Homenaje eterno a Torrado

El Comité Olímpico Español entregará el sábado al recuperador pontevedrés una de sus principales distinciones "por ser un referente en el deporte español"

José Luis Torrado, en una imagen de archivo. DAVID FREIRE
photo_camera José Luis Torrado, en una imagen de archivo. DAVID FREIRE

Por ser una pieza clave en el deporte nacional, el Comité Olímpico Español entregará el próximo sábado, a las 13.00 horas, una de sus principales distinciones a José Luis Torrado Casal.

De esta manera el movimiento olímpico español rinde tributo a una pieza clave del deporte, según lo ha definido en más de una ocasión el presidente del COE, Alejandro Blanco que acudirá este sábado al teatro Principal para rendirle a O Bruxo uno de sus más deseos homenajes.

La vida de Torrado estuvo dedicada al deporte, pero especialmente al movimiento olímpico por el que ha sentido debilidad. Acudió a los Juegos de México 68, Múnich 72, Seúl 88, Barcelona 92 y Atlanta 96. En varias ocasiones tanto Anselmo López como Alfredo Goyeneche y Juan Antonio Samaranch le prometieron la orden olímpica, distinción que nunca ha llegado, por lo que es ahora cuando el COE le rinde homenaje "en un ejercicio de memoria y de justicia", según explicaron fuentes cercanas al organismo que preside Blanco.

José Luis Torrado, con una caricatura suya y un dibujo de Cobi, mascota de Barcelona 92. ADP
José Luis Torrado, con una caricatura suya y un dibujo de Cobi, mascota de Barcelona 92. ADP
 

La entrega de esta distinción servirá para que se den cita en Pontevedra algunas de las leyendas del deporte español como Ignacio Sola, el único recordman olímpico español; Juan Antonio Corbalán o Vicente Ramos, así como exdeportistas que coincidieron con el pontevedrés durante su dilatada trayectoria.

TRAYECTORIA. Hay pocas palabras que puedan definir la trascendencia de una persona, porque su importancia va más lejos que la labor cotidiana en su disciplina. José Luis Torrado Casal fraguó en su etapa moza un palmarés brillante en una época en la que ser deportista era casi como una temeridad en una sociedad alejada de la actividad física.

José Luis Torrado, trabajando en su centro de recuperación. ADPAquel chaval que nació en Ferrol, que se crió en Lugo, a donde se desplazó su familia, y se hizo hombre en Pontevedra destacó en un atletismo cuya gloria se forjaba sobre ceniza. Se colgó el oro en los Juegos Nacionales Laborales de 1957 sobre los 400 metros en los que logró una brillante marca en las semifinales. Más tarde reafirmó su dominio en la distancia al proclamarse campeón de España absoluto en uno de los días más emotivos de su vida –a pesar de que posteriormente llegaron momentos gloriosos– ya que en la grada del estadio de Riazor estaba su padre, postrado en una silla de ruedas desde hacía un tiempo. Gracias a la colecta que hicieron los amigos de Torrado, para que pudiera ver a su hijo volar sobre la vieja pista de A Coruña, en la que le derrotó el alemán Francisco Ruf. Debido a su condición de extranjero, a lo más alto subió este pontevedrés de corazón.

Fue víctima de la situación económica de España y del poco interés de la sociedad por el deporte, especialmente por todo aquello que no fuera fútbol. Probablemente si viviera en otra localidad de nuestra geografía podría haber compaginado el atletismo de alta competición con su trabajo diario, pero debido a las circunstancias familiares, el sueldo del joven Torrado era el único sustento de la saga. El sueño de ser un deportista afamado quedó en eso.

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