Dos muertos en un atasco de 200 personas en plena cima del Everest

Los alpinistas baten en la cima del mundo el récord de llegadas en una misma jornada, lo que provoca un arriesgado "cuello de botella" en la cumbre

Rescate de cuatro cadáveres no identificados, hallados en el Everest en labores de inspección. N. SHRESTHA (EFE)
photo_camera Rescate de cuatro cadáveres no identificados, hallados en el Everest en labores de inspección. N. SHRESTHA (EFE)

Más de 200 alpinistas aguardaban este jueves en fila para alcanzar el punto más alto del planeta. Aupados por una climatología benigna, consiguieron batir el récord de llegadas a la cima del Everest (8.848 metros) en una sola jornada, pero provocaron un gigantesco atasco que no solo dio lugar a colas de hasta tres horas, sino que complicó la seguridad de los montañeros. Dos perdieron la vida al iniciar el descenso y el equipo de uno de ellos atribuyó su muerte al colapso sufrido en la cima. Además, cuatro cuerpos sin indentificar fueron rescatados este jueves de la zona, donde se estima que yacen más de 300 vidas.

La imagen de decenas de montañeros encaramados sobre la nieve en un anguloso acantilado fue captada por uno de ellos, Nirmal Purja, quien comentó en un mensaje a The New York Times: "He experimentado antes este tipo de cuellos de botella en montañas, pero no con tal cantidad de gente a semejante altitud". Si el tiempo agradable se hubiera convertido de repente en una tormenta "podría haber sido un verdadero desastre", apuntó.

La larga cola hasta la cumbre en una zona de fuerte ventisca incrementaba los riesgos por falta de oxígeno y por congelación en una de las cumbres, de por sí, más peligrosas del planeta. Al menos, dos personas murieron. Se trata de Donald Cash, un estadounidense de 54 años que viajaba con una empresa de guías de Katmandú especiliazada en el Everest. Se desmayó aquejado de mal de altura y aunque sus sherpas trataron de reanimarlo, fue en vano.

La otra víctima mortal fue Anjali Kulkarni, una india de 54 años, que desfalleció cuando iniciaba el descenso junto a su marido, asistida por una empresa que organizó la expedición. "Debido al tráfico intenso del jueves y al retraso en el regreso desde la cumbre, no pudo conservar la energía", relató a The New York Times el responsable de la empresa, que relató cómo el grupo había tardado tres horas más de lo previsto en llegar al campamento base.