Otro de los gallegos acusados en el juicio es José, que declaró conocer a Castor «de toda la vida, somos vecinos».
Sobre las pequeñas cantidades de cocaína, la báscula de precisión, los teléfonos móviles portugueses y el dinero en efectivo hallado en su domicilio, explicó que todo era de su compañera, de nacionalidad lusa.
"Eso estaba en la cocina y yo de allí no sabía nada. No sé ni freír un huevo", espetó ante el Tribunal.