El curso, de tres horas de duración, se dividió en dos partes, que dieron comienzo con la consultora y especialista en seguridad alimentaria Elena González, encargada de impartir la primera sección. La profesional habló a los participantes sobre la información alimentaria obligatoria, las declaraciones nutricionales y las propiedades saludables que deben incluir estas etiquetas, así como todo el contenido legal que deben tener en cuenta las empresas en este proceso.
La segunda mitad del curso, impartida por Slow Food Compostela, estaba destinada al etiquetado narrativo. Esta herramienta, "pone en valor toda la parte que el etiquetado obligatorio no pondría", explica la integrante de la asociación, Rocío García. "En la parte del etiquetado obligatorio se tiene que hablar de la especie que se trabaja, si estoy vendiendo un saco de alubias, tengo que poner que son habas, pero nosotros te diríamos que pongas la variedad concreta y cuál es su tradición".
El objetivo es diferenciar el producto a través de este etiquetado específico y actualizar la comunicación de la Responsabilidad Social Corporativa de estas compañías. "A veces nos encontramos con empresas que tienen muy buenas praxis instauradas, pero no las comunica", explica García. "Cada vez más, el cliente demanda un producto que encaje con su filosofía y valores, con esos valores de sostenibilidad, de impacto medioambiental, social o económico de la zona".
Posicionar a las pequeñas empresas destacando las cualidades que las diferencian es parte de este etiquetado narrativo, un objetivo que buscan algunos de los participantes del curso, que se aventuran ahora a la comercialización de sus productos y pretenden con esta formación, establecer una buena base para su etiquetado.
Es el caso de Néstor Liñares, de Horta da Lousa, una empresa familiar de producción ecológica de hortícolas en fresco, silvicultura y vacuno, que se embarca ahora en la salida al mercado de uno de sus productos. "Estamos na primeira fase, facendo probas de control de alimentos e conservación e, unha vez o teñamos listo, empezar a preparar empaquetado e marketing", haciendo uso de la información adquirida.
En esta misma línea, Keila Pousa, de la empresa Calabizo, que fabrica embutido vegano a partir de calabaza, quiere "mantenernos actualizados na materia" con la vista puesta en utilizar esta formación para su nuevo etiquetado. Con el mismo objetivo, Xulio Estévez, del Restaurante A Centoleira de Bueu, pretende modernizar el etiquetado de sus productos en un momento en el que la tienda online es vital y es necesario "profesionalizala".
Además de empresas, el curso contó también con la asistencia del chef Iñaki Bretal, del restaurante O Eirado. "No meu traballo non me fai falta a día de hoxe, pero paréceme interesante coñecer o que fai falta cando preparas –el etiquetado– para outras persoas".
Bajo esa premisa, el local del Parque azul de Cantodarea retoma así su formación presencial con el objetivo de ofrecer una actividad al mes.