"Jesucristo tendría Twitter y su éxito sería arrollador"

Nacido en A Pobra do Caramiñal y corresponsal de ABC en el Vaticano desde hace 20 años, el periodista Juan Vicente Boo ha reunido 500 tuits del Papa en un libro: 'Píldoras para el alma'

Juan Vicente Boo, en el Hotel Rías Bajas. DAVID FREIRE
photo_camera Juan Vicente Boo, en el Hotel Rías Bajas. DAVID FREIRE

Vivimos tiempos de un Papa tuitero. ¿Quién lo iba a decir?

Es una gran novedad, sí. Pero tiene una enorme repercusión. Ahora cuenta con 43 millones de seguidores y sigue subiendo. En realidad, hace lo que Jesús, que salía a los caminos de Palestina. Francisco sale a los caminos de las redes sociales.

¿Jesucristo tendría hoy cuenta en Twitter? ¿Usted cree?

Jesucristo utilizaba todos los medios posibles para llegar a la gente, así que hoy utilizaría las redes sociales, naturalmente. Jesucristo utilizaría Twitter y también tendría un éxito arrollador. Porque, en realidad, el Evangelio está lleno de tuits: Dad y se os dará; No podéis servir a Dios y a las riquezas; Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios... No llega ninguno a los antiguos 140 caracteres que como máximo se podían teclear en esa red social.

El primer capítulo de Píldoras para el alma (Espasa, 2017) es Alegría. Vuelve usted a insistir en la característica papal que vertebró su primer libro, El Papa de la alegría (Espasa, 2016). "Un cristiano nunca puede ser aburrido o triste", escribió Francisco en uno de sus tuits.

Es que este Papa no solamente irradia alegría sino que nos enseña que eso es una parte esencial del Evangelio. Es uno de los aspectos más gratos que tiene trabajar cerca de él.

¿Cómo cree que le retratan sus tuits, aparte de como un Papa alegre?

El libro está estructurado en 32 capítulos que yo creo que se corresponden con los rasgos más específicos de su forma de ser: alegría, amor, esperanza, misericordia, solidaridad, ternura... Le enseñé el libro cuando volábamos a Myanmar, el pasado 26 de noviembre, y le gustó la idea y la selección que hicimos. Estaba feliz. Presentamos al Francisco genuino y esencial a través de 500 tuits.

En esa conversación camino de Myanmar, el Papa le dijo sobre los tuits recopilados: "¡Que los usen para rezar!". Oración 2.0.

Sí, es fantástico. Es un Papa que se adapta a todo de modo natural. Una vez le preguntamos si no se hartaba de hacerse tantos selfies. Nos dijo que por supuesto que no, que a la gente ahora le gustaba hacerse fotos con él y que él estaba encantado de complacerla.

"Las series de televisión sobre el Vaticano se pasan de maquiavélicas. Lo que hay allí es mucho funcionario incompetente"

 

Sin embargo, no utiliza ni móvil ni tableta ni ordenador.

No, no los utiliza. Sin embargo es capaz de adaptarse a todos estos medios porque tiene un secreto: cada semana habla con cientos de personas, incluidas muchísimas personas de a pie, a las que él llama "santos de cada día". Esa es la clave: el Papa piensa siempre en las personas y nunca en los medios. Lo hace cuando tuitea o cuando está ante cientos de miles de ciudadanos en algunas ceremonias durante sus viajes.

Pero entonces, ¿cómo lo hace? ¿Le dicta los tuits a un secretario? ¿Cómo gestiona sus cuentas?

Tiene un equipo a su lado. Es el mismo que los traduce a nueve idiomas. Algunos tuits responden a acontecimientos concretos en fechas concretas, pongamos por caso el pésame que hizo pú- blico tras el accidente de Angrois; otros son enseñanzas que él quiere resaltar o que los fieles tengan presentes; otros son más personales, como el "Rezad por mí", que colgó en el tercer aniversario de su pontificado; otros se los sugieren, especialmente en los viajes internacionales...

"Tiene puntos fuertes y débiles, que no esconde", ha dicho usted sobre el Papa Francisco. ¿Cuáles son?

Pues mira, un ejemplo: cuando volvíamos de Bangladesh, nos contó que se había enfadado durante el encuentro interreligioso en el que saludó a 16 refugiados rohingyas, porque se enteró de que le habían dado instrucciones de que no hablasen con él. Tuvo que ser Francisco el que forzó la conversación y tuvo que ser él el que impidió que bajasen del escenario al acabar de saludar. "Basta. Respeto", pidió. Y así nos lo contó: "Me enfadé, soy un pecador".

Sin embargo, se le reprochó no pronunciar especificamente la palabra rohingya cuando se reunió con líderes políticos y militares del país como la premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi.

Fue una instrumentalización ridícula lo que se intentó con él en este caso. El Papa Francisco es probablemente el líder mundial que más lleva haciendo por los rohingya. Estamos hablando de un país controlado por una dictadura militar al que se viajaba, no con la intención de provocar a las autoridades en público, sino con la intención de intentar ayudar a los rohingya todo lo posible.

Usted que está cerca de Francisco, ¿cómo ha reaccionado a la declaración de Donald Trump sobre Jerusalén?

Con enorme preocupación. Lo dijo en el Ángelus de hace dos domingos y en un comunicado oficial. No le ha gustado nada. El Papa ha insistido en que es necesario escuchar a los palestinos y en que no se puede ir contra la comunidad internacional.

¿Tras 20 años en el Vaticano puede confirmar que ese mundo es tan feroz y lleno de intrigas como lo pintan las ficciones televisivas?

¡Para nada! No las sigo, pero siempre hay algún asesino y cosas así. Se pasan en el tono maquiavélico. En cambio, de lo que hay bastante en el Vaticano es de una especie de funcionariado incompetente y carente de todo entusiasmo. Por eso Francisco se ha empeñado en hacer una cura de adelgazamiento. Ahora mismo aún trabajan allí 5.000 personas, pero el Papa se está ocupando de reducir esa cifra a muchas menos.

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