La situación sanitaria ha impedido a los marinenses celebrar a lo grande su tradicional Día da Liberación. Una jornada que cada 4 de abril recuerda la gesta de Gago de Mendoza y las alarmas do Morrazo en su victoria contra las tropas napoleónicas para liberar la comarca del ejército francés.
En esta ocasión la fecha, que celebra este 2021 su 212 aniversario, se ha homenajeado en un pequeño evento junto al monolito que conmemora la hazaña y ha dedicado su Premio Liberación a las ONG de la villa por su importante labor social y esfuerzo durante la crisis sanitaria. El acto, que se organiza cada año junto a la Asociación Ademar, contó con la presencia de su presidente, Manuel Torres, y con la de la alcaldesa de Marín, María Ramallo.
"El objetivo es darles un pequeño reconocimiento a las entidades sociales de Marín que siguieron trabajando durante todo este año de pandemia, en unas circunstancias complicadas", señaló este domingo la regidora. "Prevemos que, desde el punto de vista social, la situación se va a agravar y necesitamos de la labor de todos estos voluntarios".
Bajo esta premisa la Asociación Española Contra el Cáncer, la Asociación Solidaria Sor Elvira, Amenac, Cáritas Diocesana de Marín, Cáritas de Santomé, las Voluntarias de la Caridad y San Vicente de Paul Comedor Benéfico recibieron su Premio Liberación en un pequeño acto acompañado por la música de Os Chaneiros, en el que no ha faltado tampoco la tradicional ofrenda floral.
María Ramallo: "Prevemos que, desde el punto de vista social, la situación se va a agravar y necesitamos de la labor de todos estos voluntarios"
"Para nosotros es importante porque se le da visibilidad a la asociación", explica el presidente de Sor Elvira, Julio Santos. "Mucha gente sabe que existimos, pero no sabe de nuestro trabajo". "Somos siete asociaciones que han estado trabajando muy duro, arriesgándose mucho en algunos casos, incluso con voluntarios de riesgo, que ha estado al pie del cañón para atender a la gente que lo necesitaba".
La labor de estas organizaciones durante los duros meses de confinamiento fue clave en la localidad. Los usuarios en busca de algún tipo de ayuda han aumentado considerablemente desde el inicio de la crisis y el número no parece tener previsto bajar.
"Los meses de abril y mayo del año pasado fueron tremendos", señala Santos. "Mucha gente que trabajaba al día, que cobraba al día, como las empleadas del hogar, perdieron su trabajo y su sueldo y al cabo de dos meses tuvieron que pedir ayuda, y también familias que reciben apoyo en sus casas, que se encontraron de repente sin nada".
VISIBILIZACIÓN. En este sentido, Santos hace hincapié en la importancia de premios como este, que ayudan a visibilizar la existencia de todas ellas y recuerdan a los vecinos que les necesitan para poder continuar ayudando a aquellos que lo precisan.
"El reconocimiento es importante para que la gente se de cuenta de que existimos, dependemos de ellos y de las donaciones para poder continuar con nuestra labor". Una labor que resulta esencial para centenares de marinenses en situación de riesgo que acuden diariamente a estas organizaciones en busca de ayuda. "Hay muchísima gente que igual no se da cuenta de la necesidad real que hay".
En esta línea, el comedor social de Marín, regentado por la comunidad de San Vicente de Paul, es el único de la localidad y espera un repunte de sus usuarios para este 2021. Desde el inicio de la pandemia, han notado un aumento de las familias que acuden a las instalaciones y se espera que el número pueda continuar creciendo.
La guerra llegaría a Galicia en el 1809, cuando los franceses toman A Coruña, Santiago, Pontevedra y Vigo e impulsaría la creación de las alarmas, grupos de paisanos con intención de evitar la invasión del Ejército.
El corsario marinense Juan Gago de Mendoza sería el encargado de proclamar el levantamiento de armas de la comarca y organizar a más de 500 personas en las conocidas como alarmas do Morrazo que, con el apoyo de los barcos ingleses, se unirían para expulsar de la localidad a los franceses que ocuparon el fuerte de San Fernando, en Marín.
La estrategia de Mendoza culminaría con un ataque conjunto por tierra y por mar que cercaría a los franceses en el interior del fuerte y que provocaría finalmente su rendición y retirada.
