"El PPdeG tendrá más presencia de mujeres y de jóvenes y eso se reflejará en las candidaturas"

La pandemia da un respiro y Feijóo aprovecha para perfilar su quinto mandato en el PPdeG y engrasar la maquinaria para las municipales. Sabe que PSdeG y BNG están al acecho de las alcaldías "en cuanto nos falte un solo voto". "No tienen proyecto de país, solo de poder", afea
Alberto Nuñez Feijoo
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FEIJÓO mira con envidia la ley electoral del vecino Portugal y urge una reforma en España. No quiere ni oír hablar de 2024 y ve a Casado "más maduro" y la "única alternativa" actual a Sánchez.

¿Cuándo y por qué toma la decisión de repetir al frente del PPdeG?

Cuando vi que nuestro proyecto tenía plena vigencia al refrendarse en las urnas con más apoyo que los anteriores. Ahí entendimos que para iniciar la cuarta legislatura lo lógico era que el presidente de la Xunta lo fuera del partido para evitar la descoordinación.

"Aquel que crea que hay una persona que gana elecciones y el resto son un mero decorado se equivoca profundamente"

Terminará mandato en 2024 tras 18 años al frente del partido. ¿No teme haber alimentado una peligrosa Feijóodependencia?

Es verdad que cuando una persona lleva mucho tiempo en un puesto y sus compañeros y el conjunto de la organización consiguen revalidar ese puesto con mayor apoyo, ese riesgo existe. Pero el que crea que hay una persona que gana elecciones y el resto son mero decorado se equivoca profundamente. Y el ejemplo lo tenemos en los excelentes resultados de Lugo, con nueve escaños, lo que significa que el PPdeG hizo un campañón. Yo solo soy el que está al frente de una organización y sé perfectamente que sin esa organización camyo no estaría al frente de nada.

Pero ese excelente resultado de Lugo del 12-X después no fue recompensado en el reparto de poder ni de cargos en la Xunta.

Una de las virtudes que incorporamos a nuestra formación para corregir uno de sus defectos es que Galicia es un proyecto político y el PPdeG un partido único. Medir las cosas como se medían hace 20 años ya no se hace en ninguna organización ni empresa, así que tampoco en un partido político. Y que yo sepa, el vicepresidente segundo antes tenía una consellería, así que no creo que eso sea bajar en nada. Y hay altos cargos de la provincia en muchos sitios. Pero mire: yo nací a 100 metros de la provincia de Lugo pero en Ourense y tenía que ir a diario a la escuela a Lugo y volver cada noche a casa a Ourense. Así que esas cosas no me las creo.

¿Qué PPdeG quiere tras el congreso autonómico de julio?

Un PPdeG que tenga un proyecto para la Galicia del 2030, que rejuvenezca sus cuadros y con más presencia femenina y más presencia de jóvenes. Si queremos gestionar la comunidad de 2030 tenemos que hacerlo con las personas que ese año sean las protagonistas de esa Galicia.

¿Esa renovación tendrá efecto en las candidaturas?

Entiendo que sí. En este congreso el objetivo principal no es que Feijóo siga. Lo primero es que el Gobierno y el partido trabajen de forma coordinada y lo segundo es preparar las municipales. El PPdeG tiene que mejorar y el primero que lo asume soy yo mismo.

No falta tanto para esas municipales de 2023. ¿Están decididos, o al menos pensados, los candidatos de las ciudades?

El objetivo es tener listo el congreso autonómico finalizado en julio, los provinciales finalizados en septiembre y encarar los locales en el último trimestre del año para, si es posible, en el primer trimestre de 2022 tener todos nuestros candidatos, o al menos el 99%. Y entre ellos los de las ciudades.

¿Cómo resolverán el problema de voto urbano que tuvieron en las locales de 2019?

El PPdeG que en 2011 logró 211 alcaldías es el mismo que en 2019 obtuvo el 30% del voto en las municipales. ¿Que pasó? Que en 2011 había una ola a favor y en 2019, en contra. Y ganamos en Ferrol, Lugo y A Coruña, pero el problema es que al PPdeG se le pide siempre un resultado como el de España- Eslovaquia y a veces las goleadas son muy difíciles. El PSOE solo necesita que al PP le falte un voto y el objetivo del BNG es conseguir ese voto para prestarle al PSOE a cambio de nada. Pero algún día tendremos una ley electoral en la que copiaremos las buenas prácticas de otros países. Tenemos uno muy cerca que está teniendo bastante éxito en las últimas décadas que es Portugal, donde todos saben la noche de las elecciones quién será su alcalde: el del partido más votado. Ni trampa ni cartón. Estoy convencido de que en España algún día tendremos una reforma estructural de la gobernanza, que es mucho más importante que la reforma constitucional. Una reforma de la ley electoral es clave para ordenar el panorama político español y distinguir entre los que ganan y los que pierden.

Pero no parece que ese debate esté sobre la mesa ahora mismo.

Con este PSOE evidentemente no. Porque desde el pacto del Tinell de Zapatero el objetivo es no dejar gobernar al PP en ningún sitio. Eso se fue prostituyendo y ahora el objetivo es no dejar gobernar al PP pero sí hacerlo con Bildu y el independentismo catalán... El PSOE entró en decadencia. En una larga conversación reciente con Felipe González recordaba como, cuando Aznar le ganó en 1996 por solo un punto, Helmut Kohl le preguntó por qué no intentaba formar Gobierno y Felipe le respondió: "Perdí las elecciones y le corresponde hacerlo al que ganó". Ese Partido Socialista, lamentablemente, pasó a la historia.

¿Veremos algún día una relación con Abel Caballero como la que tiene con Inés Rey o Lores?

Al alcalde de Vigo le da resultado electoral el enfrentamiento y el insulto continuado y mientras sea así no creo que lo cambie. Yo soy exactamente el mismo que habla con Inés Rey, con Bugallo o con Lores, así que no creo que dependa de mí. Pero hay gente a la que le molesta que uno haga un hospital en Vigo, la mayor depuradora de la fachada atlántica, la mayor actuación edificatoria de obra civil como es la ciudad de la justicia, que se salve la automoción ante la incapacidad del gobierno local de aprobar un PXOM pese a su mayoría absoluta... Esas cosas hay que ocultarlas con el insulto. Pero yo creo en la política y cuando todo esto acabe la gente se dará cuenta de que toda la política estructural de Vigo, tanto industrial como ambiental o de servicios públicos, tiene la firma de la Xunta. Y es además mi obligación, porque me presenté por Vigo y siempre ganamos allí las autonómicas.

Se queja mucho de la frivolidad que se instaló en la política. ¿Tanto empeoró desde sus comienzos?

Sin duda. La política en este momento es la peor de los últimos 40 años. Los políticos tienen menos nivel, el debate se sustituyó por los insultos y el pensamiento político por los tuits, esa política de 150 caracteres que no son más que mantras o esolgans. Lamentablemente, hoy los políticos no son parte activa de la sociedad. Echo de menos el poder hablar, conversar, discutir, acordar... pero en este momento no es posible. No hay proyecto de país, hay proyecto de poder: el objetivo es llegar al poder y nada más. Hay un deterioro de la política con mayúsculas para convertirla en una especie de tertulia o de plató de televisión. Eso no es la política.

¿Pero habrá excepciones?

Claro que las hay. Pero probablemente todos, yo incluido, caigamos en esos errores. Es verdad que al menos algunos nos damos cuenta, mientras otros lo practican con intensidad.

Volviendo al PPdeG, ¿continuarán los cuatro líderes provinciales?

Eso dependerá de los colegas de cada provincia. Yo vengo a pedir el apoyo para ser el presidente del partido. Y a partir de ahí mis compañeros lo pedirán para serlo en cada provincia. Pero vayamos por partes.

En el PPdeG el líder del partido siempre es el candidato a la Xunta. No es una obligación pero sí es una tradición... y usted es un político de costumbres.

¡Bueno! [ríe] Es verdad que los estatutos otorgan esa posibilidad, pero si por ejemplo uno decide dejar la política el partido tiene que tomar una decisión. Pero como soy hombre de costumbres, en este momento mi objetivo es superar la pandemia, activar la recuperación, presidir el partido y preparar las municipales. ¡No crea que es poco temario para los próximos tres años!

Se habla menos de su salto político a Madrid. ¿Eso es bueno o malo?

Bueno, bueno. Lo agradezco. No crea que me influye mucho lo que se hable o no, pero creo que es bueno que tengamos claro cuál es el puesto de cada uno y, como dijo que soy hombre de costumbres, pues quedó demostrado que siempre dije la verdad.

¿Ve más centrado ahora a Pablo Casado?

Es la única alternativa que hay en España en este momento. El presidente Casado demostró que eligió bien a los líderes de Madrid, alcalde y presidenta, y eso es un haber importante en su contabilidad. Entendió también la España diversa y las distintas sensibilidades que confluyen siempre en el respeto constitucional y la unidad de la nación y maduró de forma acelerada porque así lo marcan los tiempos. Tiene criterio, defiende sus posiciones y cada vez tiene mayor peso político en el panorama nacional. Ya nadie ve que pueda ser alternativa a Sánchez ningún otro político, cuando hace un par de años se hablaba de Vox, de Ciudadanos.... Conseguir esto en dos años no es fácil.

¿Volvemos a hablar demasiado de Cataluña?

Es que sin independentismo catalán no hay Gobierno. Ese es el problema.

La pandemia puso a prueba el Estado de las autonomías, la cogobernanza no funcionó y hubo roces territoriales. ¿Quedarán secuelas de toda esa tensión?

No. Es cierto que hubo tensión entre territorios pero los presidentes autonómicos sacaron buena nota en la gestión del covid-19. Si España es hoy uno de los países con mejores datos y que más avanzada tiene la vacunación es porque los servicios de salud de las comunidades autónomas gestionaron bien. Lo que falló fue el liderazgo en la gestión de la pandemia por parte del Gobierno central, pero no fallaron los territorios. El Estado de las autonomías está hoy más fuerte, legitimado y acreditado que antes.

En este tira y afloja entre Gobierno y autonomías parece que la AP-9 gallega se hace esperar.

Aquí tenemos tres frentes: la rebaja de peajes, la finalización de obras con cargo a los presupuestos y la titularidad. Lo único en lo que parece que hay algún avance es en los peajes y para eso, con dudas sobre el cumplimiento de los plazos. De todo lo demás ni siquiera se habla. Un ejemplo de que el peso de PSdeG y BNG en el Gobierno de España es próximo a cero. El Bloque solemnificó el apoyo a la legislatura de Sánchez por el traspaso de la AP-9 y ahora la primera propuesta es que no se quiere trasferir su titularidad. En fin, yo voy a seguir trabajando con los interlocutores de Galicia y defendiendo a los gallegos.

"Tener la mortalidad covid más baja del país no es azar, es organización"

Vemos la luz al final del túnel del covid, pero... ¿cuándo hablaremos de normalidad plena en Galicia?

Somos cautos porque la información de las vacunas nos llega semanalmente. Si, como hasta ahora, las vacunas superan todas las variantes del virus, entiendo que en otoño podremos tener inmunizado a un porcentaje muy amplio de población.

El año pasado admitía que le temía al verano. ¿Este?

El temor es menor, pero existe el riesgo de la relajación. Mi mayor miedo es la gente joven, porque en julio inmunizaremos a todos los mayores de 40 años y tendremos
puestas muchas primeras dosis a la franja de 30 a 39, pero entre los 15 y los 30 años no tenemos vacunas y no sabemos si los podremos vacunar en agosto, en octubre o
en noviembre. Y el 50% de casos activos en este momento son menores de 35 años. Nos preocupa esa dificultad para inmunizar de 25 años para abajo.

El verano pasado no tuvo vacaciones por el covid. ¿Este año tocan?

Estaré activado para lo que sea necesario, pero sí pienso descansar en agosto en Galicia.

Gestionar este año largo de pandemia fue duro. ¿Qué fue lo peor?

Marzo, abril y mayo de 2020 fueron durísimos. No tener material, discutir con proveedores para que mandaran PCRs y respiradores ya pagados y ver como el virus avanzaba sin tener material para los profesionales.... ¡Fue durísimo! Y después, pues todas las secuelas: el aumento de ciudadanos con carencias, los Erte sin cobrar...

¿Y saca algo bueno?

La parte buena es que los gallegos comprobaron que el Sergas es de los mejores servicios de salud de Europa. Vieron que tenemos profesionales sanitarios no solo con
conocimiento sino también con una enorme humanidad, las residencias de mayores con mejor comportamiento de España, acabamos el curso escolar con presencialidad todos los días... En definitiva, Galicia es una comunidad muy fuerte y con unos servicios
públicos muy sólidos. Yo creo que en estos 40 años que se cumplen del Estatuto este fue el año de la consolidación inequívoca del autogobierno gallego y del éxito de la España de las autonomías.

Galicia es la comunidad peninsular con menor mortalidad por covid. Este no es un asunto para celebrar, pero... ¿está satisfecho?

Con una nueva enfermedad para la que no hay fármacos el parte de batalla al final se mide por el número de fallecidos y, siendo de las comunidades más envejecidas, tener la menor mortalidad de España no es casualidad ni azar. Esto es organización de los servicios sanitarios y sociales; profesionalidad y humanidad del personal; y protocolo, criterio y conocimiento de un comité clínico que funcionó durante 15 meses sin interrupción. No falló nadie, semana tras semana al pie del cañón a cambio de nada. Yo como gallego me siento muy orgulloso de lo que hicieron los servicios públicos y también la población.

"Mi lealtad al Gobierno es incondicional, pero mi compromiso con Galicia no tiene precio"

¿Se sintió en algún momento abandonado o discriminado por el Gobierno central?

Yo intenté decirle siempre al Gobierno central, en público y en privado, lo que pensaba e intenté ser siempre leal. Pero me sorprendió el inmerecido ensañamiento con el recurso de inconstitucionalidad a nuestra ley de salud. Llevé a Moncloa la propuesta del texto articulado y mi sorpresa es que ni siquiera contactaron con la Xunta antes de presentar el recurso, como ocurre siempre para iniciar la bilateralidad. Y lo que ya no deja de ser un insulto es que nuestros amigos de Baleares copien la ley gallega y ahí nadie recurre. Eso es ensañamiento. Y la segunda discriminación es el reparto de fondos. Galicia y Castilla y León son las dos autonomías más perjudicadas en todos los fondos aprobados por el Gobierno con recursos europeos. Con los fondos empezamos muy mal, así que a ver cómo acabamos. El Gobierno sabe que mi lealtad es incondicional, pero también que mi compromiso con Galicia no tiene precio.

¿Es una represalia por su beligerancia con el Ejecutivo?

No es un problema personal ya que mi relación con algunos ministros y el presidente es buena. Es un problema de que a Galicia no la necesitan para la gobernabilidad de España porque se abonaron al independentismo vasco y catalán. Y también de que el PSdeG no tiene peso en el PSOE. Ver a nuestros colegas diputados socialistas no votar a favor de la exención de las donaciones en vida, de la bajada de impuestos tras subir el 45% el precio de la luz, de la transición ordenada de Meirama y As Pontes, de la gestión eficiente del conflicto de Alcoa, de no cerrar nuestra única planta de pasta de celulosa... ¡Eso es un bochorno! Si veo que el PP gobierna Madrid y hace esto tengo dos opciones: o dimito o me posiciono y defiendo Galicia. Pero me da la sensación de que el PSdeG y su socio barato, el BNG, no le causan ningún problema al Gobierno del Estado.

Los fondos de la UE serán claves en la recuperación. ¿Teme que se les dé un uso inadecuado?

Sí. A nosotros ya nos faltan 650 millones según lo que nos correspondería en base a la financiación por población ajustada. Es mucho dinero, con el que solucionaríamos el problema de abastecimiento y saneamiento del 90% de Galicia o finalizaríamos la red de hospitales y centros de salud. Es la confirmación de que discriminaron a unos sacándoles fondos que les corresponden para dárselos a otros. Ahora presentamos a los fondos de recuperación proyectos industriales, agroforestales, biotecnológicos o de automoción muy potentes y si hay concurrencia y competitividad estoy muy tranquilo. Es evidente que la legislatura está marcada por la necesidad de buscar acuerdos cada martes en el Congreso con el independentismo catalán y vasco y que en el primer reparto de fondos Galicia salió perjudicada, pero a ver a partir de ahora lo qué pasa.

El sector primario tiene mucho peso en esos proyectos y, consecuentemente, Lugo también.

Sin duda. Lugo es una de las grandes despensas de España y tendrá muchas posibilidades en todos los temas forestales, agrarios y de economía circular. Hay proyectos que no están en los titulares pero al verlos uno comprueba que Lugo tiene mucho que decir en ellos.

"Nadie produce alumnio a 70 euros el megavatio; el estatuto electrointensivo fue un engaño"

La planta de Alcoa en San Cibrao sigue en peligro. ¿Es optimista?

¿Por qué el Gobierno se empecinó en cerrar Ence y en no ordenar Alcoa? Cuando empezamos la legislatura no existían estos problemas. Alcoa no puede producir aluminio a 70 euros el megavatio. Se nos mintió de forma reiterada con el estatuto electrointensivo, uno de los grandes engaños de la política energética de este Gobierno. ¿Y Meirama y As Pontes? Por qué esta obsesión de desenchufar el sistema eléctrico que funciona antes de conectar el nuevo. Desmantelamos As Pontes y ahora la luz está a 75 euros el megavatio. Esto es consecuencia de la política industrial y energética ideologizada: al Gobierno le interesa más cumplir su ideología que el precio de la energía para mantener los empleos. Ningún Ejecutivo se atrevió a poner en cuestión Alcoa; es la primera vez que ocurre.

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