¿Pasó ya lo peor?
Pasó una de las fases más graves, importantes y dolorosas que tuvimos: la de la lucha contra el Covid-19. Pero ahora tenemos un objetivo igual de importante que es reconstruir este país y hacerlo de forma que nadie quede atrás.
¿Qué tal cumplieron los gallegos?
Ejemplarmente. Estoy satisfecho de su civismo, su capacidad de entender la gravedad del problema y su colaboración con el Gobierno de España. Permitieron, con su actitud, que no hubiese una debacle en la atención sanitaria.
¿Qué papel jugó su Delegación?
De coordinación, cooperación y ayuda total a las medidas que tomaba la Xunta e intentar que todo el entramado legal, logístico y normativo se cumpliese sin problemas. Y creo que lo hemos conseguido; fue un éxito. Gracias a la ciudadanía, como dije, porque hubo una especie de simbiosis entre la gente, las empresas y el Gobierno de España, que se dieron cuenta que de esta crisis se salía unido. El Estado funcionó y demostró que es un pilar fundamental para la construcción de una sociedad fuerte y solidaria.
¿Y la labor de la Xunta?
Las medidas que haya tomado el presidente de la Xunta tendrá que explicarlas él. Nosotros fuimos colaboradores y en ningún momento escuchó de la Delegación del Gobierno una sola crítica. Cooperamos con medios, material, explicación de la normativa, apoyo del Ministerio de Defensa a las residencias, los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado…
Estoy satisfecho del civismo, colaboración y actitud de los gallegos, que evitaron que hubiese una debacle sanitaria
Pero sí hubo momentos de tensión con conflictos como la apertura de mercadillos, la pesca fluvial…
Hay que ponerse en aquellos días. Primero teníamos que dar respuesta a salvar vidas que era lo prioritario; segundo, hacerlo manteniendo una actividad económica que permitiese al país seguir creciendo; y tercero, legislar todo eso. Es normal que en momentos como ese haya ciertos errores cuando se redactan ordenes ministeriales o cuando se interpretan en el DOG, pero yo lo reduciría a anécdotas de una dinámica legislativa rápida que exigía dar respuesta a las demandas que iban surgiendo. Si echamos la vista atrás, España funcionó perfectamente.
¿Aprobó el Ejecutivo de Sánchez?
El Gobierno intentó evitar las víctimas y, al mismo tiempo, realizó la mayor apuesta social y económica que ningún Gobierno hizo nunca. En Galicia, en estos tres meses se destinaron 690 millones de euros a los Ertes y a los autónomos llegaron 158 millones. En esta crisis el Gobierno de España inyectó en Galicia una cifra cercana a 2.000 millones de euros. Para tener una referencia, es como construir un Hula y un Hospital Montecelo cada once días. Y eso sin contar los avales Ico, que fueron 3.026 millones para que los autónomos gallegos tuviesen liquidez. Todo eso facilitó que Galicia tuviese una respuesta. Y se completó con la puesta en marcha de un sistema de protección social y económico como nunca en la vida, con el ingreso mínimo vital. Es el cierre de una respuesta socialdemócrata a una crisis. En la anterior hablábamos de recortes, copagos o de que la gente se salvase por su cuenta; aquí, en una pandemia global hay un Gobierno moderno y un presidente comprometido con una reconstrucción que nos fortalezca.
¿No es pronto para descartar recortes? Vienen meses duros.
Sí, pero van a estar soportados por todas esas cifras de las que hablo. Galicia está teniendo una liquidez importante y ahora se debaten los 16.000 millones a fondo perdido que el Gobierno repartirá entre las comunidades, algo que nunca había ocurrido. Porque no debemos olvidar que detrás de todo esto hay personas. Cuando hablamos de los Erte me acuerdo de Mari Carmen, propietaria de un restaurante en Baleira que gracias a las ayudas pudo aguantar y el 25 de abril volvió a abrir ya con 11 comidas ese día. Detrás de cada paga del Erte hay una persona. Fue decisión de este Gobierno que de esta crisis salgamos todos. Gracias al Ejecutivo de Sánchez, los gallegos tendrán recursos para gasto sanitario, educación y para compensar la caída de ingresos. Espero que la Xunta sea generosa con esos fondos para enviarlos a diputaciones y concellos, la mejor arma para que estos recursos del Estado lleguen a toda la gente.
Detrás de cada Erte hay personas, como Mari Carmen, que aguantó su restaurante de Baleira con las ayudas del Estado
¿Avala que Galicia salga antes del estado de alarma?
El Gobierno tomó la decisión de que, en fase 3, el máximo responsable es el presidente autonómico. Yo espero que Feijóo acierte y que tome la decisión con datos suficientes. El problema no es llegar antes sino llegar a tiempo, protegidos y sin tirar nada por la borda. Desde la Delegación tendrá la mayor cooperación.
¿Y qué le parece votar el 12-J?
Al final, los datos avalan esta fecha. Esos buenos datos sanitarios son posibles por las decisiones del Gobierno de decretar el estado de alarma y el confinamiento. La decisión de convocar elecciones es de Feijóo, pero yo creo creo que los ciudadanos están a otra cosa: trabajo, futuro, familia, conciliación… Quizá fuese mejor otra fecha en la que podía haber una mejor confrontación ideológica y de modelos, porque los hay. Pero quien convoca es el presidente y nosotros ya nos pusimos a su disposición para garantizar que la campaña y la votación se lleven a cabo en perfectas condiciones.
