Trabajadores y clientes de la cafetería y la estación de servicio San Martiño ubicada en Meis, en uno de los márgenes de la autovía de O Salnés, fueron testigos en la mañana del domingo de una rocambolesca escena de película que, por fortuna, terminó sin daños personales aunque tres vehículos sufrieron las consecuencias.
El protagonista fue un varón que ronda la treintena que accedió al recinto con sus facultades alteradas y que, tras atacar a una empleada de la cafetería, acabó siendo interceptado por dos patrullas de la Guardia Civil tras echar a correr por la vía rápida e interrumpir el tráfico en
los dos sentidos de circulación.
Los hechos se produjeron al filo de las 9.25 horas, cuando el hombre entró a gran velocidad en la gasolinera al volante de un Renault Clio y embistió por detrás la furgoneta de un cliente que acababa de estacionar y de salir del vehículo, según explicó a AGN Sergio, uno de los profesionales del recinto. Este presenció parte de los hechos mientras cobraba a un usuario que había repostado carburante. Sin mediar palabra con el propietario del furgón dañado, que quedó estupefacto, el conductor temerario "baixou do coche, deixando o motor encendido e a porta aberta" y se dirigió corriendo hacia la cafetería.
En el interior del establecimiento, que a esa hora atendía una joven de 22 años, el varón pidió, en un primer momento, ayuda tras informar de que había sufrido un accidente. Acto seguido, la chica contactó con los servicios de emergencias y él respondió profiriendo insultos contra ella y pidiéndole la recaudación de la caja. Asustada, la joven logró esconderse en el baño.
Entre tanto, el individuo cogió un extintor y vació parte de su contenido en el local en presencia de un cliente que relató cómo, acto seguido, salió de la cafetería y resolvió rociar un turismo que estaba estacionado en la entrada —y que resultó ser propiedad de la trabajadora— y arrojar la bombona sobre el parabrisas.