Las restricciones por covid apagan la zona cero de los contagios en O Salnés

El primer sábado de mercadillo en Vilagarcía con las nuevas medidas deja a los feriantes con unas pérdidas próximas al 90%, agravadas por una climatología adversa que afectó durante la jornada ► Las ventas en el mercado de abastos cayeron este sábado entre el 25% y el 30%
Protección Civil de Vilagarcía controla el acceso al mercado de abastos. JAVIER CERVERA - MERCADILLO
photo_camera Protección Civil de Vilagarcía controla el acceso al mercado de abastos. JAVIER CERVERA - MERCADILLO

La repentina entrada en restricciones de Vilagarcía, el brote de la planta de Avigal en Cambados y el incremento exponencial de casos de covid-19 diagnosticados en Vilanova en los últimos 14 días han dejado en pausa la actividad diaria en la zona cero de contagios de O Salnés, Vilagarcía, que este sábado ascendía hasta los 64 positivos. La entrada en vigor de las restricciones se dejó sentir en un fin de semana en el que el mercadillo, que se celebra todos los sábados y los martes en el municipio, registró pérdidas de hasta el 90%, y totales en el caso de algunos de los puestos que este sábado se instalaron en las inmediaciones de Alexandre Bóveda, aquejando también una climatología que en absoluto acompañó a la jornada.

El mercado de abastos, que durante el mediodía de este sábado registraba colas y controles en el acceso, ha sido otro de los damnificados, cuyas ventas cayeron entre el 25% y el 30%. La situación provocada por las nuevas restricciones, que este sábado, y desde su entrada en vigor, se dejaron sentir también en la hostelería, se hacen extensibles al entorno vilagarciano, del que se espera que siga la misma tendencia que el epicentro de la pandemia en O Salnés.

Javi Por la mañana. Reportaje covid en Vilagarcia. Vamos juntos (Alba)Los puestos exclusivos de venta de mascarillas dispuestos este sábado en el mercadillo de Vilagarcía ya hacían notar una estampa atípica. La intensa lluvia, que deslució por completo la jornada, y las restricciones que obligaban a reducir los puestos a un 50%, incrementando la separación entre los mismos, y la inseguridad colectiva de salir a la calle, dados los últimos datos de contagios, hicieron el resto. "Normalmente aquí ves todo esto lleno de gente, incluso en días de lluvia, este es un mercadillo muy concurrido. Hoy hay muy poca gente, las restricciones se están notando. Hoy perdemos mucho dinero, el 90% aproximadamente, y gastamos gasolina", explican David y Noemí, responsables de uno de los puestos de mascarillas, un producto que, admiten, "se está moviendo porque es la novedad, pero la cosa está muy mal".

Juan Ramón Fernández, responsable de uno de los puestos de mercería, va más allá: "mis pérdidas son el 100%, no he vendido absolutamente nada", señala. "He venido a las siete de la mañana desde Marín para gastar lo que me ha costado el desayuno y la gasolina. Y los 300 euros de la tasa de autónomo que no voy a recuperar", añade, temeroso de que la situación persista. Y el clima no ha sido mejor en el mercadillo de Vilanova, celebrado el día anterior. "Pasó exactamente lo mismo que aquí, no había un alma", asegura.

Algunos vendedores, como Fortunato Jiménez, que consiguió convertir el suyo en uno de los puestos más concurridos del mercadillo de Vilagarcía durante la mañana de este sábado, tuvieron que innovar para adaptarse a las nuevas circunstancias. "Esta vez he traído productos baratos, ropa y calzado a dos euros, pero aún así el mercado está muy mal. A no ser que tengas cosas baratas, en Vilagarcía ahora mismo no se vende nada", explica. Para él, las ganancias de la jornada también se traducen en "ninguna".

A pesar de la difícil situación, los feriantes asumen que las medidas son necesarias para que el mercadillo se desarrolle de la forma más segura posible. Ricardo Jiménez, responsable de un puesto de calzado, asegura que "nos parece perfecto que se hagan medidas", a pesar de la baja afluencia durante la jornada "a causa de la covid-19". A su alrededor, otros feriantes habituales en el mercadillo de Vilagarcía asienten, resignados: "es que si no venimos, no comemos".

MERCADO DE ABASTOS. Aunque sensiblemente mejor, la situación también fue atípica en el mercado de abastos vilagarciano, que vivió este sábado el primer sábado bajo la nueva etapa de restricciones, con un estricto protocolo de desinfección y de limitación en el acceso. Además, se habilitó una entrada y una salida dispuestas en el ala norte y sur, respectivamente, por lo que se fomentó el avance en sentido único. Los letreros de distanciamiento social y los geles cobraron, si cabe, más protagonismo en una jornada que, para los vendedores, significó un descenso en las ventas generalizado en comparación con el sábado anterior y que achacaron al hecho de ser el primer fin de semana de restricciones que, además, ha coincidido con final de mes. En Mariscos Hermanos Doval, las ventas descendieron un 30% en comparación con la semana anterior, según su responsable, Lito Doval. "hai menos xente que os anteriores sábados, a entrada en restriccións afectou moito ao nivel de afluencia da xente que vén dende os arredores de Vilagarcía".

Las pérdidas en el sector del marisco fueron similares en el del pescado. Susana García, responsable de uno de los puestos, acusó un descenso del 25% en las ventas que, según valoró, "débese ao medo xeralizado que hai agora a salir da casa, a situación empeorou a nivel de contaxios e hai menos xente que os sábados anteriores, entón as ventas van moito peor".

En otros puestos como la venta de pan, carne o pimientos también se hicieron notar las restricciones que, aunque algunos juzgaron necesarias,como garantía de seguridad para poder realizar la compra habitual sin percances, otros como Lourdes, una compradora habitual, juzgaron "muy incómodas".