Una empresaria lucense que realizó una operación mercantil internacional hace un par de años con bitcoins asegura que si se llega a quedar con todas las monedas digitales que tuvo que adquirir entonces, no solo con una muestra, "hoy tendría una fortuna".
El de esta emprendedora, que prefiere mantener el anonimato, es uno de los contados ejemplos de lucenses que invierten parte de sus ahorros en esta criptomoneda de moda —basada en un algoritmo criptográfico—. Es el caso de un profesional liberal, que tampoco se identifica, que posee cinco bitcoins, que ha visto como su valor se ha multiplicado por 60 desde que los compró. Ahora duda entre hacer caja o aguantar a ver si suben más y teme ser víctima de los piratas cibernéticos.
El crecimiento del valor de esta divisa virtual está siendo irrefrenable. Esta semana alcanzaba su máximo histórico, unos 16.500 dólares (14.000 euros). Hace un año cotizaba a 773 dólares (657 euros), 20 veces menos.
Este auge imparable se debe a que hay varios índices bursátiles estadounidenses (Nasdaq, Chicago Board Options Exchange...) y mercados financieros japoneses que han anunciado que en los próximos meses incluirán en sus operaciones esta criptomoneda. La empresaria lucense prevé que en dos años su valor "superará los 100.000 dólares".
Esta mujer explica que se hizo con bitcoins hace casi dos años por unos 250 dólares cada uno (212 euros) con el fin de comprar mercancía en un país asiático. Dice que esta divisa es "muy cómoda" para este tipo de operaciones, sobre todo con países como China o Japón, porque, a diferencia de con las entidades financieras tradicionales, permite "hacer una transferencia a cualquier parte del mundo al momento y con un coste ridículo".
Fue su primer contacto con el bitcoin, después ya dio el paso de invertir con éxito en esta y en otras monedas digitales, como por ejemplo el drac, puesto en marcha por tres técnicos catalanes, que saldrá este martes a la venta.
Se inició como inversor de forma "autodidacta" y explica que las informaciones "le afectan muchísimo" a esta divisa. Así, cita que "esta subida imparable es por el anuncio de los instrumentos financieros que sacan en Wall Street con los contratos de futuros".
Además de porque se haya disparado su valor, su fama ha aumentado a raíz de que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunciase recientemente la creación de uno bolivariano, el petro.
El mercado financiero tradicional lo considera un producto volátil e inseguro, ya que no está regulado por ningún banco central
VOLÁTIL E INSEGURO. El bitcoin, la más conocida de las decenas de criptomonedas que operan en la red, es presentada por los mercados tradicionales con cuernos y rabo como el mismo demonio, ya que lo considera un producto volátil, inseguro y que puede generar inestabilidad financiera, entre otros inconvenientes, debido a que no está sometido al control de ningún banco central, ni organismo gubernamental. Incluso el consejero delegado de JP Morgan lo ha llegado a calificar como un "fraude".
A esta empresaria lucense, que asegura que "nunca" tuvo "ningún problema de seguridad", no le asusta que pueda ser una burbuja que pueda estallar en cualquier momento. "Es bastante improbable que pase, por lo menos a corto plazo", sostiene.
PASOS A DAR. Hay varias formas de adquirir bitcoins. Bien en una exchange —como si fuera una casa de cambio virtual—, bien en plataformas, como bit2me.com o bitnovo.com, que acaba de llegar a acuerdos con una multinacional de hipermercados para comercializarlos en algunas de sus tiendas en España.
En Galicia no es posible operar en cajeros específicos para criptomonedas. El que había, en un centro comercial de A Coruña, acabó cerrando por "falta de uso".
Esta empresaria lucense recomienda crear "una billetera fría" electrónica para tener depositados los bitcoins, porque es "más segura" que si se realiza a través de una exchange, porque considera que el inversor puede "correr el riesgo" de ser desplumado por un hacker.
La venta también se puede realizar de la misma forma. Si es a través de una plataforma, el precio lo fija esta y es más bajo que la cotización de la divisa al aplicar una comisión. Si es a través de una exchange, el cliente sí puede fijar un precio mínimo al que está dispuesto a desprenderse de sus monedas digitales, el problema que se puede encontrar es que el pago puede ser en otra divisa, no en euros.
El cobro se puede realizar a través de una cuenta corriente bancaria y esas ganancias tributan como cualquier otro incremento patrimonial.
