Sextorsión: nuevo ataque a la intimidad

Las familias de las víctimas pagan emocionalmente y también a tocateja

La Policía ha encontrado más afectados por las tretas del cerebro de la banda de Lugo, que precisaba dinero por sus problemas con el juego

Una persona teclea. EP
photo_camera Una persona usando un ordenador. EP

"Ellos pagaron, como harían otros muchos padres, mayores, con un hijo único, amenazado", afirma el abogado y detective privado José López Riopedre, que es el director del despacho que, por encargo de los progenitores de la víctima, investigó al grupo criminal que extorsionó a un lucense con sus fotos íntimas, banda que fue desarticulada la semana pasada por la Policía Nacional.

Cuando la víctima ya ha cometido el error de difundir imágenes suyas subidas de tono a través de una red social que han caído en manos indeseables, la primera recomendación que se suele hacer es no ceder al chantaje y presentar denuncia ante las fuerzas del orden.

Pero cumplir ese axioma no resulta tan fácil. El miedo y el pudor constituyen una barrera infranqueable y los principales valores para los malos. El episodio reciente de Lugo así lo evidencia. Los padres de la víctima, un matrimonio que va camino de los 80 años, fueron desembolsando grandes cantidades de dinero a lo largo de meses, hasta sumar más de 60.000 euros. "Los ahorros de casi toda una vida", cuenta López Riopedre.

La avaricia de la red, que vio en este caso su particular gallina de los huevos de oro, acabó costándole su arresto
 

Las familias de las víctimas pagan los platos rotos, no solo emocionalmente, sino también a tocateja. En este último caso de sextorsión que se ha conocido públicamente, cuando la víctima ya no tenía más liquidez, la banda extendió sus tentáculos hacia sus padres.

Primero pagaron porque les hicieron creer que su hijo había contraído una deuda en un club de alterne. Su interlocutor se hacía pasar por Dimitri, dueño del burdel.

Ellos no sabían que el origen real era que la red tenía amenazado a su primogénito, que roza los 40 años, con "empapelar" la ciudad con sus fotos "en pelotas", instantáneas que la banda había conseguido a través de una relación virtual con una mujer en internet.

Después, para seguir exprimiendo lo que se estaba convirtiendo en su gallina de los huevos de oro, la disculpa ya fue que tenía una deuda de juego con "José, el prestamista".

MADRE CORAJE Y HEROÍNA. La progenitora jugó un papel protagonista en el desenlace de esta historia —su marido tiene una salud delicada—. Ejerció mitad como madre coraje y mitad como heroína.

La banda desarticulada no era una mafia extranjera, como otras veces, sino que formaba parte del círculo de amistades de la víctima

La avaricia de la banda, que le acabó costando su detención, crecía proporcionalmente a la desconfianza de la casi octogenaria. Esta quería una entrevista con el prestamista para que le firmara un documento en el que reflejara la deuda pendiente, mientras se intensificaba la agresividad verbal de su amenazante interlocutor.

La mujer se prestó primero el jueves de la semana pasada a reunirse en una céntrica cafetería de Lugo con los implicados para que los detectives privados los grabasen con las manos en la masa y al siguiente para repetir entrevista, en otro conocido establecimiento de hostelería de la capital lucense, con el fin de  que la Policía les pudiese echar el guante y pusiese fin a meses de pesadilla.

Otra de las peculiaridades de esta sextorsión es que el grupo criminal no operaba desde terceros países, como por ejemplo Costa de Marfil —según revelaron investigaciones policiales de otros casos denunciados en la capital lucense—, sino que formaba parte del reducido círculo de amistades del la víctima. Primero se ganaron su confianza y después le tendieron la trampa virtual para conseguir las imágenes con las que chantajearlo.

MÁS AFECTADOS. El hilo del que está tirando la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (Udev) de la Policía Nacional de Lugo en su investigación le ha permitido corroborar que este no fue un caso puntual y que hay más afectados que han caído en las telarañas urdidas por el cabecilla de la banda, E.F.M., un ciudadano argentino de 36 años de edad que era portero de un céntrico pub de la capital lucense. Por ahora no ha trascendido el número de perjudicados.

El principal implicado, que se encuentra en prisión desde el pasado lunes y que tiene una orden de alejamiento de 500 metros del matrimonio y su hijo, precisaba al parecer liquidez económica por sus problemas con el juego, por lo que vio en la sextorsión una fuente de financiación para sus intereses.

El TS dictó su primera condena por sextorsión, de 22 años de cárcel
► Confirmó la pena a un hombre que chantajeó a 5 mujeres para tener sexo online
Ante la proliferación de casos de chantaje en los que el delincuente amenaza a la víctima con difundir imágenes suyas comprometidas si no a accede a darle dinero, o si no cede a proporcionarle favores sexuales, la Justicia habla por primera vez de "sextorsión" y lo hace en una sentencia dictada hace poco más de tres meses por el Tribunal Supremo.

La Sala de lo Penal del TS confirmó una condena de 22 años y siete meses de prisión —por delitos continuados de abusos sexuales por internet, contra la intimidad y amenazas— a un hombre que chantajeó a cinco mujeres para que mantuvieran sexo con él a través de una cámara web, después de haber accedido a archivos personales de las víctimas mediante un virus informático. En el fallo, el Supremo advierte literalmente de la "proliferación de los casos de sextorsión", en los que en muchas ocasiones la víctima no denuncia porque se avergüenza de lo que ha estado haciendo.

En este supuesto, el autor de los hechos, según señalan los magistrados, tras acceder a los ordenadores de las mujeres "se sitúa en  una posición de superioridad virtual por Internet" y les exige a las víctimas que lleven a cabo actos bajo amenaza de difundir fotografías o videos personales. "Es esta posición no consentida en la víctima, y forzada por el autor del delito, lo que determina que se haya cometido un delito de abusos sexuales", afirma la sala.

RECURSO. La sentencia confirma así la condena impuesta por la Audiencia Provincial de Valencia y rechaza el recurso presentado por el condenado.

La resolución recurrida consideró probado que el acusado usó un sofisticado programa informático, entre 2005 y 2010, para acceder a los archivos personales de contenido sexual que cada una de ellas tenía en su ordenador.

El hombre les enviaba un correo electrónico que al abrirlo introducía un virus, lo que le permitía acceder a todos los contenidos. Después de advertirles que podía difundirlos y causarles un grave perjuicio, logró que tres de ellas, según los hechos probados, admitieran mantener contactos con él a través de un programa de mensajería instantánea mediante una cámara web.

Los magistrados destacan que, de esta manera, se comete un delito de abuso sexual de carácter virtual o por internet, "que no requiere de modo específico un contacto sexual directo por parte del autor del delito, sino de actos que vayan encaminados a atentar contra la libertad sexual de las víctimas".

En este caso, los hechos probados dejan patente que el acusado realizó actos "claramente atentatorios" contra la libertad sexual de las mujeres afectadas y realizados sin su consentimiento, "mediante la advertencia de difundir archivos de ellas de alto contenido sexual y causándoles, con ello, un gran perjuicio personal y de imagen". El acusado, además de cumplir la pena de prisión, tendrá que indemnizar a las víctimas por el daño moral que les ocasionó con su chantaje.

Comentarios