1-2. El Pontevedra pierde en el descuento y se abona a sufrir hasta el final

El conjunto granate volvió a padecer los mismos males que le han condenado en esta triste temporada
Un jugador del Pontevedra se lamenta. JAVIER CERVERA
photo_camera Un jugador del Pontevedra se lamenta. JAVIER CERVERA

Un tanto de Koné en el tiempo añadido, tras un grotesco error de Imanol, condenó al Pontevedra a una derrota (1-2) durísima ante el Sporting B que le obligará a pelear hasta la última jornada para no caer a la Tercera División. En el partido que debía impulsarle hacia un final de liga tranquilo, el cuadro granate se hizo el harakiri. Arrancó perdiendo y pese a empatar, nunca dio la sensación de poder llevarse el triunfo a través de un fútbol superior al de su rival.

De inicio, el Pontevedra volvió a padecer los mismos males que le han condenado en esta triste temporada y que parecía haber dejado atrás con sus tres porterías a cero consecutivas. El equipo no entró del todo bien al encuentro y fue incapaz de imponer su ritmo. Pero más allá de este lógico impás inicial, al cuadro granate le penalizó nuevamente su debilidad defensiva. En el primer ataque de verdad del Sporting B, el conjunto de Luisito encajó el primer tanto. Berto puso el 0-1 al minuto seis. Los locales volvían a las andadas: tocaba remar.

Y lo hizo el Pontevedra, aunque con muchísimas dudas e inseguridades hasta que Luisito dio con la tecla en el segundo cambio de estructura que implantó. Con tres centrales y carrileros para igualar el dibujo de su rival, el bloque local empezó a encontrar el camino hacia la meta de Yoel. Le faltó más brillantez, pero a base de insistencia en centros laterales, acabó encontrando el empate pasado el ecuador del primer acto. Bueso centró desde cerca del pico del área, Álex no conectó la chilena, la defensa falló en bloque y Rufo controló y embocó a gol. 

Rufo celebra su gol. JAVIER CERVERA

Con el 1-1 parecía que el partido iba a caer rodado ante la evidente fragilidad del Sporting. Pero el PCF fue un quiero y no puedo. Impreciso y con poca continuidad en el juego, llegó más por inercia que por méritos. Y aun así, pudo irse ganando al descanso. Álex profundizó bien por la derecha y sirvió un centro raso a Borja, que se topó con el palo cuando todo el mundo cantaba gol.

Perdonó ahí el cuadro local y lo pagó con ansiedad en una segunda parte infame. Las prisas le comenzaron a desdibujar cada vez más. La impotencia se imponía a las ideas cada minuto que pasaba y el juego no fluía. Influyó el mal inicio, en el que el Sporting comenzó a sentirse cada vez más cómodo. Ya sin nada que perder, el filial se soltó y empezó a jugar con la necesidad granate. Berto chutó alto tras un buen centro desde la derecha. El Pontevedra no llegó hasta pasado el cuarto de hora. Tuvo que ser a balón parado, casi el único recurso en el segundo acto. Damià puso un centro-chut que Joel rechazó. En segunda instancia, Rufo voleó rozando el larguero.

La llegada del Pontevedra fue aislada y la entrada de Koné en las filas sportinguistas puso el miedo en el cuerpo a la parroquia granate. El ‘19’ visitante llegó a línea de fondo y puso un centro-chutó que Álex rechazó milagrosamente. Luego, colocó un balón a la carrera de Santamaría, que se topó con Álvaro Cortés. Luisito trató de mover el árbol, pero las entradas escalonadas de Jorge, Aitor y Diz no surtieron efecto. 

El Pontevedra se volcó y tuvo opciones para ganar desde la pelota parada, pero le faltó el acierto que tampoco encontró en el juego. Y el Sporting supo ser paciente para encontrar opciones al espacio. Cortés evitó el 1-2 de Elena, pero en un nuevo error, el PCF murió. Imanol perdió el balón ante Koné y el delantero no perdonó en la tercera clara del filial, no falló. El 1-2 en el añadido fue la estocada final al Pontevedra, al que el punto le sabía a nada y la derrota le condena a sufrir hasta la última jornada en una temporada en la que no se acaban las desgracias.

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