"Los videojuegos con micropagos son una pervesión, meten el juego a niños en vena"

La Fundación Barrié encargó a Antonio Rial Boubeta, como referente en la materia, un estudio pionero que analizará los hábitos de 10.000 adolescentes gallegos respecto al gaming y las apuestas
Antonio Boubeta.EP
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PARECE DIFÍCIL luchar contra la adicción de los adolescentes a los videojuegos cuando sus principales fuentes de comunicación son ‘streamers’ o ‘youtubers’ que, desde Andorra, cuentan cómo se hicieron ricos a base de horas y horas de ‘gaming’. Tampoco es sencillo prohibirles apostar online, como publicitan sus ídolos Neymar, Piqué o Cristiano Ronaldo. El profesor en Psicología Social de la USC Antonio Rial Boubeta, referente nacional en los trastornos de conducta de los más jóvenes, no es optimista. Pero el primer paso para abordar un problema es diagnosticarlo, por lo que acaba de iniciar, con el apoyo de la Fundación Barrié, un estudio pionero que analizará el comportamiento respecto a videojuegos y apuestas de 10.000 adolescentes gallegos.

Antes se diferenciaban los videojuegos del juego de azar, pero ahora la línea es más fina porque los primeros incluyen una serie de contenidos que deben pagarse.

Eso es. El problema de los videojuegos, dado el auge del nuevo modelo de negocio llamado ‘free to play, pay to win’, que está implantándose en títulos de éxito como Fifa o Fornite, es que incitan a hacer micropagos para tener una serie de beneficios que aumentan la probabilidad de ganar. Por lo tanto, estamos metiendo a los niños desde edades tempranas en la dinámica de jugar muchas horas y pagar para ganar.

Entonces, ¿también pueden causar ludopatía los videojuegos?

Sí. Tienen un potencial adictivo porque son competitivos e implican dinero, De hecho, en países como Bélgica tienen prohibidas por ley las cajas de recompensa en los videojuegos. Son las llamadas ‘luck boxes’, que son sobres sorpresa, como hay en Fifa, con un componente de azar. Es como una ruleta, a lo mejor te sale un jugador u otro. Estamos metiendo de lleno la dinámica del juego.

Con el agravante de que aquí juegan niños de 10 u 11 años...

Sí. Se lo estamos metiendo en vena desde edades muy tempranas, es una auténtica perversión.

Estamos viendo casos como el del joven de Castellón que fue internado por su adicción al Fornite.

A los que trabajamos en ello no nos sorprende tanto. Según Sanidad, se cifra en un 6,1% la prevalencia de una posible adicción a los videojuegos. Y esto se traduce en que en el caso de Galicia estaríamos hablando de 7.000 u 8.000 chavales. Y en el caso de España, alrededor de 200.000.

¿El estudio pondrá cifras a la situación entre los jóvenes gallegos?

Trataremos de hacer una radiografía sobre el juego, de cómo está el panorama aquí y ahora. Porque muchas veces cuando salen datos de la Organización Mundial de la Salud parece que están lejos y que no van con nosotros. Sabemos que el 24% de los menores gallegos ha apostado alguna vez en su vida.

¿Qué consecuencias puede tener la adicción a videojuegos?

Además del severo problema de la adicción, de la necesidad de jugar, hay que tener en cuenta que según datos de la industria del videojuego, tres de los top ten de ventas son Pegy 18. Hay estudios que dicen que los chavales que empiezan a jugar a videojuegos violentos triplican las probabilidades de ser acosadores escolares. Y otro elemento es el estilo de vida, que casi nadie lo menciona. Los chavales que tienen un problema de enganche dedican menos tiempo al estudio, deporte, a dormir… En el Clash Royale, uno de los videojuegos con más éxito entre los menores de 12 o 13 años, los cofres de recompensa se abren a las cuatro de la mañana. Y luego van dormidos por la mañana. Lo dicen los profes de primaria y secundaria.

No es fácil luchar contra la adicción a los videojuegos cuando los adolescentes ven como los ‘streamers’ se hacen ricos jugando.

Hay una cosa que se llama responsabilidad social y que estos personajes públicos no cumplen. Sabemos por encuestas que en Espana a uno de cada cinco menores de edad les gustaría ser gamers, y además creen que podrán serlo. Lo mismo ocurre con las chicas e Instagram. Yo les recomiendo a los papás y mamás que entren en Instagram, pongan cualquier nombre y pinchen en el primero que salga. Y que vean las imágenes que están subiendo. Los pederastas se frotan las manos.

Preocupa que algunos jóvenes tienen las casas de apuestas como lugares de reunión, como bares...

Realmente son bares. De todas formas, solo uno de cada diez menores que apuestan lo hace ahí, por lo que en el 90% de los casos los controles de acceso funcionan. No los demonicemos porque las normativa la están cumpliendo. ¿Cuál es el problema? Que yo, si soy un menor, puedo ir sin control al bar de la esquina del instituto, donde también hay una máquina de apuestas. La nueva Lei do Xogo contempla multas muy cuantiosas para esos supuestos. Una alternativa será poner un dispositivo de control remoto como las máquinas de tabaco, o un control de DNI. Hay que articular algo.

Precisamente se está ultimando la Lei do Xogo en Galicia. ¿Cree que puede mejorar la situación?

Llevamos tres años preparándola. Pasó por muchos filtros y doy gracias a la Xunta por darnos a muchos la oportunidad de participar. Confiamos en que el Gobierno gallego legisle de forma valiente y, sobre todo, que se aplique.

¿Hicieron mucho daño campañas con lemas tan directos como ‘apuesta, apuesta, apuesta’ con rostros como el de Carlos Sobera, Piqué, Neymar o Cristiano Ronaldo?

La ley está mejorando. Pero más allá de que sea legal o no, tenemos que preguntarnos si es moral o no. Y que estos famosos se conviertan en las caras públicas de las apuestas es absolutamente inmoral.

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