Carla Reyes: "Estábamos adormecidas, la igualdad solo se daba sobre el papel"

En su décimo aniversario, la asociación Executivas de Galicia prepara iniciativas como el estudio del impacto de la crisis en el empleo femenino ► Convencida de que "no hay excusas" para frenar el acceso de las mujeres a puestos de responsabilidad, su presidenta, Carla Reyes Uschinsky, avanza que presentarán proyectos a los fondos europeos
Carla Reyes Uschinsky. EP
photo_camera Carla Reyes Uschinsky. EP

Con la igualdad de género por bandera, la presidenta de Executivas de Galicia, Carla Reyes, constata que las barreras a derribar siguen siendo muchas cuando las mujeres siguen cargando con "el cuidado de los hijos y los mayores". Candidata a la novena edición de Top 100 Mujeres Líderes en España, junto a otras referentes como la vicepresidenta económica Nadia Calviño, la ministra Yolanda Díaz o la catedrática de Farmacología de la USC Mabel Loza, Reyes Uschinsky lleva más de 30 años en el sector de la comunicación. Inició los estudios de Literatura en Chile y, tras ser expulsada de la universidad por manifestarse contra la dictadura de Pinochet, completó su formación en Bélgica, donde conoció a su marido, periodista como ella y gallego.

¿Cómo surgió hace diez años la idea de crear Executivas de Galicia?

La iniciativa vino de la mano de un grupo de mujeres que participaron en un programa de la Xunta para potenciar el liderazgo femenino. A partir de ahí quedó patente la necesidad de organizar a las profesionales y empresarias para aportarles visibilidad y promover su acceso a los puestos de dirección. Tenían mucha razón y quiero agradecer el trabajo que supuso empezar de cero a su primera junta directiva conformada por Montse Sánchez Agustino, Marta Costas, Asunción Fieira, Dora Casal, Alejandra Cid, Marta Arenas, Carmen Fernández y María Isabel Domínguez.

¿De dónde le viene su conciencia y activismo por empoderar a la mujer?

Me incorporé a Executivas más tarde, aunque ya había trabajado en el ámbito de la mujer. No podría decir de dónde me viene la conciencia por la igualdad, supongo que, como a la gran mayoría de mi generación, nos marcó la primera ola del feminismo y luego un sentimiento de retroceso o estancamiento. La experiencia personal ha sido también importante, no he vivido una discriminación explícita pero si el desdén, el paternalismo, la indiferencia frente a las ideas que puede aportar una mujer. Creo que estábamos adormecidas, confiadas en que habíamos llegado a la igualdad, sin darnos cuenta de manera efectiva que esta solo se estaba produciendo en el papel y que la realidad estaba muy lejos.

El directorio de talento Referentes Galegas ya tiene a 350 profesionales y vamos a potenciarlo en la cultura y las artes

¿Qué retos se propone conseguir desde esta plataforma?

Son muchos. Para mí la presencia de las mujeres en la toma de decisiones sigue siendo una asignatura pendiente. Nuestro nivel de representatividad en la dirección de entidades públicas y privadas no se corresponde con el peso mayoritario en la sociedad. No existen ya excusas que justifiquen la ausencia de mujeres en ningún campo. Hace ya mucho tiempo que de las universidades salen miles con la misma o mejor preparación que los hombres, que han adquirido trayectoria suficiente para no tener que demostrar nada más. No puede ser que continuemos aceptando en pleno siglo XXI que las mujeres estén ausentes. Creo que su participación en todos los aspectos de la vida es inherente a una sociedad equilibrada. Y es esta la que pierde si no se entiende.

¿Qué iniciativas van a impulsar?

Esta semana arrancamos con los Meet Up Referentes Galegas online. Son foros temáticos en los que contamos con mujeres de todos los sectores y que serán mensuales. Queremos ser partícipes activas del programa de reconstrucción económica de la Xunta y ya tenemos en marcha un grupo de trabajo para hacer llegar nuestras propuestas al programa Next Generation. Además, seguiremos dando visibilidad a las mujeres con nuestro Premio Executivas, que en su edición de 2020 recayó en la inmunóloga África González.

Executivas también pone el foco en el mercado laboral...

Estamos preparando un ambicioso proyecto sobre el trabajo femenino para saber cómo está afectando la pandemia. Creemos que será castigado por la crisis del covid por varias razones. En primer lugar, porque ellas son mayoría en el sector más tocado, el de los servicios, y en segundo lugar, porque son las reinas del empleo parcial, otro de los grandes afectados. No podemos olvidar la brecha salarial y, aunque en Galicia la pérdida de empleos femeninos no es tan alta como en otras autonomías, creemos que 2021 será más difícil para ellas. Seguiremos con nuestro Foro de Emprego Virtual en el que ponemos en contacto a mujeres en busca de empleo con empresas, pues ha dado un excelente resultado. Esperamos desarrollarlo en A Coruña, Lugo y Santiago tras el éxito logrado en la provincia de Pontevedra, de la mano de la Diputación.

¿Referentes Gallegas refleja que la mujer ha llegado a todos los sectores? 

Es uno de nuestros proyectos más inspiradores, que vamos a potenciar en este décimo año de vida. Este gran directorio del talento de las mujeres gallegas, compuesto por 350 profesionales destacadas, debemos de ampliarlo y trabajar en el ámbito de la cultura, de las artes... En breve renovaremos el convenio de colaboración con la Consellería de Emprego e Igualdad.

No he vivido una discriminación explícita, pero sí desdén, paternalismo e indiferencia ante las ideas de una mujer

¿Es partidaria de una ley de cuotas para igualar la presencia de hombres y mujeres en los órganos de dirección de las empresas?

Las cuotas siguen siendo necesarias. Es el mal menor. Es una lástima que, cuando de las facultades salen miles de profesionales, en Derecho, por ejemplo, tengamos que constatar que las mujeres aún son escasas en la judicatura. Lo mismo sucede en Medicina, ellas son mayoría y, sin embargo, las direcciones de hospitales siguen de de manera mayoritaria en manos de hombres. Hay que seguir trabajando para eliminar las barreras: mejorar las políticas de conciliación y reforzar el reparto de tareas para que no sean las que siempre deben asumir el cuidado de hijos y mayores. El sector público se adaptó bien a la ley de igualdad y el sector privado debe hacerlo. 

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