Javier Carballeda Alonso: "Hay promociones que se están ralentizando por la falta de personal"

El gerente de la asociación de constructores de Pontevedra observa con optimismo la reactivación del sector.
Javier Carballeda. DP
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La disolución de APEC dio pie a la creación de una nueva Asociación de Constructores que observa con optimismo la reactivación del sector.  Hace dos años empezó a rodar la ACP, cuyo objetivo es incentivar el desarrollo e impulsar el crecimiento del sector generando empleo. Abarca más de 1.200 trabajadores y varios socios con una facturación anual de unos 200 millones de euros, a los que ofrece desde asesoramiento legal hasta información sobre las novedades legislativas.

El sector de la construcción ha resurgido en la ciudad de Pontevedra con hasta nueve promociones simultáneas. ¿Es un fenómeno local o compartido con la provincia?
Creo que compartido. En Vigo se ha percibido un incremento notable de la actividad desde hace dos años. La actividad se detuvo por la crisis y, posteriormente, por la anulación del Plan General a finales de 2015, que era cuando parecía que empezaba otra vez la recuperación. Ahora están en marcha varias promociones en la zona de Povisa, Rosalía de Castro, San Roque, Travesía de Vigo, Vía Norte, Ecuador...

¿Qué factores cree que han propiciado la reactivación del sector?
En el caso de Vigo llevábamos muchos años sin obra nueva. Y en términos generales es evidente que la recuperación económica ha tenido mucha incidencia. La construcción es un fiel reflejo de la marcha de la economía. Cuando va bien, se construye y cuando no va tan bien, la construcción se resiente.

Ahora mismo están en construcción cerca de un millar de viviendas en Pontevedra, Vigo y otros ayuntamientos de la provincia. ¿Tendrán salida o esto aboca a una nueva burbuja?
Creo que va a ser fácil que se absorba, porque hemos estado mucho tiempo en el que apenas se ha construido nada. Considero que no hay una sobreexposición al riesgo, sobre todo por el pulso de la demanda que hay en la actualidad y porque no es un bum constructivo como el de hace unos años, sino que el ritmo de la actividad es más contenido. Apenas había oferta de vivienda nueva y lo normal es que las salgan a la venta tengan garantizada la salida de por lo menos el 50%. Además, ahora la situación está más controlada, porque los agentes intervinientes se han dado cuenta de que la burbuja no se podía repetir, empezando por las Administraciones y las entidades financieras.

El precio de venta ha subido. ¿Las tarifas son realistas o aprovechan el incremento de la demanda?
Hay que tener en cuenta que los costes de la construcción son cada vez son mayores y que el precio del suelo también ha subido. AL mismo tiempo, los salarios en el sector de la construcción han aumentado un poco.

La crisis detonó el cierre del grifo crediticio. ¿Qué ocurre ahora? ¿Los bancos vuelven a facilitar la concesión de préstamos?
La nueva Ley Hipotecaria ha producido que las entidades financieras miren más con lupa quién es el destinatario final de la hipoteca. No tengo datos concretos, pero los últimos indicios apuntan a que el número de hipotecas ha decrecido y una de las causas puede ser que los requisitos para acceder a las mismas son mayores. También hay que tener en cuenta que las entidades financieras también están en un período en el que no obtienen tanto margen de ganancia. Se ha pasado de un extremo al otro. En 2007 se daban todas las facilidades pero, tras la crisis, se mide mucho la concesión.

¿Cuál es el perfil del comprador ?
Familias con hijos y, tal y como están los tipos de interés, mucha gente ha comprado vivienda como inversión.

Uno de los grandes hándicaps más recientes del sector es la falta de mano de obra. ¿Se ha resuelto?
Sigue siendo un problema grave, porque es un sector muy envejecido. En los buenos tiempos era muy fácil encontrar a personal dispuesto a trabajar en la construcción, pero las dificultades para contratar a profesionales son cada vez mayores. Mucha gente cambió de profesión cuando vino la crisis y es muy difícil recuperarla. Otros se han jubilado y hay que reconocer que es una profesión que no resulta atractiva para la gente joven. Decir otra cosa sería no decir la verdad. Es un problema que vemos con preocupación.

Hasta hace poco se recurría a obreros de Portugal.
Sí, pero Portugal es un país en el que las condiciones laborales han mejorado. Tiene menos paro que España, por lo que es un recurso cada vez menor.

¿Quién construye entonces? 
Hay que ajustar a la disponibilidad. De hecho, hay obras y promociones que se están ralentizando por la falta de personal.

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