Jenny Lores: "Sueño más con ver mi liga totalmente profesionalizada que con retos individuales"

Generated by  IJG JPEG Library
photo_camera Jenny Lores (derecha), junto a Iria Saeta en casa. CEDIDA

La pandemia por la Covid-19 frenó en seco una temporada para el recuerdo de Jenny Lores (Pontevedra, 1991). Dejó el Poio Pescamar para irse a Burela y la experiencia estaba siendo muy positiva, con títulos y la llamada de España. Ahora pasa la cuarentena en Poio, junto a su gran amiga y excompañera Iria Saeta. 

Está de vuelta en Pontevedra. 
En cuanto nos dijeron que no entrenábamos el dichoso viernes 13, cogí mis cosas y me vine para Pontevedra. Pensaba que iba a ser un fin de semana con mi familia. Al final, me vi aquí y decidí meterme en casa con Iria y con otra compi suya del Poio (Mirian). Estamos más entretenidas, porque al final en mi casa estando tantos días con mi madre me volvería loca (ríe). 

Ahora les toca entrenar 'de gimnasio'. 
Tenemos esa rutina bastante marcada. Intentamos hacer doble sesión, pero hay días que el cuerpo no está y la cabeza no quiere, así que a veces nos empujamos un poquito. Más ella a mí. Hay días que estoy motivada, pero otros me cuesta bastante. No tengo la ilusión de hacer algo porque me gusta, como me pasa con el fútbol sala. Si hacemos esto es por responsabilidad. Al final, hay que estar bien. 

Lo peor será la incertidumbre psicológica. 
Sí, porque estás entrenando y pensando: '¿pero cuándo volveré yo a jugar? ¿Me iré a Burela y acabaré la temporada? ¿Van a dar por terminada esta liga como si no hubiese existido?'. Físicamente también pesa. Llevamos 40 días encerradas. No es lo mismo entrenar una hora y media todos los días a una velocidad súper explosiva y con balón que estar aquí haciendo core. El cuerpo se habitúa. Estamos en una burbuja. El otro día tuve que ir andando hasta el hospital y pensé que me moría. Y solo iba caminando. Imagínate correr. Necesitaremos mucho tiempo para volver a la normalidad. 

Para usted estaba siendo un año muy bueno. 
Yéndome a Burela sabía que iba a optar a cosas, pero no me esperaba que fuese tan bien. No puedo decir nada malo. Ganamos los dos primeros títulos (Supercopa de España y de Europa), luego la llamada con la Selección… Eso ya no me lo quita nadie.

La selección no era una meta. Y por eso creo que la disfruté más. No era algo con lo que contase. Y menos con 28 años

Cuando llegó el nivel le pareció altísimo. Pero se ha ganado muchos minutos. 
Al ser una jugadora de equipo, creo que es más fácil acostumbrarse. Consigo con trabajo mis minutos. Aún así es muy difícil hacerse un hueco. El entrenador lleva muchos años, ya tiene a sus jugadoras… y las que llegamos nuevas tenemos que pelearlo todo un poquito más. 

¿En qué ha mejorado este año? 
En conocimientos. Aprendí muchísimo este año de fútbol sala. De escuchar a Julio (Delgado), de ver a las compañeras… El sistema que hay en Burela es el más complicado y completo dentro de la liga, junto con el del Futsi. Maduré por mirar, por copiar, por escuchar… Si me hice un poquito más jugadora es por estar en un equipo grande. Aún así, incluso ahora estaba perdida (ríe). Había días que decía: 'ay Dios mío'. Hay que pensar mucho en esos entrenamientos. El entrenador hace tareas en las que hay que darle mucho al coco. No estaba acostumbrada a ese ritmo. 

¿Burela puede llegar a asentarse entre los grandes? 
Eso se basa en títulos. A nivel club, creo que es el mejor de España. Mejor que Futsi, de largo. Todas las jugadoras estamos cotizando y aseguradas. Con un convenio colectivo. Es el único club en España que tiene a absolutamente a todas así. Por detrás está el Poio, que está currando muchísimo y se está acercando. A nivel títulos, el Futsi está un poquito por encima. Pero a Burela solo le faltan más títulos. Porque profesionalidad, el que más. 

Tengo la misma pasión cuando juego en la selección que cuando lo hacía en una liga local

Este año también le llegó la llamada de la selección española.
Para mí desde la primera llamada hasta la cuarta, todas fueron una sorpresa. No me esperaba que me fuesen a llamar ni que volviesen a hacerlo. Cada día que tenía el mensaje 'vuelves a ir convocada' para mí era un sueño. La emoción es indescriptible. Es muy bonito. 

¿Había dado por perdido ya el llegar a ser internacional? 
No era una meta. Yo me considero una jugadora de equipo. Disfruto entrenando y jugando. No tenía la aspiración de rendir para llegar a la selección. No era un objetivo en mi vida. Y creo que por eso la sorpresa es mayor. Es más bonito así. Fue brutal. No es algo con lo que contase, y más con 28 años y siendo nueva en un equipo. 

¿Con qué sueña ahora? 
Me hacen ilusión cosas que igual la gente piensa que son tonterías: me encantaría que todos los equipos de mi liga tuviesen a todas las jugadoras en buenas condiciones y aseguradas. Que puedan ser todas las futbolistas profesionales. Que eso pasase el día de mañana y poder vivirlo... Es que pienso más en el colectivo. Quiero que el fútbol sala femenino gane. Aunque a nivel individual, sí que es cierto que me gustaría jugar algo grande con la selección o con el Burela. 

Debutó hace seis años en Primera sin grandes expectativas y ahora es internacional. ¿Dónde está el secreto?
Simplemente en vivir el momento. Es que yo disfruté siempre jugando al fútbol sala. Desde los seis años. Nunca pensé 'voy a dejarlo', como muchas. Yo siempre tuve ganas. Y creo que ese querer aprender y superarse ayudó. Me gusta mucho fijarme en mis compañeras. Así que creo que ese secreto puede estar en la pasión por el fútbol sala. Tenía la misma jugando en una liga local que ahora en la selección.

"Esto es una 'putada': éramos el único que estaba para poder ganarlo todo"

¿Cómo va esa rodilla? 
Llevo casi dos meses con ella tocada. Tuve una bursitis por un golpe. Estuve una semana de baja, volví a la pista, pero de repente, noté que me volvía a doler. Cuando llegué al banquillo me di cuenta de que tenía una pedazo de bolsa dentro que parecía un globo de agua. Me quitaron sobre 50 mililitros de sangre y líquido. Aún noto cierta tirantez. Estoy dada de alta, pero no es mi rodilla de siempre. Tengo que ir adaptándome. 

Estaba siendo un gran año a nivel colectivo. 
Se resume diciendo en que éramos el único equipo de la liga con opciones de ganarlo todo: la Copa Galicia, la Copa de la Reina y la liga. Futsi se quedó fuera de la Copa de la Reina y eso es algo a destacar y demuestra el nivel al que estábamos. Es una putada, porque estábamos para poder llevárnoslo todo.

Comentarios