Mundial, dulce hogar

El exjugador brasileño del Cisne Colegio Los Sauces, Guilherme Linhares, ha vuelto a su casa, Pontevedra

Guilherme Linhares durante una jugada del partido del pasado martes ante Portugal. JOSÉ LUÍZ OUBIÑA
photo_camera Guilherme Linhares durante una jugada del partido del pasado martes ante Portugal. JOSÉ LUÍZ OUBIÑA

LAS DESPEDIDAS son difíciles y más si una persona parte de un sitio en el que ha estado arropada por grandes amigos que han llegado a convertirse en su familia. Cuando alguien se va de un sitio en el que su estancia ha sido inmejorable, siempre desea volver y si lo quiere de verdad, siempre vuelve. Es el caso de Guilherme Linhares, que hace menos de un mes dijo adiós a Pontevedra -donde vivió durante dos años-, ya que la próxima temporada no continuará jugando en el Cisne. Linhares comenzará una nueva aventura en Bosnia.

Su adiós parecía indefinido, pero no fue así. Linhares vuelve a estar en la ciudad del Lérez, en esta ocasión con la selección júnior de Brasil, su país, que se encuentra participando en el Campeonato del Mundo de balonmano. Además, el combinado brasileño está encuadrado en el Grupo D, cuyos partidos se celebran en Pontevedra.

Todo esto pilló por sorpresa a Linhares, ya no solo el hecho de volver a la Boa Vila antes de lo que se pensaba, si no por el hecho de estar en un Mundial, algo que ansiaba desde pequeño.

El brasileño no pudo esconder su felicidad a Diario de Pontevedra: "Estoy muy contento", afirmó. Y es que lo cierto, es que Linhares no se esperaba la convocatoria. "Como todo el mundo sabe, esta última temporada con el Cisne Colegio Los Sauces no tuve muchos minutos, por lo que no lo contaba con esto para nada. Al final, los seleccionadores vieron los videos que les mandé, les gusté y me llamaron", explicó.

"Esta temporada no tuve  muchos minutos con el Cisne, por lo que no contaba con entrar en la convocatoria"

La convocatoria de Linhares llegó justo después de finalizar la temporada con el Cisne Colegios Los Sauces, una campaña en la que el brasileño no tuvo demasiada relevancia en el equipo. Además, cuando la selección de Brasil le llamó, el jugador ya se encontraba en su país de vacaciones por lo que "pude formar parte de la preparación completa y les gusté. Ahora estoy muy contento".

La felicidad de Linhares tiene un extra y es que el primera línea nunca antes había ido convocado con su selección: "Es la primera vez que voy convocado y por lo tanto es el primer Mundial en el que participo. Creo que va a ser algo que me va a acompañar toda la vida. Es mi último año como júnior, entonces, al ser el último de esta categoría, estoy más contento aún".

"Es la primera vez que estoy con la selección y por lo tanto en un Mundial; esto me va a acompañar toda la vida"

A todo lo anterior hay que sumarle el factor de la cancha en la que se está disputando el Mundial, Pontevedra, la ciudad que le robó el corazón. Para Guilherme ha sido como volver a su hogar. "La verdad es que estando aquí en Pontevedra me siento como en casa. Desde el primer momento que llegué a esta ciudad, todo el mundo me acogió muy bien y me sentía como en una familia. Tengo muchos amigos y siempre los tengo en consideración. Para mí es eso, una familia", anotó muy orgulloso.

Por eso, durante el primer partido de Brasil en el Mundial, que fue ante Portugal, Linhares pudo sentir el calor de la grada en la que estaban sus compañeros y amigos: "Me sentí muy arropado. Antes del partido todos me dieron muchos ánimos y después me dieron la enhorabuena por haber conseguido la victoria. Me sentí muy bien y muy feliz".

"Estando en Pontevedra me siento como en casa y me sentí muy arropado tanto antes del partido como al final

No podían irle las cosas mejor a Linhares, que además fue capaz de ganar con Brasil a la selección lusa, una de las aspirantes al título mundial. Tanto él como sus compañeros, "no nos esperábamos ganarle a Portugal. Teníamos un pie atrás y pensábamos que íbamos a perder de paliza, pero no fue así. Al final venimos aquí a demostrar lo que valemos, no estamos de vacaciones. Venimos a jugar y a ganar".

A pesar de sumar ya una victoria en el campeonato, Linhares tiene los pies en el suelo y es consciente de que "no hay ningún equipo más asequible que otro. Cada uno juega a su manera y cada uno tiene sus puntos débiles y fuertes", matizó. 

"Venimos a jugar y a ganar"

"Seguro que va a haber un punto de inflexión aquí y me tendrán en cuenta para el futuro", remató Linhares, que quizás en unos años esté representando a su país con la selección absoluta.

Muy personal
Un equipo:
Suelo seguir a muchos, pero sobre todo al Barcelona y al PSG. 

Un referente:
El lateral derecho del PSG, Nedim Remili.

Un sueño:
Llegar a ganar la Champions algún día.

Un objetivo:
Llegar a la lucha por las medallas en este Mundial.

¿Eres supersticioso?: 
La verdad es que no, no creo en esas cosas.

¿Manías antes de jugar?
Si en un partido llevo unos calcetines o una camiseta interior y me sale bien, en el siguiente me vuelvo a poner lo mismo.

¿Mejor compañero de Brasil?
Tengo buen rollo con todos.

¿Compañero de habitación en el hotel?
Leo Cormelatto.

¿Qué serías si no te dedicases al balonmano?
Seguiría metido en el mundo del deporte haciendo algo de entrenador personal o así.

Otro deporte:
El fútbol.

Un país:
España.

Destino de viaje:
Hay muchos, pero me gustaría ir a Francia o Macedonia.

¿Eres creyente?
Sí y aunque no rezo siempre, pido y doy agradecimientos.

Defínete en tres palabras:
Guerrero, humilde y entregado.

Estilo de música:
Folk, típico de Brasil.

¿Última serie que has visto?
Lucifer.

En tu infancia fuiste...
Muy feliz.

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