Unas manos que dan vida

Eli Cadilla trabaja desde hace semanas en el Banco de Sangre del área de Pontevedra, ayudando a muchos enfermos más allá de la Covid-19. Compagina la enfermería con su pasión, el tenis de mesa
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photo_camera Eli Cadilla, este lunes en el Banco de Sangre del Provincial. DAVID FREIRE

Iba para psicóloga, pero las potenciales salidas laborales la acabaron conduciendo por el camino de la enfermería. Un camino que terminó por engancharla ("según entré en la carrera ya vi que me gustaba") y a través del que ahora ayuda a los demás. También durante la epidemia de la Covid-19, un proceso en el que no ha dejado de trabajar para tratar a personas con patologías más allá del coronavirus. Así es la vida de Eli Cadilla, una pontevedresa que mezcla la misma destreza con las agujas que con las palas de tenis de mesa, un deporte que lleva dos tercios de su vida practicando.

Eli finalizó sus estudios en la Escuela de Enfermería de Pontevedra en 2010. Sin embargo, lo que prometía ser un futuro estable, comenzó plasmándose en años de crisis y ausencia de trabajo. "En los primeros cuatro años desde que me diplomé, trabajé solo un mes en la Sanidad Pública. Y ni siquiera seguido", relata la pontevedresa, que aprovechó la coyuntura para cumplir su viejo anhelo y cursar Psicología por la UNED.

Así, pese a alcanzar el 2014 con las dos carreras en el currículum, Cadilla siguió apostando por la bata y la mascarilla. Entró en las listas de servicio especial para trabajar en Urgencias, Diálisis o el Banco de Sangre y, actualmente, forma parte de este último espacio dentro del área sanitaria de Pontevedra. Su trabajo abarca desde el estudio del plasma hasta la puesta en marcha de transfusiones.

De este modo, desde que la llamaron para sustituir una baja, ha pasado por el Hospital Montecelo y por el Provincial mientras la pandemia se hacía más y más grande. "Como somos de un servicio especial, tratan de no movernos a donde haya pacientes positivos por coronavirus. Aún así, a veces nos puede tocar ir a transfundir a positivos. En ese caso, tenemos que cambiar la mascarilla básica por el equipo EPI completo", apunta Cadilla.

Su DNI...
▶ Nombre: Elisabet Cadilla
▶ Edad: 30 años.
▶ Deporte: Tenis de mesa.
▶ Trayectoria: Comenzó a practicar tenis de mesa con 10 años en el Espedregada y a los 15 se pasó al Monteporreiro, club en el que milita desde entonces.

 

La enfermera explica que "los positivos por Covid-19 no suelen necesitar sangre, aunque se están empezando a realizar transfusiones de plasma con anticuerpos. Es una buena forma de reducir la carga viral, aunque todavía es algo que se está investigando y en Pontevedra no se está llevando a cabo".

Pese a no trabajar habitualmente con pacientes infectados y, por tanto, no estar tan expuesta a la Covid-19, Cadilla apunta que cuando hace unas semanas trabajaba en Montecelo "se contagiaron tres personas de Hematología", un servicio pegado al suyo y "alejado" de los puntos donde se trata el virus.

Ahora, ella se encuentra en el punto limpio que es el Provincial, pero con la predisposición de seguir ayudando, sea contra lo que sea, a los pacientes. Eli valora positivamente el enaltecimiento social a los sanitarios, pero recuerda que llevaban "meses" haciendo manifestaciones reclamando mejores condiciones. "A ver si ahora nos apoyan los políticos", lanza.

Una "familia" que engancha
Llevar media vida vinculada a un mismo club solo puede significar que la base de la relación es la felicidad. Eso es lo que sucede con Eli Cadilla y el Visit Pontevedra Tenis de Mesa Monteporreiro. "Empecé a los 10 años en el Espedragada por una actividad extraescolar. Sí que es cierto que desde el principio no se me daba mal. A los cinco años, por una serie de problemas, me fui al Monteporreiro y allí coincidí con gente genial. El ambiente es fantástico y el club es como una familia", expresa Cadilla.

Desde sus 15 años comenzó a hacer carrera en el Visit Pontevedra, a través del que llegó a disfrutar de Campeonatos de España de Autonomías y con el que llegó a disputar la División de Honor Femenina. "No considero que haya estado cerca de la élite, pero sí que he disfrutado mucho. El tenis de mesa es un deporte que me encanta. Probé muchos, en particular taekwondo. Pero me acabé decantando por él y espero llegar a veterana y seguir", apunta Eli, que actualmente ha bajado al equipo mixto de Tercera Nacional para jugar sin salir de Galicia.

Ahora que el trabajo le quita más tiempo, el club sigue poniéndole facilidades: "Me dan las llaves para entrenar. Antes si tenía clases por la tarde ponían los entrenamientos por la mañana... Da gusto".

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