Vestirse por solo 20 euros puede ser un arte

Para ser todo un ejemplo de estilo no es necesario dejarse el sueldo ►El mercado ofrece la posibilidad de ponerse a punto para cualquier ocasión

Pensar en salir vestido a la calle por tan solo 20 euros es una locura, o eso es lo que dirían algunos. Sin embargo, en esta vida todo es posible y si no que se lo pregunten a los que salen a correr a las siete de la mañana.

Ponerse guapo y verse bien lleva su tiempo, dependiendo de la materia prima que se tenga. No obstante, para eso están las ferias que circulan por los pueblos, ciudades y demás lugares pintorescos que buscan poner a uno más guapo de lo normal. Nadie se resiste a las prendas de diferentes estilos que van desde el estampado de leopardo hasta la seda más elegante. Gracias al buen género que brindan se comprueba que conseguir un look sin pasarse del presupuesto es una realidad y no un cuento chino. Llegar a un mercado con un estilo normal y con poco que contar es lo habitual, pero salir de allí con el mejor de los outfits es el reto, y se ha conseguido.

VESTIR DE MERCADILLO. Independientemente del estilo, gusto, ganas o idea que se tenga sobre moda, los vendedores ofrecen infinitas posibilidades para ponernos a punto para el día a día. El desafío es ir mejor vestido que alguien cuyas posibilidades económicas son superiores, una persona a la que le da igual gastarse 100 euros en una camiseta. Así pues, ¿qué puede encontrar cualquier mortal por 20 euros en un mercadillo? Lo mejor que tiene el de Pontevedra no solo son sus verduras, frutas y demás artículos alimenticios, si no también la ropa que se puede poner uno según seas sus necesidades.

Pues bien, quienes se arreglan con blusas, pantalones, vestidos y demás atuendos con lo que compran en el mítico todo a un euro, podrían darle una lección de estilo al mejor personal shopper.

Con el calor, los cuerpos piden sol y playa, terrazas y demás tópicos veraniegos que acompañan a la que para muchos es la mejor estación del año. Para combatir las altas temperaturas, no hay nada más preferible que una ropa fresca y cómoda que permita realizar todo tipo de actividades.

Eduardo, encargado del puesto 29, cuenta con varias opciones. Por el módico precio de diez euros, se puede comprar una camiseta y un short, un look playero perfecto para pasar un día bajo el sol. Las sandalias, que provienen de un puesto cercano regentado por Abraham Pereira, cuestan nada más y nada menos que diez euros, por lo que con muy poco uno se viste y triunfa.

Una vez que se deja el agua a un lado, un conjunto de dos piezas es una buena opción para patear por la ciudad. Las blusas que enseñan los hombros, una de las mayores delicias de esta temporada, son una apuesta segura y los pantalones blancos se imponen como la forma adecuada de combinarlas, junto con las sandalias plateadas que fácilmente se ven en los pies de las viandantes.

Además de actual, es económico, ya que el atuendo en total ronda los 25 euros, mucho menos que en cualquier tienda de los grandes jefes del mercado textil. Con esta elección económica y moderna, si se le comenta a alguien que es del mercado, poca gente pensaría que es cierto.

Llegada la hora de acicalarse para salir, se abre el armario y algunas veces no se encuentra nada. No hay por qué preocuparse, el mercadillo da la solución. De ir normalillo a parecer una auténtica estrella de Hollywood solo hay un paso.

EL ANTES Y EL DESPUÉS. Del look más básico al más sofisticado solo hay un paso, y en el mercadillo saben cómo conseguirlo. Aunque parezca una broma propia de los mejores humoristas, comprar un conjunto para ir a cenar, a bailar en una verbena gallega o para llamar la atención en cualquier pub, fácilmente se encuentra el atuendo en una humilde feria. Entre bañadores, ropa interior, camisetas y diversos artículos, se esconde el puesto de Suso. Asegura que su madre lleva 34 años vistiendo a la capital pontevedresa, toda una vida dedicada a la ropa low cost. Es allí donde es posible adquirir un look más formal a la par que sencillo: un vestido rojo largo que para sorpresa de algunos cuesta sobre diez euros, menos que algunas botellas de bebidas espirituosas.

Buscando entre los demás puestos, un bolso se postula como la opción perfecta para rematar el conjunto. Fatou, una mujer que lleva cinco anos dedicándose a la venta ambulante, lo tiene a disposición del público por diez euros, toda una oportunidad para salir de fiesta más que estilosas vistiendo con ropa del mercado. Después de comprobar que un cambio de ropa es posible, a ver quién es el valiente que se atreve a decir que uno no puede vestirse por menos de 50 euros. Cada uno tiene un estilo diferente y eso es positivo para la sociedad. Antes de echar un vistazo por los puestos, la ropa que se lleva puesta es de una forma u otra, pero pocos se atreven a cambiar de registro estilístico el mismo día en el que se celebra el mercado pontevedrés. La prueba es evidente, se pasa de un look casual a uno más veraniego.

Cambiar de vez en cuando y arriesgar es todo un reto y lo es más si los medios para hacerlo están en un mercadillo. Con 20 euros uno se hace un cambio radical sin necesidad de ir a un plató de televisión ni de recorrer todas las tiendas de la ciudad.

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