Unha unitaria irredutible

Tras o peche da de Portosanto, o centro educativo situado na parroquia de San Salvador é o único destas características que se mantén operativo en Poio. O seu número de matriculados supera, de momento, as esixencias da Xunta de Galicia
Actividad desarrollada en el entorno del centro educativo de O Vao durante el pasado mes de junio, poco antes de la finalización del curso
photo_camera Actividad desarrollada en el entorno del centro educativo de O Vao durante el pasado mes de junio, poco antes de la finalización del curso

LA PÉRDIDA progresiva de alumnos ha motivado el cierre de numerosas escuelas unitarias en la provincia de Pontevedra a lo largo de los últimos años. El municipio de Poio, que en su día llegó a contar con una decena de este tipo de centros educativos, es uno de los principales afectados. Eso sí, puede presumir de contar con una superviviente que, si nada se tuerce, podría tener cuerda para perdurar durante varios años.

Se trata de la escuela de O Vao, que, de momento, se mantiene sin problemas por encima del cupo mínimo de matriculados que exige la Consellería de Educación para mantener operativas este tipo de instalaciones. Según explica la responsable municipal de este departamento, Marga Caldas, a día de hoy son siete los niños menores de seis años inscritos para completar el curso lectivo 2017-2018. "Aínda estamos pendentes do que ocorra en setembro", apunta la concelleira del Bloque Nacionalista Galego, que se muestra optimista a la hora de confiar en que la escuela situada en la parroquia de San Salvador permanezca operativa durante más años y rompa la plaga de cierres que se vienen produciendo de forma prácticamente ininterrumpida desde hace algo más de un lustro. Y es que, desde la clausura del colegio de O Pereiro en el verano de 2010, Poio ha visto cómo se han ido desmantelando otras cuatro escuelas más: Albar (2013), Tarrío (2015), O Sartal (2016) y, finalmente, la de Portosanto, cuya jubilación fue anunciada por la Xunta de Galicia el pasado mes de julio.

Caldas Moreira hace hincapié en la importancia de que permanezca operativa la EEI de O Vao. "Para nós é preciso que continúe aberta, porque o servizo que presta é moi necesario", señala la concelleira de Educación, que subraya que la labor que desempeñan sus dos profesoras trasciende más allá de la mera enseñanza. "O traballo social que fan é excelente", enfatiza.

Los alumnos provienen del poblado de O Vao y participan en diferentes actividades lúdicas. Una de las últimas tuvo lugar, precisamente, a la finalización del pasado curso. Un nutrido grupo de chavales tomaron parte en la puesta en valor del entorno del parque y del propio centro educativo, que incluyó el diseño y el pintado de un mural en un cierre exterior. Es, en cierto modo, el reflejo del espíritu de las unitarias, una fórmula de enseñanza que el Concello de Poio siempre ha defendido. En más de una ocasión, la propia Marga Caldas destacó la calidad de la enseñanza que reciben sus alumnos, de una forma mucho más cercana y personalizada.

GOTEO CONSTANTE. Hay que remontarse prácticamente a finales del siglo XX para encontrar el primer cierre de este tipo de centros educativos en Poio. La antigua escuela de Raxó fue la primera en caer. Con el paso del tiempo, el inmueble acabaría por acoger la Casa do Mar y la sede de la Confraría de Pescadores. Le siguió la Escola do Campo, que hoy acoge un aula en la que se llevan a cabo todo tipo de actividades.

Tras un paréntesis, O Pereiro fue el siguiente lugar en quedarse sin colegio enxebre. Entre 2015 y la actualidad, han ido cayendo Tarrío (que permaneció operativa durante más de un siglo), O Sartal y Portosanto. Lejos de caer en el olvido, las antiguas escuelas permanecen, en cierto modo, vivas. Cada vez que se confirma el cierre de una de ellas, el Concello de Poio procede a su desafectación, de manera que, con el tiempo, puedan convertirse en sedes de diferentes colectivos.

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