"El último es el mejor capítulo de la temporada", avisa Carlos Sedes (A Coruña, 1973). "Mi favorito, sin duda". Se emite el miércoles 9 de mayo (22.30 horas, Antena 3). El realizador, curtido en series de la Televisión de Galicia como As leis de Celavella o Padre Casares, ha vuelto a contar con la confianza de Bambú, la productora con la que ya había trabajado en Guante blanco, Gran Reserva o Hispania, para ponerse al frente de Fariña. Este martes charló con los alumnos de la Facultade de Ciencias Sociais de Pontevedra del éxito de esta ficción basada en el libro de Nacho Carretero del mismo título.
¿Le va a desvelar al alumnado de la facultad cuál es el secreto del éxito?
Absolutamente nadie de los que hacíamos la serie era consciente de estar fabricando un éxito. Sabíamos que estábamos haciendo algo especial, que tenía poco que ver con la televisión que se hace hoy en día en abierto, pero fue una auténtica sorpresa para todos conseguir esas audiencias.
Consiguieron un 46,7% de share el 4 de abril en Galicia.
¿Estar cerca de un 50%? ¡En mi vida!
¿Cuáles cree que han sido las claves para despertar ese interés entre el público?
Uno de los grandes logros de la serie es contar lo que pasó en aquellos años en Galicia y hacerlo sin miedo. Nos preguntaban mucho por el parecido con Narcos o Gomorra. No hay parecido porque la diferencia la marca en que esto lo hicieron gallegos. Galicia está en la serie. Si hay una clave del éxito es esa: que suena a verdad.
Se ha hecho hincapié en que Fariña ha acabado con muchos complejos gallegos: el del acento, por ejemplo, o el de nuestros actores como eternos secundarios en las ficciones españolas. "En Galicia hai, de súpeto, como unha especie de orgullo patrio con Fariña", decía el actor Xúlio Abonjo.
Es así y estamos felices. Fíjate, cuando empezamos el cásting en Coruña, con Conchi Iglesias, les decíamos a los actores que estábamos buscando a los personajes principales y no se lo acababan de creer. Estaban convencidos de que vendrían actores de fuera a hacer los protagonistas. Con el tema del acento, igual: buscamos a una lingüista, Rosa Moledo, para que nos ayudara con eso y el resultado ha sido espectacular. También fue muy raro para los actores, a los que normalmente se les pide todo lo contrario, un tono neutro. Hay que decir que el equipo de Ramón Campos [Bambú Producciones] fue muy valiente con todo esto: sí al acento, sí a actores gallegos. Y yo encantadísimo. La verdad es que el verano de 2017, cuando rodamos, va a ser inolvidable. Nos lo pasamos pipa.
"No es verdad que la gente de Cambados nos pidiese que honrásemos a Sito Miñanco. El titular salió de una anécdota personal de Javier Rey con un figurante, uno solo, y en Boiro"
Le ha dejado una huella profunda este proyecto.
Te lo digo totalmente en serio: es el trabajo más especial que he hecho, del que estoy más orgulloso. Ha sido el más arriesgado y el más feliz. Ramón [Campos] llevaba muchos años buscando sacar adelante un proyecto así. Y lo hemos conseguido.
El actor Javier Rey ha dejado un titular para la historia: "La gente en Cambados me pidió que honrase a Sito Miñanco". ¿Fue así?
Ese titular no es cierto. No es verdad. La anécdota que ha contado Javi, al menos hasta donde yo sé, se refiere a una persona concreta, a un figurante, uno solo, que se le acercó un día y le dijo oye, hónralo, porque ayudó mucho a mi familia. Algo así. No vinieron los vecinos de Cambados a pedirnos que honrásemos a Sito. Ni siquiera pasó allí. Creo recordar que fue en Boiro.
¿Cómo abordaron lo que iba a ser a interpretación de los narcos gallegos? ¿El personaje de Sito se va volviendo cada vez más oscuro intencionadamente?
Sí, sí, es así: la historia empieza siendo más blanca y a medida que avanza se vuelve más oscura. Lo que queríamos era acercarnos lo máximo posible a la realidad. Sé que existe cierta controversia sobre el tema de que los narcos resulten simpáticos a la audiencia. Pero eso, en realidad, no es cosa nuestra, es cosa suya. Es cierto que los personajes de ficción, hace años, eran buenos o malos. Punto. Pero eso ha quedado atrás. Hoy en día a los personajes los definen sus acciones. Como a las personas. Nosotros no los juzgamos: mostramos lo que hacían, esto o lo otro. El que después los juzga, los justifica o no, es el espectador. En este caso, mi opinión personal es que no hay mucho que justificar... Pero allá cada uno.
A los personajes, como a las personas, lo que les define son las acciones. Ya no hay buenos y malos. Hay gente que hace esto o lo otro. Si te cae simpático, no es cosa nuestra: es cosa tuya"
Antes me decía que nadie se imaginaba que la serie fuese a tener el éxito que ha tenido. ¿Y todo lo que la ha rodeado? La denuncia de Bea Gondar al libro de Nacho Carretero que precipitó el estreno, la denuncia de Laureano Oubiña por una escena de carácter sexual en la serie...
Imposible contar con todo eso. Fue algo que nos atropelló. La realidad nos pasó por encima. Fueron semanas de una locura tras otra. Todas las que has mencionado y la definitiva: que en la casa de Sito Miñanco, cuando fue detenido, apareciese el guión de la serie. Increíble.
Ramón Campos ha hablado ya de una segunda temporada. ¿Estará usted en ella?
No tengo ni idea. En serio. Estamos a la espera de la emisión del último capítulo y que luego la cadena se pronuncie. Ojalá haya una segunda temporada.
¿Ha marcado Fariña un punto de inflexión en la ficción en España?
Yo creo que sí. Personalmente me siento muy orgulloso de lo que hemos conseguido y de haber hecho un producto en el que se ha hablado de nuestras cosas sin ningún tipo de pudor. Ojalá sirva para animarnos a meternos más con lo que ha pasado y pasa en España, lo bueno y lo malo.
Con motivo de la emisión del último capítulo de la serie (miércoles 9 de mayo, 22.30 horas, Antena 3), Ramón Rozas publica ese mismo día en Diario de Pontevedra un reportaje en el que repasa la presencia de este periódico en la ficción de Bambú y cómo se reflejó en realidad en las páginas del rotativo la explosión del narcotráfico en la provincia de Pontevedra: del contrabando de tabaco a la Operación Nécora.
