Privados del banco

La cuarentena está afectando a los deportistas, que se las ingenian entrenar. Pero, ¿qué pasa con los entrenadores? Seis responsables de equipos de la zona cuentan su experiencia
Luis Montes junto a su hijo.
photo_camera Luis Montes junto a su hijo.

Mucho se ha hablado de cómo se las están ingeniando los deportistas de todas las disciplinas para perder la forma lo menos posible y tratar de compaginar entrenamientos con cuarentena. Las soluciones caseras y el ingenio son la solución para evitar que el parón no pese demasiado.

Sin embargo, aunque son los protagonistas, los deportistas no son la únicas figuras del deporte que se han visto privadas de su rutina diaria. Y es que detrás de todos ellos están los técnicos, aquellos hombres y mujeres encargados de motivar y enseñar a muchos a nivel individual, o bien de ensamblar las piezas de un conjunto para que el rendimiento coral sobresalga.

Privados también de poder acudir a las pistas, a los campos o a cualquier otro terreno acotado para la práctica de su deporte, los entrenadores buscan ahora el modo de ser productivos para los clubes, a la vez que tratan de aprovechar este período de ausencia de competición para liberarse del estrés y recuperar costumbres perdidas o, simplemente, pasar más tiempo con la familia.

SEIS EXPERIENCIAS. Aprovechar con los seres queridos, el deporte, la lectura o la radio son algunas de las actividades que Luis Montes, Jabato, Mayte Méndez, Diego Gómez, Mikel Diestro y Carlos Santamaría han colocado en el centro de unas vidas en las que, antes de la llegada del coronavirus, el deporte y sus equipos eran preocupaciones totalmente principales. De este modo, los técnicos de Teucro, Cisne, Arxil, Peixe, Leis y Poio, respectivamente, cuentan a este periódico su experiencia y vivencias en esta primera semana de cuarentena total, alejados del deporte.

Varios apuntan que el período sin competición les permite pararse a analizar cuestiones o a trabajar en quehaceres que durante el trasiego del día a día con liga de por medio les resultarían imposibles

Así, pese a que han sido privados de su banco, muchos de ellos reconocen que tratan de mantener la misma rutina diaria. Lo primero, para no perderla y que posteriormente les dé más pereza recuperarla. Y lo segundo, porque ‘necesitan’ seguir vinculados de alguna manera a un mundo que les engancha y apasiona. Si no fuese así, ya habrían renunciado mucho antes de convertirse en entrenadores de la semiélite del deporte nacional.

En este sentido, varios apuntan que el período sin competición les permite pararse a analizar cuestiones o a trabajar en quehaceres que durante el trasiego del día a día con liga de por medio les resultarían imposibles de tocar. Mientras, otros señalan que han rebajado su carga de trabajo y aunque mantienen un contacto constante con sus jugadores, tampoco le han dedicado tiempo a analizar un futuro competitivo que, por el momento, es incierto para todos.

Luis Montes, entrenador del Condes de Albarei Teucro

Luis Montes explica que el mantener la habitual rutina de trabajo se acabó “tras los dos o tres primeros días”. “Lo hemos dejado un poco aparcado, porque no sabemos ni cuándo regresaremos ni contra quién”, apunta. Por ello, el técnico del Teucro se centra ahora en estudiar a su propio equipo. “Es algo que solemos hacer en los parones. Analizo mucho cómo nos han hecho daño, las asociaciones y procedimientos que nos han ido bien, busco patrones comunes en esos bajones de juego que hemos tenido...”, expresa el pontevedrés. Los partidos del Condes de Albarei son los únicos que Montes visualiza. “De nuestra liga, nada. Y del resto, muy poquito. Si acaso, algún partido histórico que echen repetido por la televisión”, indica.

Otra de las cuestiones que le quita tiempo en esta ‘nueva’ vida al preparador es “revisar un montón de bibliogafía y recursos guardados en discos duros”. “Llevaba año y medio con artículos nuevos que conviene leer para actualizarse y ahora les estoy echando un ojo y organizándolos”, expresa.

Pese a sus quehaceres diarios relacionados con el trabajo, Montes explica que ha pasado de trabajar en torno a nueve o diez horas al día a dedicarle cuatro o cinco. El resto del tiempo lo aprovecha para él mismo y su familia. “Tengo un hijo y consume muchos recursos de atención”, explica, antes de añadir que también le ha vuelto a dedicar tiempo al deporte, algo que tenía relativamente apartado desde el verano. “Debemos mantenernos un poco activos, sino caemos en el sendentarismo y eso es un problema para volver a trabajar”.

Jabato, entrenador del Cisne Los Sauces

Jabato, con su hija.

Javier Fernández ‘Jabato’ aprovecha el brutal cambio de vida al que ha obligado la pandemia del coronavirus para pasar más tiempo con su familia. El técnico del Cisne Colegio Los Sauces continúa con su trabajo en la sección de recursos humanos de una empresa de Vigo a través del ordenador de casa, pero puede emplear más espacio del día en estar con su pareja y con su hija. “Mi mujer sigue yendo a trabajar, así que yo estoy más con la ‘enana’”, apunta el ciudadrrealeño.

Más allá de esa faceta familiar, Jabato reconoce que es “difícil desconectar” del balonmano: “Es algo que he hecho toda mi vida y me falta”. Sin embargo, el preparador apunta que no ha adelantado mucho trabajo en cuanto al análisis de rivales. “La semana anterior, trabajé con plena normalidad estudiando al Teucro y al Barça B, que eran los equipos que nos tocaban. Pero esta no”, dice el preparador, que apostilla que al estar ya en la segunda vuelta tiene más controlada a la competencia. Aún así, le gusta “ver casi todos los partidos de la liga” y tratará de mantener esa rutina revisando los que le faltan en este parón , a la vez que terminará de preparar unas jornadas de ‘scouting’ para la Federación Galega.

Asimismo, aprovecha para hacer el trabajo que el preparador físico manda a los jugadores. “Ayuda a desconectar un poco”, completa Fernández, que asegura que desde el club tratan de estar pendientes de cómo se encuentran los jugadores. “Ahora mismo están todos bien y siguiendo las medidas de seguridad. Es lo que importa”, sentencia.

Diego Gómez, entrenador del Marín Peixegalego

Diego junto a su ordenador y una pizarra.

El técnico del Marín Peixegalego, Diego Gómez, lleva el baloncesto como forma de vida. El ouresano se encuentra en su residencia de Santiago de Compostela junto a su pareja. Pero allí no deja de posar la vista en la pista de 28x15. “Intento matar el tiempo con básket”, reconoce Gómez, que ha rebajado el número de horas de trabajo de un número indefinido (“mejor no preguntes cuántas trabajaba”) a un número mucho menor.

“Sigo pensando en la posibilidad de que se reanude la competición y por eso trabajo en cosas que mejorar. Más allá de la cuestión de la preparación física, Gómez prepara vídeos de píldoras tácticas para que los jugadores los visualicen y corrijan algunas cuestiones concretas. Pero reconoce las complicaciones: “Eso sin un apoyo en la práctica es difícil”.

Al margen de su propio equipo, Diego intenta ver “la liga de forma un poco más general” para estudiar “qué hacen o dejan de hacer los otros equipos”. “En definitiva, para aprender, aunque sin la exigencia del día a día y la competición”, asegura.

Pero si el Peixegalego le sigue restrando tiempo, el baloncesto se inmiscuye hasta en sus momentos de más ocio. Desde “ver partidos” a seguir entrenamientos o visualizar clínics. Todo con una intención de empaparse lo máximo posible de un deporte que no deja ni para jugar a la Play Station. Y es que el NBA 2K es su videojuego de referencia.

Mikel Diestro, entrenador del Leis Pontevedra FS

Mikel Diestro, en casa de sus padres revisando vídeos.

Mikel Diestro, técnico del Leis, se encuentra en su Bilbao natal pasando el confinamiento en casa de sus padres. El vasco asegura que más allá de las horas de pista, que han desaparecido, sigue dedicando mucho tiempo al fútbol sala. “Cuando lo que te apasiona es tu trabajo, te lo tomas diferente”, apunta Diestro, que reconoce que la rutina “se ha rebajado”, pero él sigue invirtiendo unas seis horas al día en el deporte de parqué. “Antes eran más de 12”, explica.

El día a día del técnico del Leis se divide en una mañana de dos o tres horas de trabajo en las que se dedica a preparar la temporada que viene. “Lo hacemos desde enero, pero lo que se suele hacer en Semana Santa ya lo estoy adelantado ahora. Aceleramos la planificación”, apunta. De este modo, son habituales los análisis de jugadores de la categoría, de Tercera o de juveniles. “Consigues vídeos, hablas con entrenadores y metes datos en Excel. Es mucho trabajo de Whatsapp”, explica.

Por las tardes, el vasco se dedica a revisar vídeos de entrenamientos y partidos para pulir pequeñas cuestiones tácticas, tanto a colectivo como individual. “Les envío algún corte de vídeo a los jugadores”, reconoce Diestro, que se califica a sí mismo con un humor como “un enfermo” del fútbol sala. Asimismo, revisa la base metodológica que tienen implatada en los entrenamientos del club en base a los ‘feedback’ con el resto de entrenadores.

Más allá del deporte, el preparador explica que aprovecha el tiempo con sus padres para jugar a juegos de mesa o a las cartas. A nivel tecnológico, el ‘Skype’ es una de sus aplicaciones predilectas estos días para videollamadas.

Mayte Méndez, entrenadora del CB Arxil

Mayte, en la cinta de correr.

Mayte Méndez, entrenadora del Arxil, reconoce que el parón por el coronavirus le ha venido bien para acabar un poco con el estrés que le inundaba en el día. “Aún no he tenido mucho tiempo, la verdad. He estado con cosas del trabajo (es docente en Marín) y aún no me he podido parar mucho y menos pensar en cosas relacionadas con el baloncesto, más allá de ver algún partido histórico que han podido refundir por Teledeporte. “Necesito descansar”, reconoce Méndez, que ha aprovechado estos primeros días de cuarentena para pasar tiempo con la familia, especialmente con su padre, y hacer cosas de casa.

A partir de la próxima semana, Méndez planea comenzar con papeleo del club. “Tenemos que ordenar la documentación”, expresa.

Más allá de eso, Méndez le está dedicando tiempo al aspecto emocional. “Trato de recuperarme yo, lo primero”, reconoce, antes de poner el foco en su hija pequeña, que este curso tiene que realizar las pruebas de acceso a la universidad y todavía no sabe qué sucederá con ellas. “Su situación es complicada”, admite.

Pero más allá de su familia sanguínea, también está la del club. “Estamos todas un poco diseminadas y nos preocupa eso. Hay algunas jugadoras que están solas. Y tantas horas de convivencia con uno mismo... Tratamos de estar muy pendientes de cómo están las chicas”, expresa Méndez, que ha recuperado incluso tiempo para practicar Pilates o hacer algo de ejercicio en la cinta que tiene en su hogar.

Carlos Santamaría

El actual máximo responsable de la preparación del Poio Pescamar, Carlos Santamaría, explica que la cuarentena está siendo “difícil” para él porque, al contrario que muchos, no ha podido pasarla con su familia. “Soy de Móstoles y obviamente no he podido ir. Lo primero, por cómo está Madrid. Lo segundo, por responsabilidad civil. Lo lógico era que la pasase aquí”, apunta.

Santamaría, que era segundo entrenador cuando Raúl Jiménez estaba en el banquillo y se mantiene como responsable de las porteras, destaca que busca hacer “la rutina lo más lógica posible”. “Intento seguir formándome viendo vídeos, cursos...”, reconoce.

Asimismo, Carlos era el responsable del ‘scouting’ de rivales y está aprovechando este parón para seguir analizando a los próximos enemigos que tendrá el club cuando se reanude la competición. “El Móstoles y el Ourense, en la Copa Xunta, eran los próximos, así que sigo viendo cosas de ellos. Además, tenemos ahí la ‘Final Four’ de la Copa y mantenemos las expectativas por entrar en el play-off, por lo que no podemos dejar de lado a estos equipos”, apunta.

En cuanto al tema de la preparación, asegura que esa parte la lleva el preparador físico del club. “Hago la rutina que les manda Adrián con las dos jugadoras con las que vivo. Lo importante es que estén todas bien de salud. Por el momento, solo nos fijamos en el día a día”, apunta Santamaría.

En cuanto a la situación, recalca que “la actitud del club por querer evitar el Erte es de ‘chapeau’, hay que agradecerlo”. Además, la propia entidad puso a disposición de las jugadoras material para que durante este parón pudiesen trabajar lo mejor posible. Él empezará con las porteras a partir de la próxima semana. “Se pueden hacer cosas”, dice.

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