En esta ocasión, Marcos Roma se librará de los latigazos y del martirio que supone cargar con una cruz cuesta arriba, camino del Monte da Croa, y permanecer atado al madero durante varias horas. La pandemia provocada por el coronavirus, cambió el guión de los actos que se celebran en Paradela (Meis) con motivo de la Semana Santa, y este joven vecino no tendrá que curarse las heridas en los días que seguirán a esta celebración.
Marcos Roma es el encargado de representar el papel de Cristo, que como bien dejan claras las Sagradas Escrituras, es la víctima del sacrificio. Su antecesor en el papel fue Enrique Barros, que llegó a compaginarlo con la responsabilidad de representar al PP como edil en el Concello de Meis. Manuel Moraña fue el primero en prestarse voluntario para recibir los azotes, que después le fueron propinados a su hermano Ricardo, y a continuación quien se ofreció para encajar el castigo fue Fernando Oubiña.
El atrio de la iglesia de Santa María cede su protagonismo como escenario a las pantallas de los ordenadores
El atrio de la iglesia de Paradela no se convertirá en el improvisado escenario para la representación de las últimas jornadas de la vida de Cristo porque la salud es lo primero y la Covid-19 no entiende de credos ni de actos que atraen a miles de espectadores, a medio camino entre la religiosidad en estado puro y el espectáculo visual.
No se escenificará la Última Cena y tampoco van mostrar su fiereza los soldados romanos. Pedro no tendrá que traicionar de nuevo a su líder y tampoco será preciso que la Magdalena se levante entre sus discípulos, que le habían prometido fidelidad, para consolar al Mesías en sus momentos más trágicos.
Ya no hubo la procesión el Día de Ramos y Cristo no pudo mostrar lado más humilde a lomos de una borriquilla, sabiendo lo que le esperaba, ni habrá la subida al Monte da Croa, que representa el Calvario, en la que la soldadesca se emplea a fondo contra un Cristo exhausto por la carga, que cae una y otra vez y vuelve a levantarse ante la mirada de la muchedumbre que flanquea el camino.
En esta ocasión, las predicciones meteorológicas para el fin de semana son favorables, lo que no dejaría de ser un consuelo, porque en años anteriores al martirio se sumaron la lluvia y el frío, haciendo más duro el ascenso mientras cientos de cámaras captaban imágenes para participar en el concurso de fotografía. Pero no todo está perdido, Facebook es la herramienta para evitarlo.
El Concello se hizo cargo de la organización y los actores ya no son también electricistas y técnicos de sonido, porque para ello fue contratada una empresa. La novedad hubiera sido la representación de Las bodas de Canaan.
Fátima Rey señala que llevaron a plantearse la posibilidad de aplazar los actos para otras fechas, pero las exigencias laborales de los actores lo impiden, así que decidieron que solo representarán Las bodas de Caná, posiblemente después del verano.
En sus casas, los actores se visten las túnicas y graban escenas en clave de humor, compaginadas con imágenes de ediciones anteriores. En una de ellas, un soldado romano reclama sulfato para exterminar el virus.
La alcaldesa de Meis, Marta Giráldez, envía un mensaje de optimismo, y Fátima Rey señala que además de mantener la atención, este recurso contribuye a cumplir una exigencia para que la Semana Santa de Paradela sea declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional.