La Policía interviene 350 kilos de cocaína ocultos entre plátanos atribuidos a un gran capo gallego

El cargamento fue aprehendido en el polígono industrial de San Cibrao das Viñas, donde se ubicaba la empresa que permitiría el narcotransporte.  Los dueños de la droga son de O Salnés. Los 7 detenidos, de Pontevedra, Ourense y Madrid

El contenedor contaminado entró por el puerto de Leixões, una dársena que mueve el doble de contenedores que las terminales gallegas.
photo_camera El contenedor contaminado entró por el puerto de Leixões, una dársena que mueve el doble de contenedores que las terminales gallegas.

La cocaína viajó oculta entre bananas. CNPUna laboriosa investigación desarrollada desde hace meses en la Comisaría Provincial a cargo de la unidad de élite Greco Galicia ha otorgado a Pontevedra el dudoso honor de incautar el primer gran alijo de cocaína de 2019. Apenas dos meses después de la aprehensión de 650 kilos en el corazón de la Boa Vila, los agentes de la Policía Nacional han logrado retirar del mercado otros 350 kilos cuyo destino era casi en su totalidad el mercado de la provincia. La cocaína, que llegó a Europa en un portacontenedores procedente de Ecuador y viajó oculta entre bananas, era propiedad de uno de los grandes capos de la droga que permanecen activos en las Rías Baixas.

El operativo, que continúa abierto y bajo secreto de las actuaciones, se salda por ahora con siete personas detenidas, cinco de nacionalidad española y dos sudamericanos. De los cinco primeros, todos ellos gallegos, dos estaban afincados en Ourense. Uno sería el presunto responsable de la empresa instrumental que permitiría la entrada del polvo blanco en la Unión Europea; el otro, uno de sus empleados, con supuesto conocimiento de lo que sucedía. Los restantes, en un escalón superior en el organigrama, serían los dueños de la mercancía, afincados, cómo no, en la comarca de O Salnés.

La operación es más importante de lo que parece, por dos motivos. El primero, por el hecho de que la droga fuese propiedad de un grupo gallego (normalmente, el mayor porcentaje se envía a Madrid y vuelve a manos de los colombianos). El segundo, por la vinculación con la misma de uno de los capos importantes que permanecen activos en la provincia de Pontevedra.

Para el buen fin de la investigación, coordinada por el Juzgado de Instrucción 1 de Vilagarcía (que recibirá hoy en declaración a los detenidos) fue precisa la estrecha colaboración de las autoridades portuguesas (el cargamento entró por el puerto de Leixoes, en las afueras de Oporto) y del Servicio de Vigilancia Aduanera.

Los especialistas de la unidad antidroga Greco Galicia, que consiguieron tener el control del cargamento contaminado en todo momento, han logrado frenar en cierto modo la llegada de cocaína por el sistema tradicional (pesqueros y planeadoras) tras la caída de Sito Miñanco. Por ello, ahora centran sus esfuerzos en los alijos a través de contenedor.

La banana sudamericana sigue siendo un escondrijo habitual
La banana sudamericana llega en cantidades muy importantes a la Unión Europea a lo largo de todo el año, pero es especialmente importada durante los meses de invierno. Sus cargamentos resultan uno de los escondites preferidos para las organizaciones de narcotraficantes a la hora de ocultar grandes alijos de cocaína, que cruzan el Atlántico de varias formas.

En ocasiones, los narcos simplemente colocan los paquetes de polvo blanco debajo de la mercancía lícita (como se ha visto recientemente en Algeciras). Para ello, sin embargo, deben tener un control muy amplio de la infraestructura portuaria.

En otras ocasiones, los traficantes ‘inyectan’ la droga dentro de las propias bananas, que a veces son de plástico, para evitar ser descubiertos cuando el contenedor pasa por un escáner. En algunos casos, simplemente colocan mochilas con droga alrededor de la carga legal. Así sucedió hace algunos años en el puerto de Marín.

 

Los narcos apostaban por una empresa legal de Ourense
Existen diferentes modalidades de envío de cocaína a través de contenedores. En este caso, según se desprende de los hechos, el grupo criminal con base en la comarca de O Salnés tenía tratos con al menos un empresario del sector de las frutas, con capacidad para importar grandes cantidades de bananas, como ocurrió en este supuesto. Su firma sería el instrumento empleado por la organización para dar una apariencia de licitud a cada uno de los viajes, en los que, en connivencia consus socios del otro lado del Atlántico (normalmente de Colombia, Ecuador o Bolivia), ocultan partidas de droga.

Los seguimientos permitieron a los agentes en esta ocasión llegar hasta la matriz de la supuesta empresa instrumental, ubicada en el polígono industrial de San Cibrao das Viñas. Dos de sus responsables fueron detenidos allí, donde también se encontraba un ciudadano ecuatoriano afincado en Madrid. Tal vez fuese a recoger su parte del negocio.