Durante la luminosa mañana del sábado 23, las calles de Vilagarcía estuvieron muy animadas porque al buen tiempo se sumó la celebración del mercadillo. Por la céntrica y peatonal calle Rey Daviña, que desemboca en la Praza de Galicia, es habitual el paso de numerosos transeúntes.
Uno de ellos accedió a la Administración de Loterías número 2 y solicitó a María Abalo, la persona que la atiende habitualmente, que le sellase un boleto de dos euros de la Lotería Primitiva. Y el resto fue cosa de la fortuna.
Luis Abalo, su propietario, hizo público el lunes este dato, porque el resto ya era conocido. El destino y la técnica quisieron que los números seleccionados fuesen el 3, 8, 20, 25, 30 y 38, que el complementario fuese el 24 y el reintegro, el 0. El azar decidió que solo una combinación fuese la acertada en el sorteo de la Lotería Primitiva y que el afortunado se llevase 13.805.952 euros.
"Alguien pasó por aquí en un día de mercado", dijo Luis Abalo refiriéndose al millonario. De su identidad aseguró no tener la menor pista, y aunque dispusiese de ella tampoco podría hacerla pública, agregó. En el plano de las suposiciones, expuso la hipótesis de que posiblemente ya hubiera ido a una entidad bancaria a realizar el cobro, con el correspondiente descuento del 20% que le aplica el Ministerio de Hacienda.
Así como la situación de otros despachos hace que los clientes, en no pocas veces, sean personas que van de paso, el de Vilagarcía está en el centro de la ciudad, una circunstancia que multiplica las posibilidades de que el agraciado sea de esta localidad.
Como es habitual cuando se entrega un premio de una cuantía elevada, la actividad se incrementa. Abalo reconoció que además de alegrarse por el agraciado, el premio también repercutirá positivamente en su negocio, aunque subrayó que tiene una clientela muy fiel y estable desde hace varias décadas.
A media mañana del lunes, la Administración de Loterías número 2 era un hervidero de clientes. Una mujer que se encuentra en la cola para comprobar si es la afortunada asegura desconocer la reciente lluvia de millones, una periodista le comenta que el primero número es el 3, ella mira su boleto y comprueba que es la cifra inicial del suyo. Poco después, sale a la calle con el consuelo de que le tocó el reintegro.
"No sé lo que haría", responde un hombre a la pregunta de cómo administraría la fortuna. "Es mucho dinero", asegura otro. "Se llevaría un susto", agrega mientras sonríe. "Mejor que toque menos", dice una mujer. "Se dice así, pero si nos tocase a nosotras, cuanto más, mejor", puntualiza otra. "Por el humo se ve dónde hay fuego", comenta un hombre. "Antes o después se sabrá quién es el afortunado", vaticina.