al voleibol".

Su sorpresa llegó cuando tras el campeonato "me dijeron que fuese a probar y como se lo había prometido a mi padre, ese mismo día llamé al club y fui a entrenar con ellos", explica Carolina que asegura que "me motivó que me dijesen de apuntarme y a día de hoy tengo claro que fue lo mejor que puede hacer".

De ese primer entrenamiento recuerda que "fue durísimo", pero que se dio cuenta de que "me gustaba que me metieran caña a la hora de entrenar y, por ejemplo, en voleibol los entrenamientos eran más tranquilos y no eran tan divertidos" y esas fueron las razones por las que decidió cambiar una disciplina por la otra y comenzó su camino en el mundo del baloncesto.

Este año, siendo todavía junior, Carolina jugó con el Arxil Mafari, segundo equipo sénior de la entidad pontevedresa, una nueva aventura muy positiva para ella ya que "hay muchísimo más nivel, juegas contra gente más mayor, de todas las alturas y tamaños y es una experiencia diferente, otro nivel de motivación".

A día de hoy es una de las jugadoras con mayor proyección de la cantera verde y se prepara para dar el salto a Liga Femenina 2, un sueño para ella. "Voy a intentar entrar en una universidad que esté cerca para poder jugar en Liga Dos, es lo que me gustaría hacer, mi sueño a corto plazo". Sin embargo Carolina no se queda ahí y es que tiene claro que "quiero jugar toda la vida al baloncesto, entonces me gustaría llegar lo más alto posible, aspirar a lo máximo que pueda y, si puede ser, hacerlo de manera profesional".

Sueños que le motivan cada día a entrenar y mejorar, a darlo todo en casa entrenamiento y partido. Pero no solo eso la empuja y acompaña en cada partido ya que, tal y como ella expresa, "el apoyo de mis amigos y mi familia es lo que me anima para llegar lo más lejos posible".