"Esto tiene graves consecuencias porque te quedas en la calle"

El regreso al mercado laboral es una bofetada en toda regla para quienes lo intentan tras sufrir un cáncer. La mayoría debe reinventarse por las secuelas de la enfermedad sin acceso a ayudas
Lisi Santa Clara Garrido, paciente con cáncer de mama. DP
photo_camera Lisi Santa Clara Garrido, paciente con cáncer de mama. DP

Si la palabra cáncer dibuja un precipicio tan pronto se confirma el diagnóstico, la reinserción laboral abre todo un abismo en el que faltan brazos para apoyarse. Obviamente, el tratamiento y las operaciones son episodios difíciles, pero cuando se superan o medio se sortean muchas pacientes se topan con que deben reciclarse a la fuerza, a una edad en la que ya se peinan canas y en un oficio al que muchas veces cuesta incluso imaginar.

Lisi Santa Clara Garrido, de 51 años y vecina de Bueu, es una de las muchas mujeres con cáncer de mama que se encuentra en este impasse. Hace dos años, cuando le diagnosticaron cáncer de mama, tenía trabajo fijo como auxiliar de enfermería en una residencia privada, pero ahora, después de tres operaciones y un tratamiento "duro", se topa con que se tiene que reinventar sin guiones de por medio.

"Siempre creí que en cuanto estuviera bien, volvería a trabajar, pero ahora veo que cuando me recupere no tengo nada"

La Administración le ha reconocido una incapacidad temporal total por las secuelas que le ha dejado el cáncer, lo que automáticamente le obliga a buscarse las castañas fuera de su campo profesional: "En la resolución dicen que tengo una incapacidad permanente para desarrollar mi profesión porque no puedo levantar pesos ni hacer fuerza. Pensaba que quizás podía ocupar otro puesto, dando citas o de apoyo en consulta, pero pregunté a un abogado y me dijo que no, que como auxiliar no puedo volver a trabajar, lo que me crea mucha ansiedad (...) Mientras pasé todo el proceso, que ya es bastante duro de por sí, no me di cuenta del problema. Me doy cuenta ahora, que es cuando veo que esto tiene graves consecuencias, porque te quedas en la calle. Es un golpe psicológico muy fuerte, porque yo siempre creí que en cuanto estuviera bien, volvería a trabajar, pero ahora veo que cuando me recupere no tengo nada. No sé por dónde tirar y menos aún viendo como están las cosas", relataba el lunes a este periódico.

SIN AYUDAS. La incapacidad le da derecho a una prestación de 528 euros que, a todas luces, resulta insuficiente para sostener a "un hijo de 15 años" y sufragar los gastos de "una hipoteca". Su principal salvavidas es su madre y la casa de ésta, donde vive, pero Lisi no se conforma con mantenerse a flote. Su deseo es recuperar la independencia económica que tenía antes de la enfermedad, por eso planea intentar completar la prestación con "algún tipo de trabajo a media jornada".

"Me quitaron los dos pechos y los ganglios de la axila derecha. La quimio fue muy dura, pero llevé el proceso muy bien"

La opción de complementar los ingresos con ayudas está explorada y descartada. "He preguntado por todas las opciones, incluso si me podría corresponder alguna por mi hijo, y me han dicho que no me corresponde ninguna", afirma. La única inyección extra que podría recibir es mediante el reconocimiento de una minusvalía, pero ya le han dicho que estos procedimientos van para largo. "Tardan mucho". tratamiento. Lisi cuenta que su primera reacción al conocer el diagnóstico fue la de "enfadarse con el mundo", por ser diana de una enfermedad que uno nunca busca, pero que enseguida encaró el proceso con altas dosis de optimismo. "Me quitaron los dos pechos y los ganglios de la axila derecha. La quimio fue muy dura, pero llevé todo el proceso muy bien. El mismo día en el que me cayó el pelo me puse una pañoleta y me fui a un concierto, no me vine abajo en ningún momento", indica.

En 2019 se sometió a una primera cirugía de reconstrucción del pecho que recuerda "muy dolorosa", y el pasado 2 de septiembre a la segunda operación de este tipo.

Actualmente está tomando un tratamiento prescrito para cinco años para prevenir la enfermedad, unas pastillas que le generan algunos calambres y dolores de articulaciones, pero éstas tampoco son el epicentro de sus quejas. Lo que demanda Lisi es más apoyo del sistema para afrontar el quiebro que provoca el cáncer en la vida y en la trayectoria profesional, porque con los recursos que hay ahora mismo es difícil conciliar el sueño. "Nos sentimos abandonados".

El 42% pierde todos sus ingresos a raíz de la enfermedad
El 34% de las mujeres con cáncer de mama han perdido o dejado su trabajo a causa de la enfermedad y el 42% han perdido casi todos sus ingresos. Así lo advierte un estudio de la Asociación Española Contra el Cáncer, que también advierte de que, como consecuencia de la pandemia, el índice de mujeres sin ingresos puede verse elevado al 50%.

42.000 euros de gastos
La Asociación calcula que una unidad familiar puede gastar un promedio de 42.000 euros al año para hacer frente a un cáncer de mama, debido a los gastos y a la pérdida de ingresos que suele ir asociada a la enfermedad (por la suspensión de uno de los empleos o la reducción de jornada de uno de los convivientes).

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