Compost en casa para una naturaleza más sostenible

Los vecinos de Pardavila, en Marín, han sido los últimos de la comarca en unirse a la iniciativa de Sogama con el reparto de 100 composteros

Compostero individual. EP
photo_camera Compostero individual

En los últimos años, cada vez son más los concellos que han abogado por unirse al compostaje. El último ha sido el de Marín, que hace apenas dos semanas repartía 100 composteros individuales entre los vecinos de la parroquia de Pardavila. Lo hacen a través del Programa de Compostaje Doméstico que promueve Sogama al tratarse «dun ámbito xeográfico que cumpre coas premisas impostas» por la entidad pública, por ser una zona «con vivendas unifamiliares que posúen terreos (xardín ou horta) nos que se podería aplicar o compost durante o proceso», según explica el Gobierno municipal.


El programa de Sogama se puso en marcha en febrero de 2010. Tras la adhesión del Concello de Marín este mismo mes, hoy son un total de 80 entidades pontevedresas las que forman parte de este programa (37 ayuntamientos, 39 centros educativos y 4 colectivos sociales) y la compañía ya distribuyó entre las mismas más de 2.900 composteros.


En los últimos años, la generación de residuos urbanos en Galicia sufrió un fuerte incremento, hasta el punto de que, en la actualidad, la tasa de producción llegó a alcanzar los 1,2 kilogramos por habitante y día, situándose en más de un millón de toneladas anuales.

De ella, casi la mitad está formada por materia orgánica, cuyo destino habitual son los contenedores convencionales, en los que también se depositan los materiales no reciclables. Sin embargo, en determinados ámbitos del medio rural gallego existe la posibilidad de transformar estos restos orgánicos en compost, un fertilizante natural con excelentes propiedades para la tierra. El proceso resulta muy sencillo, ya que se trata de recuperar una práctica tradicional en Galicia, separando los residuos orgánicos para la elaboración de abono o alimento del ganado.

Esto contribuye a reducir el volumen global de los residuos producidos mediante reciclaje de la materia orgánica en origen; eliminar o, por lo menos, minimizar el excesivo uso de fertilizantes químicos; reducir la frecuencia de recogida de contenedores genéricos por parte de los servicios municipales, y reducir el número de desplazamientos que los habitantes del rural deben realizar a los contenedores, por lo general muy distanciados de las viviendas. 


 ¿Qué es el compostaje doméstico? Se trata del proceso de descomposición biológica de los materiales orgánicos generados en el hogar, obteniendo compost, que se puede utilizar como acondicionador de suelos en los propios jardines y huertas de las viviendas que lo fabrican.


Para poder hacer compostaje doméstico, lo más importante es tener un espacio adecuado en la huerta o el jardín, un compostero en el que depositar los restos orgánicos (aunque se trata de un recipiente que no es imprescindible), residuos de cocina, residuos del jardín, un aireador para remover el compost y una pala, para recoger el abono obtenido.

El compostero. El compostero es un recipiente que facilita la circulación del aire en su interior, en el que se introducen los restos orgánicos, permitiendo una óptima accesibilidad, tanto para depositar los residuos como para extraer el abono resultante. 

Su función es la de mantener las condiciones adecuadas de temperatura y humedad para la elaboración de compost, evitando además la entrada de pequeños animales y roedores que pueden alterar el proceso.

Tal y como se ha hecho tradicionalmente, también se puede elaborar abono directamente en el suelo; no obstante, el compostero permite mantener la zona limpia y recogida, acelera el proceso de compostaje, evita los malos olores y facilita el control de las condiciones de humedad, temperatura y oxígeno.

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Ventajas. El compostaje doméstico tiene grandes ventajas sobre el medio ambiente, la economía y la sociedad. Desde el punto de vista medioambiental se depositan menos desechos en el contenedor convencional, propiciando una reducción de la frecuencia de recogida por parte de los servicios municipales y de las emisiones de CO2 derivadas del transporte. Además, la aplicación del compost aporta una serie de beneficios en forma de nutrientes al suelo, mejorando sus propiedades físicas, químicas y biológicas.

Desde la dimensión económica, teniendo en cuenta que la materia orgánica representa en torno al 40 por ciento de la composición media de nuestra bolsa de basura, si se evita su depósito en el contenedor genérico, se verá reducido el importe de la factura que los concellos deben pagar. 

Y desde la perspectiva social se trata de recuperar una tradición en Galicia, como es la separación de los restos orgánicos para alimento del ganado y/o elaboración de compost, posibilitando que los habitantes del rural reduzcan los desplazamientos que necesariamente deben hacer a los contenedores, por lo general muy distanciados de las viviendas debido a la alta dispersión de la población.

El compost fresco (cuando lleva dos o tres meses) es excelente para proteger la tierra de los cambios de temperatura y de la sequedad. Se denomina ‘acolchado’, ya que mejora las características del suelo, ahorra agua y controla el crecimiento de las malas hierbas.

Por otro lado, el maduro (5-6 meses) es un humus fertilizante óptimo para emplear en macetas, césped y huerta. También se puede emplear para acolchar. Aporta elementos minerales, mejorando la estructura del suelo y su capacidad de absorber y retener agua.

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