El brote detectado en la planta que posee Avícola Galicia de Cambados ha despertado un reguero de preguntas. La primera y más importante es sobre el posible impacto de la eclosión de contagios en el área sanitaria, que ya lleva días coronada como el área gallega con más diagnósticos nuevos y más concellos intervenidos a causa de la pandemia. Hoy ya reúne casi 800 casos activos.
Fuentes oficiales han informado de que se han detectado 96 positivos vinculados al brote de la planta avícola, el mayor de los registrados hasta la fecha en Pontevedra y O Salnés. Los diagnósticos han activado los protocolos autonómicos, que incluyen rastreos y cribados, pero el gran hándicap es que una gran parte de los contagiados son jóvenes asintomáticos o con sintomatología leve, el perfil que más está contribuyendo a la expansión del coronavirus.
ORIGEN. La empresa asegura que de los contagiados 57 son trabajadores de la compañía y el resto (39) contactos estrechos de éstos, "ajenos" a la planta.
57 de los 96 positivos son trabajadores que, junto a sus contactos, han dispersado el virus a concellos limítrofes
Según fuentes consultadas, los primeros diagnósticos trascendieron después de que algunos trabajadores accedieran a sus respectivas consultas de Atención Primaria, pero el origen aún no ha sido definido. La hipótesis de la empresa, que empezó a funcionar en Cambados el pasado 17 de agosto, es que la cadena de contagios está relacionada con la juventud del personal, cuya edad media oscila entre los 25 y os 30 años, y los "hábitos sociales" que desarrolla fuera de la nave.
Además, argumenta que el hecho de que la práctica ausencia de síntomas entre la plantilla hizo que el brote corriese sigiloso, "cogiéndonos desprevenidos".
La sociedad afirma que realizó un test masivo a los trabajadores antes de empezar a funcionar y que "todos dieron negativo", lo que le hace pensar que "es evidente que el contagio ha venido de fuera". Según añade, el caso "no tiene ninguna relación" con el brote declarado a principios de mes en la planta que posee en Campañó, donde hay "un perfil diferente de empleado", con una edad media de entre 40 y 45 años.
CONSECUENCIAS. El brote ha afectado a un alto porcentaje de la plantilla. Habitualmente en la planta cambadesa trabajan 110 asalariados y, aparte de los 57 positivos aislados, hay "un número importante" de trabajadores que guardan cuarentena en casa "por prevención". Como consecuencia, la firma ha tenido que contratar a casi 50 personas para suplir las bajas, además de reducir «drásticamente» la producción, en cerca del 60%, para "minimizar los riesgos". "La seguridad se antepone al beneficio", indicaron este viernes a este periódico responsables de la compañía.
A nivel empresarial, la primera consecuencia del brote es que la Consellería de Sanidade emplazó ayer a la sociedad a desinfectar las instalaciones, lo que motivará un parón de dos días, que afectará a las jornadas de hoy y mañana. El detonante ha sido "los casos positivos de Covid-19 detectados" y el objetivo es el de "intensificar" las tareas de limpieza que ya venía realizando la empresa por la covid-19 y por el tipo de producto (cárnico) que maneja.
La segunda gran consecuencia es que el elevado número de contagios y el alto nivel de movilidad de los afectados ha contribuido a dispersar el virus a ayuntamientos limítrofes. De hecho, este es uno de los motivos que ha llevado a la Consellería de Sanidade a incluir a Vilanova de Arousa en el grupo de concellos afectados por restricciones especiales, en el que ya figuran Pontevedra, Poio, Marín, Vilaboa y Vilagarcía de Arousa.
El Sergas no aclara la distribución de los positivos y agita el baile de cifras
Cinco de los últimos diagnósticos realizados en Vilanova de Arousa y tres de los más recientes de Vilagarcía parecen estar relacionados con el brote. Y ya se escuchan voces que auguran que la transmisión del virus podría provocar la intervención de más ayuntamientos, empezando por los más cercanos a la planta.
SINDICATOS. El caso no ha tardado en levantar ampollas. La CIG acusó a la Xunta de cometer una "negligencia" con este brote, pues tiene indicios de que tanto la empresa como la Administración gallega sabían "dende hai máis de 15 días que había positivos, e aínda así continuaron a traballar".
El sindicato, sin representación en el comité, cree que el contagio "masivo" se debe a una falta de la control permitida por el Ejecutivo para "favorecer" a las "grandes empresas" y cuestiona si lo ocurrido puede estar relacionado "co pouco espazo que os empregados teñen para comer e descansar", algo que la firma se apresuró a desmentir: "Siempre se respetan las distancias".
Por el contrario, UGT, que ostenta la mayoría sindical en la empresa, hace una lectura de los hechos radicalmente distinta. La secretaria de la Federación de Metal, Construcción y Afines del sindicato en el área de Pontevedra, Lourdes Diz, afirma que "la prevención" se ha cuidado mucho en esta empresa, a la que dice poner "de ejemplo" cuando plantea programas de prevención a otras firmas.
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La sindicalista secunda la idea de que el brote tiene raíces fuera de la empresa, por acciones de los trabajadores que se desarrollan fuera del horario laboral. Según dice, "la mayoría de los empleados son jóvenes que participan en celebraciones, botellones, reuniones familiares o incluso la vendimia, en la que convive mucha gente".
Además, advierte de que ya antes del brote se habían abordado cuestiones con el comité de seguridad «como el hecho de que salen a fumar varios juntos o de que hay muchos que se desplazan a la planta en el mismo coche", por eso no acepta "que criminalicen a la empresa por algo que no se puede controlar del todo". "Es obvio que de nada te vale tener medidas de seguridad si luego se dan estas situaciones, pero estoy segura de que esto mismo que le ha ocurrido a Avigal le puede suceder a otras grandes empresas. Esto es incontrobable".
