El mundo en sus ruedas

"NO ME gusta que me pongan límites. Buscando soluciones, mirando bien los sitios y organizándolo un poco, puedes ir a cualquier lugar", asegura con rotundidad Ana Belén Campos, una joven de Vilalba (Lugo) a la que una enfermedad le hizo unirse a una silla de ruedas hace siete años. Pero esto no le ha impedido seguir disfrutando de su principal pasión: viajar.

Tras algunas experiencias no muy positivas en cuestiones de accesibilidad, este verano se animó a plasmar en un blog sus vivencias recorriendo mundo, normalmente acompañada por su marido, centrándose en hablar y mostrar cuan accesibles son los destinos que visita y sus alojamientos, locales de hostelería, monumentos y servicios públicos de transporte, entre otros aspectos.

"La idea de hacer el blog (elmundoenmisruedas.wordpress.com) surgió este año, aunque ya viene de antes, pero por falta de tiempo no pude hacerlo. Hace cinco años fuimos a Roma y, a pesar de que ya conocía la ciudad, ir en sillas de ruedas es diferente. Las necesidades son distintas y hay cosas que no puedo hacer yo sola, como subir escaleras. Tuvimos que ir resolviendo hándicaps que iban apareciendo a pesar de que íbamos muy preparados", recuerda Ana Belén, que en este viaje se dio cuenta de que tenía que preparar aún más los siguientes.

"Buscaba información en blogs de viajes, webs y páginas de internet de todo tipo e iba encontrando información, pero aún así me faltaba algo", apunta. Así, se decidió a ser ella la que, hablando de cada uno de sus viajes, mostrara la verdadera accesibilidad desde el punto de vista de una persona con movilidad reducida. "Alojamientos, restaurantes, baños públicos adaptados... cosas que siempre me faltaban en esas webs", dice.

Y es que los imprevistos están a la orden del día para cualquier viajero, pero si se va en silla de ruedas estos se pueden multiplicar. En este sentido, Ana relata que ya le pasó varias veces de toparse con un sitio que realmente no era tan accesible como indicaba en la información que encontró.

"Siempre te pueden surgir cosas inesperadas. Por ejemplo, en Roma el hotel en teoría era accesible, porque la ducha era adaptada y tenía ascensor. Pero al final la primera no tenía barras de apoyo y no podía pasar yo sola y para ir a recepción había ocho escalones. Por eso quiero contar en el blog si un sitio realmente es accesible o tiene carencias", comenta esta vilalbesa, pedagoga de profesión, que ahora reside en Lugo.

Pese a estas cuestiones que al final se recuerdan como anécdotas, Ana Belén afirma que también se topa con sorpresas positivas, como en su último viaje por el norte de Italia, donde se esperaba "más dificultades". "Al final, depende del lugar, pero te encuentras de todo", reconoce.

¿Y los próximos destinos? Tiene muchos en mente y espera poder hacer pronto otro viaje, aunque tiene "poco tiempo y dinero", dice entre risas. Por ello, y ante la posibilidad de que pueda tardar en tener contenido nuevo que plasmar en el blog, no descarta escribir sobre otras cosas, aparte de viajes, si surgen otras propuestas. "Por ejemplo, se me ocurre diseñar una ruta de tapas accesibles por Lugo", apunta como idea.