Vuelven los gladiadores a las orillas del Lérez

La Gladiator Race celebró este sábado su séptima edición tras dos años de parón, reuniendo a más de 1.400 corredores en la Illa das Esculturas

Tras dos años de parón debido a la pandemia, los más valientes pudieron volver a darse cita en la Illa das Esculturas para celebrar la séptima edición de la Gladiator Race. Cerca de 1.400 atletas participaron este sábado en la tradicional carrera de obstáculos, de forma individual y en grupos, llenando de nuevo de vida uno de los eventos más esperados del año en la Boa Vila.

Desde las 15.00 horas, las orillas del Lérez acogieron a cientos de gladiadores y gladiadoras que acudían dispuestos a poner a prueba su fortaleza física y mental en una exigente prueba en la que, además de correr bajo el sol, tendrían que reptar, nadar, levantar pesos, escalar, hacer equilibrios atravesar estructuras o incluso caminar sobre pequeños terrenos en llamas.

El evento, organizado por la empresa Noko 360 en colaboración con el Concello de Pontevedra, se desarrolló sin incidentes y con gran satisfacción para la organización.

Pese a la previsión de lluvia, el tiempo acompañó y el ambiente no podía ser más animado en el Lérez, que por fin volvió a celebrar una de sus grandes fiestas.

La carrera contó con las dos modalidades habituales, Warrior y Rocket, de diferente distancia y número de obstáculos

Tras la entrega de los últimos dorsales, alrededor de las 16.00 horas comenzó la carrera en la modalidad Gladiator Warrior, con un recorrido de más de once kilómetros y alrededor de 35 obstáculos.

El turno inaugural fue para los corredores de la categoría Élite, competidores habituales en carreras de crossfit y deportes similares. Apenas eran las 17.00 horas cuando los más veteranos se convertían en los primeros en cruzar la línea de meta, para celebración de todos los espectadores.

A los Élite los siguieron los demás inscritos en la modalidad Warrior, organizados en grupos de 100 en 100 corredores que salían cada 15 minutos.

A continuación, fue el momento de la otra modalidad de la prueba, de menor dificultad: la Gladiator Rocket, que constaba de un recorrido de unos seis kilómetros con 25 obstáculos. Del mismo modo, los gladiadores de categoría Élite fueron los primeros en escuchar el pistoletazo de salida, seguidos por el resto de inscritos de nuevo organizados en tandas.

El último grupo de corredores Rocket salió a las 19:30 horas, teniendo lugar la entrega de premios que clausuraba el evento alrededor de una hora después. Los tres gladiadores y equipos más rápidos de cada categoría recibieron sus trofeos, además de la medalla y la camiseta Gladiator Finisher otorgada a todos los que lograron finalizar la prueba.

Así, la Gladiator Race celebró con gran éxito su séptima edición. Dos años de sequía no afectaron a las ganas y valentía de los gladiadores, que pese al calor y la dureza de los obstáculos pudieron disfrutar de una particular fiesta deportiva, acompañados por un numeroso y cálido público.

Los más pequeños

Además, en la mañana de este domingo, a partir de las 11.00 horas, fue el turno de alrededor de 700 niños y niñas de entre tres y doce años que corren en la Gladiator Kids, organizados en dos dificultades según su edad.

En total, la VII Gladiator Race 2022 reunió a más de 2.000 gladiadores y gladiadoras de todas las edades, que no quisieron perderse la vuelta de la carrera de obstáculos más mítica de Pontevedra.

El ambiente
La edición más esperada
Desde comienzos de la tarde, toda la zona del Lérez empezaba a llenarse de vida al recibir a los primeros gladiadores.

La organización quiso animar los momentos previos a cada salida con música, calentamientos en grupo y fotos en el photocall de la salida. Todo ello acompañado por un animado público, que acudía a apoyar a sus amigos y familiares corredores y a disfrutar de un espectáculo deportivo diferente, aprovechando el tiempo soleado pese a la previsión de lluvia.

No faltó de nada en la Illa das Esculturas, completamente organizada para que tanto los participantes como los espectadores disfrutasen de la carrera.

Los corredores contaban con numerosos puntos de avituallamiento a su disposición a lo largo de todo el recorrido, además de una cantina con bebidas y merchandising de la Gladiator en la zona de salida. La música, el ambiente festivo y los ánimos de los comentaristas no cesaron en ningún momento.

Además, todo el camino estaba adaptado para que el público tuviese la mejor visibilidad posible de los obstáculos, con la ayuda de voluntarios del Concello y empleados de Noko 360 que guiaban a los atletas en su recorrido. También había un equipo médico a disposición de los asistentes.

La carrera atrajo a Pontevedra a más de un millar de corredores locales, procedentes de toda Galicia y de otras comunidades autónomas. Boxes procedentes de Asturias, León e incluso Portugal asistieron a la cita, que supone ya una de las pruebas deportivas más relevantes y particulares de la ciudad.

Una entrega especial
El evento logró una calurosa acogida, superando con creces las expectativas de la organización, que no preveía poder recuperar las cifras de participación previas a la pandemia. Como dato a destacar, alrededor de un 35% de los participantes fueran mujeres, un dato elevado para una competición popular de esta categoría y deporte.

Como novedad en esta edición, se organizó una recogida para el Banco de Alimentos, que contaba con un stand en la zona de salida.

Así mismo, un euro de cada participación fue donado a una causa solidaria por el Banco Mediolanum, patrocinador principal del evento.

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