El Teucro sufrió una dura derrota en su visita a Ibiza en un encuentro en el que el equipo de Irene Vilaboa solo pudo oponer cierta resistencia a su rival durante los primeros 20 minutos. Tras una excelente salida, el cuadro lerezano fue perdiendo efectividad en ataque y contundencia en defensa, lo que permitió a su oponente cerrar la primera parte con una ventaja que, tras el descanso, ya no hizo más que crecer.
El equipo dirigido por Irene Vilaboa, a pesar de la intrascendencia de los puntos y las bajas con las que afrontaba el choque, tuvo una puesta en escena ejemplar en Ibiza, sobre todo en ataque. El Teucro, con un juego alegre y dinámico, fue una máquina de hacer goles en los primeros minutos, aunque el punto débil estuvo en la defensa, incapaz de sujetar el juego interior de su rival.
Samu Pereiro y Víctor Deco veían puerta con facilidad y el bando teucrista no tardó en abrir una pequeña brecha en el marcador (8-12), lo que obligó al preparador local a intervenir en el partido para solicitar un tiempo muerto. Varias pérdidas absurdas de pelota revitalizaron al Ibiza, que tras despertar en defensa logró no solo equilibrar el marcador, sino tomar ventaja (14-13, min. 24), provocando que Vilaboa parara el choque tras un parcial de 4-0.
La entrenadora, sin embargo, no logró cerrar la hemorragia de su equipo. La UD Ibiza, con muchos más recursos en el banquillo, imprimió un ritmo muy físico al que no pudo responder el conjunto de Vilaboa, muy limitado por las bajas. El parcial negativo siguió creciendo hasta el final de la primera parte, a la que el Teucro llegó contra las cuerdas 20-16.
Los primeros minutos del segundo tiempo confirmaron la tendencia con la que se llegó al final del primer acto. Otra vez el Ibiza aprovechó las lagunas defensivas del Teucro para ampliar su renta. El conjunto de Vilaboa parecía estar ya al borde del KO, pero tuvo de nuevo un arreón de orgullo para, liderado en la anotación por Ricardo, casi infalible desde el extremo, agarrarse de nuevo al encuentro tras firmar un parcial de 0-3.
La diferencia llegó a ser de ocho goles para los anfitriones (36-28), que aprovecharon los últimos minutos para dar la alternativa a varios juveniles mientras el Teucro, con más orgullo que argumentos, intentó maquillar sin éxito el marcador.
