El pulmón de la comarca de Pontevedra pierde su encanto

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Hace tiempo que las alarmas saltaron entre los comuneros y los concellos de Vilaboa y Marín. La falta de limpieza, el mal estado de los accesos y el abandono del parque de Cotorredondo y del Lago de Castiñeiras está en el punto de mira de estos dos municipios

En su momento, María Ramallo trasladó a la Consellería de Medio Ambiente las demandas vecinales y la necesidad de mejorar los viales de acceso y la limpieza del parque.

La alcaldesa del municipio marinense cree que «Castiñeiras ofrece grandes posibilidades de explotación y con la llegada del buen tiempo se podrían potenciar como alternativa turística, pero lo cierto es que hay algunos aspectos en los que es necesario intervenir». La regidora hace referencia a que se podría tratar de acondicionar la zona mejorando las tareas que se estuvieron llevando a cabo hasta el momento. «No hace falta que se realicen grandes obras. Tengo la esperanza de que en cuanto haya medios se invierta en la recuperación de la zona», comenta.

Por otra parte, Ramallo considera que «con nuestros medios, las administraciones tenemos que aunar esfuerzos para poder mejorar el cuidado del entorno del lago».

LAS TARDES de domingo en el Lago de Castiñeiras son un recuerdo infantil. De primavera, y también de verano. Familias enteras, de aquí y de allá, llegaban apretadas en sus coches después de haber madrugado para conseguir ese lugar estratégico en el que poder extender una manta y que las neveras llenas de comida pudieran tener un poco de sombra, que los mayores pudieran descansar y los niños jugar.

Durante muchos años esta fue la estampa que se repetía cada fin de semana. El parque de Cotorredondo y Castiñeiras fueron en su día uno de los principales reclamos turísticos de las comarcas de Pontevedra y de O Morrazo pero, desde hace tiempo, la maleza se acumula en las cercanías de los asadores cubriendo algunos merenderos, la basura se esparce donde antes hubo un contenedor, los baches en los viales dificultan el acceso al espacio natural y el lago, en calma, esconde la suciedad al final, tras una cortina de árboles.

Hace meses que las alarmas saltaron entre los que día a día veían cómo este enclave natural se deterioraba paulatinamente. Las comunidades de montes de los municipios colindantes, así como las propias administraciones locales, llaman la atención sobre el estado de dejadez en el que se encuentra el entorno de Castiñeiras.

«Non é normal que agora estean mellor coidados os límites de Cotorredondo que o propio parque. Candos se lle cederon os terreos á Xunta de Galicia non foi para que o tiveran en tal estado de abandono. Os cabalos entran no perímetro establecido, os peches están rotos, o ano pasado o lago quedou sen auga por unhas fisuras no fondo, os cervos que antes se podían visitar xa non están, a Aula da Natureza non está funcionando... Non queda nada». La nueva junta directiva de la Comunidade de Montes de Vilaboa critica la evidente dejadez de Castiñeiras y la intención del actual presidente de los comuneros, José Luis López, es exigir a la Xunta medidas de protección para el espacio natural.

César Blanco es el presidente de la Comunidade de Montes de Santa Cristina de Cobres, parroquia de Vilaboa hasta la que se extienden las 70 hectáreas de Cotorredondo. En torno al año 2005, este colectivo amplió la cesión de los terrenos del parque a la Administración autonómica a través de un convenio que está a punto de rescindir. «Está claro que Castiñeiras precisa dunha intervención urxente. No interior do parque é necesario realizar tarefas de poda, desbroce e rareo. Tendo o parque en condicións, a xente volvería, e tendo xente, o parque xa se mantén só; é fundamental reactivalo», apunta Blanco.

Una de las propuestas que plantea Blanco es la constitución de una fundación en la que las diferentes comunidades de montes y las administraciones locales participen para recuperar el entorno de Castiñeiras y Cotorredondo. Además, los comuneros de Santa Cristina de Cobres consideran que si la Xunta no actúa en los terrenos, «deberían revertir a súa titularidade para que poidamos facernos cargo nós, porque este é un parque que non debería estar nas condicións nas que está. Nós podemos actuar nos lindes con este espazo, pero non no seu interior, e é unha mágoa que se perda», indica el presidente de este colectivo.

EN MARÍN

A Castiñeiras también se llega desde Marín. El presidente de la Comunidade de Montes de San Xulián, Manuel Estévez, no tiene dudas a la hora de afirmar que la principal problemática que se da en el enclave natural es «la falta de limpieza y desbroce». Manuel no entiende cómo puede haber instalaciones que a día de hoy están en desuso «después de todo lo que se invirtió en ellas, como el Aula da Natureza o varias casetas que se construyeron en la zona».

Este comunero considera que «es una pena que un lugar tan emblemático de la comarca se pierda por la falta de cuidado. Si no das servicios, es evidente que tarde o temprano la gente dejará de visitarlo», apunta Estévez. Está convencido de que si la Xunta no decide echar mano de este espacio natural, serán los comuneros y los concellos los que tendrán que tomar medidas, «todos juntos, uniendo fuerzas».

En Santomé de Piñeiro, el presidente de la comunidad de montes, Daniel Rosales, apunta que «agora que a cesión de terreos que se asinou nos anos 90 está a piques de finalizar, temos que sentarnos a falar para revitalizar este parque e darlle o uso social que corresponde, acondicionalo e valorar se isto se fai de xeito conxunto entre as catro comunidades, cada un na súa parte, ou se a Xunta decide xestionalo en condicións».

Rosales también critica que «o estado é de deterioro e abandono total. Temos que formular un mecanismo para que a xente poida dar un paseo, camiñar polos roteiros de sendeirismo ou botarse na herba, porque está todo cheo de fentos e silveiras. Evidentemente non pretendemos facer un xardín, hai partes que son de bosque e non se poden tocar, de aí que se conciba como un parque forestal, pero as zonas de uso público hai que adecentalas».

Las cuatro comunidades coinciden en que uno de los principales factores que disuade a la gente de acudir al parque es la prohibición de asar en el monte tras el desastre natural acontecido en Guadalajara en el 2005. Si bien entienden que toda protección es poca, creen que con vigilancia sí se podría retomar el uso de los asadores, puesto que era uno de los reclamos para los visitantes.

Los vecinos de Marín llegaron a trasladar su preocupación al Concello por el estado en el que se encuentra el entorno de Castiñeiras. Así, iniciaron una recogida de firmas el pasado mes de abril solicitando a la Administración local que realizara las gestiones oportunas para la puesta en marcha de un plan de rehabilitación del lugar. La iniciativa alcanzó 250 rúbricas en un solo día y la alcaldesa del municipio, María Ramallo, se comprometió a contactar con la Consellería para plantear la elaboración de un plan coordinado de actuación.

CITA PENDIENTE

Estas cuatro comunidades no están dispuestas a permitir que la dejadez continúe en Castiñeiras, por lo que ya han solicitado una entrevista con el jefe de servicio de Medio Ambiente para acordar entre todos una solución a esta problemática.

Recientemente, el PSdeG-PSOE inquirió a la Xunta de Galicia por las actuaciones que contempla la Consellería de Medio Ambiente en lo tocante a la recuperación de los valores naturales, turísticos y patrimoniales del lugar y presentó una propuesta de recuperación integral del parque de Cotorredondo.

La agrupación parlamentaria destacó que «con planificación, diálogo e un investimento relativamente cativo, poderíase aproveitar o potencial deste contorno de xeito que reverta en beneficios socioeconómicos para os concellos no que está situado e tamén para as comarcas do Morrazo e Pontevedra», apuntaron.

«Castiñeiras é estratéxico para Vilaboa, non se pode perder»

Uno de los principales responsables de que este tema fuera llevado al Parlamento fue el alcalde de Vilaboa, Luis Poceiro. «Castiñeiras é estratéxico para Vilaboa, porque non só é un espazo no que se pode visitar o lago, senón que tamén conta co mirador de Cotorredondo, varias mámoas e é unha paraxe emblemática da comarca, non se pode perder».

Poceiro comenta que «é evidente que se o parque non está acondicionado, a xente deixa de ir, e antes había centos de visitantes. Os terreos cedéronselle á Xunta de Galicia a través dun convenio polo cal eles se comprometían a facerse cargo do lugar, pero é evidente que non o fan. A situación é calamitosa e nós queremos que isto se solucione».

«Hay que aunar esfuerzos para mejorar el entorno del lago»

La alcaldesa de Marín cree que «Castiñeiras ofrece grandes posibilidades de explotación y con la llegada del buen tiempo se podrían potenciar como alternativa turística, pero hay algunos aspectos en los que es necesario intervenir». María Ramallo hizo referencia a que se podría tratar de acondicionar la zona mejorando las tareas que se estuvieron realizando hasta ahora. «No hace falta que se realicen grandes inversiones. Tengo la esperanza de que en cuanto haya medios se invierta en la recuperación de la zona», comenta.

Por otra parte, Ramallo considera que «con nuestros medios, las administraciones tenemos que aunar esfuerzos para poder mejorar el cuidado del entorno del lago».

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