La cuerda se rompe por Luismi

El Pontevedra destituye al entrenador vigués por la mala dinámica de "resultados y juego" ▶ Lupe Murillo reconoce que "había que hacer un cambio", pero apela a la "falta de actitud de los jugadores" ▶ El técnico mantiene silencio
Luismi, saliendo de las oficinas de Pasarón tras ser cesado. DAVID FREIRE
photo_camera Luismi, saliendo de las oficinas de Pasarón tras ser cesado. DAVID FREIRE

Fin a la era Luismi en el Pontevedra Club de Fútbol. Un año y diez meses después de convertirse -primero de forma interina y después permanentemente- en el responsable del banquillo del primer equipo, Luismi Areda dejó de ser el responsable del banquillo de Pasarón. La mala dinámica de "juego y resultados", como aseguró la presidenta Lupe Murillo en rueda de prensa tras el cese, fue el detonante para "buscar un cambio".

El hecho de reiterar los errores de los últimos partidos y encajar tres goles ante el colista en los primeros 27 minutos fue el detonante que provocó el cese. El pasado domingo, al término del partido, el consejo de administración se reunió sin Lupe Murillo (se encontraba de viaje por motivos personales) para analizar la situación. En el club no se comprendía el porqué de esos malos inicios, ya que el del Getafe B se unió a los de Valdebebas, Atlético de Madrid B en casa y A Malata. "Me entristece es ver esos primeros minutos de los partidos, con falta de actitud de los que están en el campo", señaló Murillo, en una clara referencia a los jugadores a los que hizo "un llamamiento" porque "este equipo debe dar muchísimo más".

Luismi abandonó la sede del club entristecido tras despedirse de los empleados de la entidad, pero sin querer dar declaraciones

Así, tras llegar a una serie de conclusiones que trasladaron en la noche del domingo a la máxima dirigente del club, este lunes fue Murillo la que acudió al estadio para reunirse con el director deportivo, Roberto Feáns, y terminar de perfilar de decisión de destituir al técnico. La presidenta llegó pasadas las 11.00 horas y en torno a las 13.00 fue el turno de Luismi Areda, que entró en las oficinas con un semblante serio, seguramente sabedor ya de su destino. Poco más de 20 minutos después, el propio Luismi abandonó la sede del club entristecido tras despedirse de los empleados de la entidad, pero sin querer dar declaraciones, una postura que mantendrá en los próximos días, ya que no quiere generar más ruido a un club que le dio la oportunidad de entrenar en Segunda B.

La presidenta quiso dedicar unas palabras de cariño hacia Areda, con el que tenía "una relación personal" y al que no fue "fácil" despedir

Una hora después, en torno a las 14.30 horas y minutos después de que el PCF emitiese un comunicado oficial anunciando el fin de su relación con el técnico, Lupe Murillo compareció en rueda de prensa. La presidenta quiso dedicar unas palabras de cariño hacia Areda, con el que tenía "una relación personal" y al que no fue "fácil" despedir por su "tremenda implicación desde que se puso a disposición del primer equipo". "A veces hay que tomar decisiones que no tomaríamos si nos llevara el corazón. No nos ha quedado más remedio", apuntó la máxima accionista.

"En un club siempre hay que buscar un culpable. Y en este caso ha sido Luismi. Pero claro que todos tenemos parte de culpa. Yo la asumo en primera persona. Pero todos tenemos mucho más que dar", apuntó Murillo, que recalcó que sigue considerando a la plantilla "como una de las mejores en los últimos años". "Soy la primera interesada que las cosas vayan bien. Yo misma he dicho por segunda vez en cinco años que quería ascender y que creía que este equipo podía. Si no creemos nosotros, no lo vamos a hacer nunca. Y este también es el primer mensaje para el equipo. Si os creéis que sois buenos y podéis llegar, llegaremos. Si ni siquiera creéis vosotros, no vamos a hacer nada", añadió.

En la misma línea, Murillo destacó que es "la primera" que sufre cada domingo cuando "ve lo que ve en el campo", pero "tengo que pensar que si no apoyamos al equipo va a ser complicado que se salga de la situación". "Son nuestros jugadores y nuestros colores, tenemos que apoyar al máximo para que den lo mejor", pidió.

UNA SALVACIÓN, UNA COPA FEDERACIÓN Y UN SEXTO PUESTO EN MENOS DE DOS AÑOS

Luismi Areda subió del Juvenil como solución de emergencia y cumplió hasta su último mes

Un año y algo más de diez meses fue tiempo suficiente para cumplir, sobradamente, los objetivos marcados. Luismi Areda deja el Pontevedra, un club en el que ya militó dos temporadas como jugador a principios del siglo XXI, con una salvación, una Copa Federación y un sexto puesto en su haber como técnico.

Después de iniciarse como entrenador en las categorías inferiores del Celta de Vigo, donde dejó un grato recuerdo en muchas familias de jugadores por su trato cercano, el entrenador vigués dirigió a Atios y Mondariz. Después de su paso por los dos equipos sénior, Roberto Feáns (con quien coincidió como jugador granate) y Jesús Ramos le reclutaron para entrenar al Juvenil A del Pontevedra en su regreso a la División de Honor tras la marcha de Óscar Guimeráns. Era el verano de 2017 y tras una gran primera vuelta en la que brillaron Juan, Jesús, Garrido, Iñaki, Antón o Rivera (todos ellos debutaron posteriormente en el primer equipo), el Pontevedra le pidió que dirigiese el primer entrenamiento del año 2018 con los ‘mayores’ tras el cese de Luisito.

Esta temporada, las tres últimas derrotas, unidas a la goleada del Racing de Ferrol, acabaron con el crédito del técnico vigués

Tras varios años de éxitos con el técnico de Teo, el PCF se encontraba en posiciones de play-out al término de la primera vuelta. El objetivo no era otro que sacar la temporada adelante y evitar un descenso a Tercera División que hubiese significado una puñalada al corazón del proyecto de Lupe Murillo.

Con la dificultad añadida de tener que lidiar con la Copa Federación, una competición en la que el club quería seguir vivo por el premio económico, Luismi Areda y los suyos lograron la salvación en el último partido. El balance, siete victorias (tres de ellas, a domicilio y claves), cinco empates y siete derrotas para sumar un total de 26 puntos. A ello se le sumó el título de Copa Federación, con el triunfo en la final ante el Ontinyent.

Al año siguiente, ya iniciando un proyecto desde el principio, el PCF logró olvidar su mal año anterior y peleó hasta el penúltimo partido por el play-off de ascenso. Finalmente quedó sexto, a tres puntos de la cuarta plaza. Sus números: 18 victorias, ocho empates y 12 derrotas, además de 45 goles a favor y 38 en contra.

Esta temporada, las tres últimas derrotas, unidas a la goleada del Racing de Ferrol, acabaron con el crédito del técnico vigués, que se ganó el respeto de la plantilla, trabajadores del club y de la prensa desde su cercanía.

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