Galicia alcanzó el pasado año una cifra "récord" con 340 trasplantes de órganos

Factores como el aumento de donaciones, entre ellos los 31 casos de donantes vivos que se registraron en intervenciones renales, se unen al descenso en el porcentaje de negativas de familiares de fallecidos

Los participantes en el café de redacción celebrado en Santiago. PEPE FERRÍN (Axencia de doazón de órganos e sangue)
photo_camera Los participantes en el café de redacción celebrado en Santiago. PEPE FERRÍN

El Servizo Galego de Saúde (Sergas) alcanzó el año pasado una cifra "récord" de 340 trasplantes de órganos en sus hospitales, la más elevada desde que se inició esta actividad en la comunidad en 1981. Los centros gallegos han realizado en este periodo un total de 7.585 intervenciones de este tipo.

¿A qué se debe el aumento en 41 trasplantes de órganos respecto del año 2016? "Hay varios motivos", explica la coordinadora autonómica de trasplantes, Encarnación Bouzas. En primer lugar, enumera, depende del mayor número de donantes. Y en el caso de las donaciones por parte de fallecidos, 2017 fue según el Sergas "o mellor ano en número de donantes nun exercicio", con un total de 113 —64 en A Coruña, 36 en Pontevedra, 7 en Ourense y 6 en Lugo—, lo que sitúa la tasa de donantes en cerca de 42 por millón de habitantes.

Además, Bouzas señala que el año pasado también se dio el caso de que "vinieron más órganos procedentes de otras comunidades" en virtud de un sistema estatal que se basa en la "solidaridad", en que los órganos "vayan a donde se necesitan". Y también contribuye a esta tendencia positiva el "impulso" que durante los últimos tiempos vive la donación en asistolia —esto es, aquella que procede de una persona a la que se le diagnostica la muerte tras la confirmación del cese irreversible de las funciones cardiorrespiratoiras—.

Encarnación Bouzas, coordinadora autonómica: La media de edad del donante es de 62 años, cuando hace no mucho se podía no tener en cuenta a una persona de más de 50

Esta opción incluso "va aún a más", apunta, debido a factores como el cambio de las condiciones en las que la gente dona: el importante descenso el año pasado de los accidentes de tráfico implicó que, por otra parte, murieran menos donantes jóvenes, por lo que "hay que recurrir a otros tipos de donante", expone la coordinadora.

La estadística es explícita. Más de tres de cada cuatro casos se deben a accidentes cerebrovasculares (77%), en tanto que los siniestros viales son el origen del 3% de las donaciones. Hay que tener en cuenta que, por otro lado, el porcentaje de órganos aptos para trasplante que proceden de las unidades de cuidados intensivos es muy limitada. De ahí la relevancia de otro de los pilares sobre los que se sustentan los buenos datos de donaciones: las familias que recogen y hacen que prevalezca la voluntad del fallecido de entregar altruistamente sus órganos, recalca Marisa López García, directora de la Axencia de Doazón de Órganos e Sangue (Ados).

La cuestión es que Galicia presenta una "particularidad cultural»"que hace que sufra una de las tasas de negativas familiares más elevada del país. López García lo achaca principalmente al "desconocimiento", a una falta de normalización a la hora de abordar la donación de órganos en la sociedad y en el ámbito familiar. "Es importante hablarlo, porque muchas veces, si saben que el fallecido quería donar sus órganos, los familiares aceptan sin problema", advierte. A este objetivo de "normalización" se dirigen las charlas que organiza Ados para estudiantes de Eso, Bachillerato y FP, que el curso pasado llegaron a más de 5.000 alumnos. Por el momento, el índice de negativas se redujo ya en 2017 hasta el 21,5%. Asimismo, la voluntad expresa de donar se manifiesta objetivamente en el "muy importante crecimiento" de las tarjetas de donador: hay 107.649 en Galicia, de las cuales 4.140 se firmaron ese mismo año, un 37,6% más que en 2016.

DONANTE VIVO. El asunto es que circunstancias como la caída de la siniestralidad vial, el envejecimiento demográfico y los avances sanitarios que permiten una mayor supervivencia a sucesos como un ictus provocan que el perfil del donante de órganos en Galicia sea cada vez de mayor edad. "La media es de 62 años", precisa Bouzas, que destaca que, no hace demasiado, "una persona de más de 50 años a lo mejor ya no se consideraba" y, en cambio, "hoy hay donantes de más de 90".

"Tenemos que trabajar con lo que hay", resume la coordinadora autonómica. Por ello, reivindica que, dado que estos órganos procedentes de individuos de mayor edad "no están en tan buenas condiciones", es clave "la mayor pericia" tanto de los médicos que cuidan al donante como de los equipos de trasplante. "Y en Galicia tenemos lo mejor de lo mejor".

Marisa López García, directora de Ados: Los datos reflejan el éxito de un modelo que funciona y que de hecho es al que miran los países de Europa y el mundo

"La altísima calidad de los equipos de trasplante queda constatada por una experiencia probada desde 1981 y por unos resultados que mejoran año a año, reflejando el éxito de un modelo que funciona y que de hecho es al que miran los países de Europa y el mundo", abunda López García, que incluso bromea con que "ya da un poco de vértigo este límite, que cada año es más difícil por las altas exigencias". Lo cierto es que complejos hospitalarios como el de A Coruña son referencias en trasplantes de corazón y de pulmón, donde, en este segundo caso, es un centro habitual de segunda opinión para valorar a pacientes rechazados en otros hospitales por cuestiones como, precisamente, su edad, que hace que la intervención sea mucho más arriesgada.

En paralelo, otro aspecto derivado de este cambio de perfil del donante influye en los receptores. "Siempre se procura, dentro de lo posible, que si el donante es mayor, el receptor también sea mayor", informa Bouzas. El efecto secundario, pues, es que los pacientes jóvenes encuentran más dificultades para recibir órganos adecuados. Por fortuna, en enfermedades renales y hepáticas, ahí entra en juego el donante vivo.

"Es una opción que se da informando a la persona enferma, a la que se pregunta si tiene un familiar o un allegado que pueda ser el donante", detalla Bouzas. La alternativa es particularmente beneficiosa gracias a que, si existe compatibilidad, la aceptación y funcionamiento del órgano es mucho mejor, aparte de que el receptor no estaría sometido a listas de espera y a los consiguientes tratamientos de diálisis. Estas ventajas son una de las razones que explican que, en 2017, los trasplantes de riñón de donador vivo aumentaran en 31 unidades, dentro del total de 160 trasplantes. Y esta subida contribuye a que los de riñón lideren la tendencia general ascendente, puesto que se practicaron 35 trasplantes más que en el curso anterior —en conjunto, también aumentaron los de hígado, de 91 a 105, y los de pulmón, de 39 a 48; mientras que bajaron los de corazón, de 29 a 26, y los de páncreas, de 5 a 1, si bien solamente este último se halla por debajo del promedio estatal—.

La coordinación entre las administraciones permite que haya listas de donación cruzadas y hasta el llamado 'donador samaritano'

No obstante, en caso de incompatibilidad, todavía queda otra posibilidad: el programa de donación cruzada que la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) coordina en toda España. "La pareja de donante y receptor pueden incluirse en una lista nacional de trasplante renal cruzado y, cuando haya otra pareja compatible en cualquier otro sitio de España, se cruzan", aclara Bouzas, que subraya que se trata de un proceso que ha de estar "muy bien cronometrado y gestionado, porque se hace al mismo tiempo".

Aunque aún hay un modelo todavía más generoso, el llamado donante samaritano, que es aquel que entrega un riñón "para cuando se necesite". No son muchos casos, porque la donación de vivo suele ser entre gente allegada y además la ONT "estudia al detalle las condiciones físicas y psicológicas" del voluntario, pero haberlos haylos, señala Bouzas.

"Son fórmulas adicionales con aspectos tecnológicos, médicos, éticos y emocionales muy complejos, que se pueden dar gracias a la transparencia y rigurosidad con la que trabajan la ONT y las coordinadoras autonómicas", subraya por su parte López García.

Sangre
Un complemento literalmente vital


Las donaciones de sangre son un complemento vital, literalmente, para los trasplantes de órganos. A tal efecto, Galicia "mantiene desde hace 18 años la tasa de donación de sangre que recomienda la OMS, de entre 40 y 60 donaciones por mil habitantes", afirma la directora del Ados, que matiza sin embargo que "no tenemos ese repunte que nos gustaría" pese a pasar "de ser la quinta comunidad en donación a la cuarta, nada mal teniendo en cuenta la situación demográfica", ya que la franja de edad que puede donar sin necesidad de permiso médico, que abarca entre los 18 y 65 años, es cada vez "más estrecha".

Meta: la autosuficiencia
El objetivo es que Galicia sea "autosuficiente". A esta meta ayudan casos como el "fenómeno de Padrón", concello donde este año se ha obtenido una ratio de 105 donaciones por mil habitantes. Es el líder absoluto, a gran distancia del resto de cabezas provinciales: A Guarda (82), A Pobra de Trives (69) y Meira (49). "Las ciudades aglutinan la mayor parte de la población y ofrecen las mayores respuestas", dice. De ellas, solo Lugo no alcanza la tasa recomendada. Además, Marisa López llama a donar, ya que las reservas de los grupos A+, 0+ y 0- están bajas.

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