Raúl Velloso, pintor: "Quizás sea la exposición más rotunda que he hecho en mi vida"

El artista cangués inauguró la pasada semana la muestra 'Galicia en el país de las maravillas'

Raúl Velloso ante una de sus obras. DP
photo_camera Raúl Velloso ante una de sus obras. DP

EL ARTISTA CANGUÉS Raúl Velloso se enamoró de Gaudí. De su obra y de Barcelona. Tras exponer en más de 15 países y con un estilo único y fácilmente identificable, Velloso aterriza en Madrid mostrando su exposición más rotunda. Orgulloso de Cangas y de O Morrazo, reconoce que no puede vivir mucho tiempo lejos de su tierra y que su inspiración es el trabajo.

¿Qué supone para usted exponer su obra en la Casa de Galicia?
La Casa de Galicia en Madrid es como la embajada que tenemos en la capital. En este espacio, a través del tiempo, han expuesto los grandes de nuestra tierra. Preparé una exposición 200% gallega con mucho sentimiento para mostrar en este lugar tan especial. En ella toco los grandes edificios, como puede ser la catedral de Santiago o la Torre de Hércules. Además, también incluyo una colección de pazos e iglesias románicas de las cuatro provincias. Ambas tienen en común que son edificaciones del rural, que es lo que más me gusta. A veces vas por una carretera, te pierdes y encuentras una joya, que eso nos pasa mucho en Galicia.

La obra estará expuesta en la Casa de Galicia en Madrid hasta el 31 de enero

¿Habrá representación canguesa?
Uno de los personajes que más éxito ha tenido es un gaitero en la romería de Darbo, en Cangas. Es una imagen que tengo guardada en la cabeza desde pequeño. El gaitero se subía al palco de música y tocaba. Recuerdo que el instrumento tenía la bolsa de un color rojo muy intenso. En la muestra también están representados los indianos, la mujer en la Ribeira Sacra, la primera catedrática gallega o Rosalía de Castro, entre otros. Estoy muy orgulloso. Quizás sea la exposición más rotunda que he hecho en mi vida.

¿Cuando comenzó a pintar?
Hace 23 años, en Barcelona. Un día de repente me dio por empezar a pintar. Quizá rodeado por el encanto de la ciudad y de Gaudí. Por sus colores y por su movimiento. Creí que era el momento de pintar cuadros. Cuando llevaba muy poco, me junté con muchísimos cuadros y, como vivía al lado del Museo Picasso, empecé a ir a la puerta a venderlos. La verdad es que tardaba muy poco en venderlos; con lo que recaudaba iba a comprar pintura y me volvía a casa. En una de esas veces que tenía los cuadros allí expuestos pasó una persona que se interesó por ellos. Se presentó y era Antoni Tápies. Yo ni sabía quién era, pero empecé a tener una cierta relación con él y se convirtió, más que en un maestro o un mentor, en un amigo. Empecé a ir a su estudio, comenzó a asesorarme, me metió en un par de galerías exponiendo y hasta el día de hoy. A los tres meses, estaba exponiendo.

¿Qué o quién inspiró su obra?
Desde pequeño fui una persona muy inquieta. Tuve la suerte de criarme con mi abuela, que es italiana, y a la que le encantaba el arte, la música y los colores. Era muy creativa. Esto se me acentuó en Barcelona y siempre he pensado que fue gracias a las obras de Gaudí. Estaba enamorado de ellas. A veces estaba días enteros viendo lo mismo. Subía mucho a ver el Park Güell, la Sagrada familia, me iba a Santa Coloma de Gramanet a ver la Colonia Güell... Mi inspiración fue Gaudí.

¿Cómo definiría su obra?
Mi pintura la explico como la define todo el mundo. Es muy particular. Cuando me preguntan cómo es, solo digo que es Raúl Velloso. No he visto nada parecido. Empecé con mi arte, sin influencias de ningún tipo, y eso se nota. Si ves un cuadro mío, se reconoce enseguida, lo que es una ventaja en los tiempos que corren.

El efecto podría compararse a un espejo deformante.
Un espejo cóncavo, una deformación de la realidad, sobre todo en los edificios. Si los ves a través de los ojos de un niño, él observa muchas más cosas. Un adulto vería dos paredes, pero el niño puede llegar a ver las cuatro. Lo que intento es que todo tenga movimiento, con colores muy primarios. No es una pintura infantil aunque es bonito que con 53 años pueda pintar como un niño de 4 o 5. La palabra es inocencia.

Y colorida, transmite alegría.
Sí. Procuro que todos mis cuadros sean positivos. Lo de los colores siempre ha sido un juego para mí. Me parece importante que siempre siga siendo un juego aunque sea mi método de vida.

Procuro que todos mis cuadros sean positivos. Lo de los colores siempre ha sido un juego para mí

Entre su obra hay una línea dedicada a la tauromaquia. ¿Por qué?
Es algo curioso. Mi abuela siempre me decía que mientras los niños iban a jugar por las tardes, yo me quedaba en casa viendo los toros en la televisión. Me llamaba la atención el movimiento, los colores, la vida y la muerte. Me quedó grabado y la figura del torero me encanta para pintar. Los grandes maestros han pintado todos sobre la tauromaquia. Recuerdo haber visto la interpretación de Goya en 33 planchas o la de Picasso. Es un mundo de color, brillo y espejos.

¿Crear obras alrededor de la tauromaquia conlleva una defensa de la misma?
No, es como cuando un pintor pinta sobre la muerte. No estás defendiéndola. Es un tema que plásticamente me parece muy bueno, como también hago cuadros sobre jugadores de fútbol. Sobre todo de época. El baile también me gusta, y Galicia.

El pintor enseña una parte de su obra "200% gallega"

O Morrazo es tierra de artistas y usted forma parte de los referentes artísticos de la comarca.
Me gusta mucho recibir halagos de la gente de mi tierra. Siempre defiendo y estoy muy orgulloso de ser de Cangas y de O Morrazo. Trabajo en 18 países y llevo a mi tierra siempre por bandera.

¿Con qué materiales trabaja?
Trabajo siempre, como me enseñó Antoni Tápies, con pigmentos naturales. Los mezclo con alucinantes como pueden ser el caucho o el látex. Hago mis propias pinturas y las mezclo a veces con arena, tierra, nácar de la concha de los mejillones o flúor, entre otros. Soy muy metódico, me gusta que los pigmentos sean ecológicos. Es una materia viva, no es algo artificial. Esto te permite hacer una serie de texturas y volúmenes diferentes. Los cuadros, de esta manera, continúan modificándose a lo largo del tiempo. Además, los colores que se consiguen de este modo son imposibles de crear de otro manera.

Trabajo siempre con pigmentos naturales. Los mezclo con arena, tierra, nácar de la concha del mejillón o flúor

Actualmente, ¿qué le inspira?
El trabajo. El trabajo llama al trabajo. Tengo varios miles de bocetos en casa porque me encanta dibujar y lo hago muy bien. Me obligo todos los días a dibujar casi una hora. Me puede gustar Galicia, Nueva York, Roma o ver un personaje en un documental e investigar sobre él para pintarlo.

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