Hasta 19 años de cárcel por prostituir en pisos turísticos de Pontevedra y Ferrol a venezolanas

La Audiencia de A Coruña envía a prisión a cinco varones por captar a mujeres del país suramericano aprovechando su delicada situación

Audiencia Provincial de A Coruña. AEP
photo_camera Audiencia Provincial de A Coruña. AEP

La Audiencia Provincial de A Coruña ha condenado a penas que oscilan entre los 6 años y medio de prisión y los 19, dependiendo del grado de participación en los hechos, a cinco varones acusados de explotar a mujeres de nacionalidad venezolana en pisos turísticos. Es una modalidad delictiva inédita para las fuerzas de seguridad españolas que permitía a los proxenetas disimular el trasiego de clientes, ya que al estar esas viviendas destinadas aparentemente a visitantes no llamaban la atención de los vecinos ni de la Policía. Cuando la trama fue desmantelada a principios de 2019, la red utilizaba dos inmuebles en Galicia, uno en Ferrol y otro en Pontevedra, aunque se los investigadores sospechan que en el pasado pudieron haber regentado más y en otras ciudades. 

El juicio por estos hechos, celebrado en los últimos días en la Audiencia de A Coruña, sentó a seis varones en el banquillo, si bien uno quedó absuelto al no probarse su participación en la trama y alegar él que frecuentaba los pisos pero como cliente. La organización delictiva se dividía en dos ramas: la gallega y la que formaban otros cinco hombres —presuntamente eran un total de once— que serán juzgados por tribunales de otras provincias ya que llevaban a cabo la misma actividad en Almería, Granada y Alicante. Las chicas eran trasladadas de un lugar a otro continuamente, según contaron en la vista oral. 

La desarticulación del grupo conllevó la liberación de once mujeres, todas ellas de nacionalidad venezolana, al igual que la mayoría de sus explotadores. El grupo criminal aprovechaba la delicada situación del país suramericano para fijar en su punto de mira a jóvenes de barrios humildes en situación de precariedad económica dispuestas a emigrar a España en busca de un futuro mejor. Les prometían ofertas de trabajo en diversos campos, como el cuidado de ancianos o la hostelería, que luego se revelaban inexistentes.

Otros cinco hombres serán juzgados en otras provincias españolas

El viaje incluía la reserva de hotel, el pago del billete de avión y otros trámites "que generaban una deuda económica que tendrían que saldar ejerciendo la prostitución", explica la Policía. Y si no cumplían con los plazos establecidos para hacer efectivo el pago, el montante se incrementaba. 

Para la explotación de estas mujeres como esclavas sexuales, la red disponía de una serie de viviendas de alquiler turístico repartidas por el territorio español. Esta distribución les permitía una amplia movilidad geográfica que, además, empleaban para llevar a las chicas de un sitio a otro y presentarlas como "novedades", a fin de conseguir más clientela. 

VIOLENCIA Y DROGAS. Entretanto, las vigilaban desde pisos cercanos y "auditaban sus servicios sexuales sin permitir que descansaran". Asimismo, las mantenían amedrentadas bajo constantes amenazas y coacciones, e incluso llegaban a emplear la violencia física, según acredita la Audiencia de A Coruña en su sentencia pese a que los acusados lo negaron.

A mayores, quedó constatado que los proxenetas obligaban a las víctimas a dispensar dosis de droga a los clientes con el fin de incrementar sus beneficios ilícitos.

"Trabajaba 20 horas al día y no les era suficiente"
De entre las mujeres que testificaron en la Audiencia de A Coruña —hay varias que lo harán en otras provincias—, la mayoría afirmaron haber venido engañadas y solo alguna dijo sospechar que su destino podría estar en la prostitución. 

Una testigo declaró que prestaba servicios "durante 20 horas al día", lo que a los proxenetas no les bastaba para saldar la supuesta deuda por el viaje a España. "Me decían que la iban descontando pero nunca terminabas de pagarla", relató. 

Versiones creíbles
La Audiencia dio total credibilidad a las palabras de las jóvenes y determinó que los acusados mentían.