Exigen la readmisión de una trabajadora de la cocina del Hospital do Salnés

El despido se produjo después de reincoporarse tras una baja provocada por un cáncer
La movilización se celebró ante la fachada del edificio.
photo_camera La movilización se celebró ante la fachada del edificio.

Pidió el alta voluntaria, después de haber permanecido durante ocho meses de baja provocada por cáncer, y transcurridos cinco meses desde la fecha de su reincorporación, recibió la carta de despido.

Se llama Teresa López, trabajaba en la cafetería del Hospital do Salnés, y en la mañana de este lunes varias decenas de trabajadores de este centro (personal de distintos servicios sanitarios y de las ambulancias) se concentraron ante la entrada principal de las instalaciones para exigir su inmediata readmisión. "Non á represión", podía leerse en sus pancartas.

En una movilización promovida por el la CIG, este sindicato anunció que solicitará una entrevista con el responsable de la empresa que lleva a cabo este servicio en el Hospital y otra con el gerente el Área Sanitaria Pontevedra-O Salnés, José Ramón Gómez.

Teresa López trabajaba como camarera y quiso apurar los pasos para tratar de recuperar la normalidad en su vida. Cuando regresó, la empresa para la que pertenecía, Cátering Arcasa, la trasladó a la cocina.

Expone la CIG que deberían ser cuatro en cada turno. Pero cuenta con un cocinero y un auxiliar, que se encargan de elaborar los platos y menús para los enfermos ingresados, y deben cocinarlos, emplatarlos, repartirlos por las habitaciones y recoger el menaje usado a continuación.

También están obligados a llevar los pedidos que les llegan desde la cafetería, del personal y de los familiares de los pacientes que se encuentran ingresados.

Subraya el sindicato, y confirmaron varios trabajadores, que asumir entre dos personas esas funciones, que deberían llevar a cabo entre cuatro desborda su capacidad.

JUSTIFICACIÓN. A pesar de todo, trató de adaptarse, pero a los cinco meses de haber retornado a su puesto recibió una carta de despido. La empresa justifica la decisión de prescindir de sus servicios empleando el argumento de que su rendimiento era bajo, lo provocaba retrasos en el servicio en las habitaciones.

La CIG denunció que lo acontecido en el Hospital do Salnés es una consecuencia más de la política que siguen las administraciones públicas de externalizar los servicios mediante subcontratas, a las que destina unos presupuesto que resultan insuficientes para que puedan ser prestados correctamente, lo que provoca situaciones de precariedad y explotación, y que el servicio que reciben los pacientes sea deficiente.

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