La factura de las Navidades es más larga de lo que se esperaba. Los casos activos de covid han roto todos los picos de la primera y segunda ola, las hospitalizaciones están desbancando todos los récords previos y los casos críticos evolucionan con el mismo diagnóstico, con la previsión de seguir aumentando en las próximas fechas hasta plantar una nueva pica en el histograma de la covid.
Actualmente el servicio de Medicina Intensiva del Área Sanitaria, encargado de asistir a los cuadros más graves, socorre a 19 pacientes con la enfermedad activa y la jefa de mandos, la doctora Pilar Posada, mucho se teme que pronto se va a rebasar la plusmarca de la primera ola, cuando se llegó a tratar 20 enfermos críticos de forma simultánea. "Llevamos aproximadamente una semana por encima de los 15 pacientes y creemos que el volumen seguirá subiendo, porque los casos están creciendo y normalmente nosotros percibimos ese aumento a los 15 días. En breve superaremos el pico de la primera ola. Otras unidades gallegas ya lo están haciendo". Es difícil predecir el momento exacto de cuándo y cómo llegará la cima, pero el servicio se está preparando para afrontar el peor de los escenarios.
UCI Y UCE COMPLETAS. El volumen de enfermos críticos ha agotado la capacidad de la UCI convencional, con capacidad para diez camas, y de la Unidad de Corta Estancia (UCE), que fue reformulada a cuenta de la pandemia. Esta última cuenta con ocho camas y tras la primera ola fue objeto de reformas para habilitar espacios aislados. Desde septiembre atiende a pacientes críticos no covid, pero hace aproximadamente un mes empezó a funcionar como unidad mixta (prestando asistencia a enfermos covid y no covid) y desde hace una semana se dedica exclusivamente al tratamiento de casos graves de coronavirus. Al igual que la UCI, lleva días completa.
Este ascenso de los casos críticos ha llevado al servicio de Medicina Intensiva a recurrir a una tercera unidad, la de Reanimación postquirúrgica, que ya en su día acogió pacientes contagiados graves. La unidad dispone de diez camas (tres de ellas aisladas) y en la actualidad registra el ingreso de un paciente con la enfermedad activa y de otros dos que han superado la infección, pero que siguen requiriendo cuidados intensivos para continuar lidiando con las secuelas del virus. Entre ellos se encuentra un hombre que lleva en cuidados críticos 82 días, la estancia máxima de las registradas hasta la fecha.
Pilar Posada: "Muchos pacientes llegan muy graves al hospital y pasan a nuestro servicio en 24 o 48 horas"
En la Unidad de Reanimación también ya están ingresados pacientes con patologías ajenas al coronavirus que están en estado crítico y a cargo del servicio de Medicina Intensiva. En los últimos días este perfil ha bajado y hora mismo son solo dos, pero la previsión es que este servicio también acabe ‘colonizado’ por la covid. "Tratamos de interferir lo menos posible en el resto de actividad hospitalaria, pero todo apunta a que llegará un momento en el que habrá que derivar a los pacientes no covid fuera de Reanimación porque, salvo que nos confundamos en las previsiones, se espera que haya un número más alto de pacientes en Cuidados Intensivos", indica Posada.
MÁS JÓVENES Y GRAVES. A diferencia de lo que ocurría hace unos meses, el servicio de Medicina Intensiva está percibiendo que "muchos de los pacientes que ingresan en UCI ya llegan muy graves al hospital y pasan a nuestro servicio en 24 o 48 horas".
Otro cambio notable es que "en general" los pacientes que se han recibido en el servicio "son más jóvenes que en la primera ola". De hecho, actualmente está en cuidados intensivos un joven de 27 años, el más joven de los afectados por la pandemia que han ingresado en la UCI desde el pasado mes de marzo.
La estancia media oscila en función de cada caso, si bien los pacientes que no necesitan ser intubados suelen estar en la unidad "entre siete y diez días", mientras que los que son sometidos a esta técnica pueden estar una media de "tres o cuatro semanas". A finales de la segunda ola las estadísticas pusieron de relieve que el 83% de los 62 pacientes asistidos en UCI (hasta principios de diciembre) superaron la enfermedad.
Pilar Posada: "Lo que me preocupa es si tenemos que superar Reanimación, porque en el resto de servicios no hay especialistas en crítico"
UNIDADES EXTRA. Con las plazas de la unidad de Reanimación el Área Sanitaria dispondría de 28 camas para cuidados críticos de covid, pero las últimas predicciones han llevado a los especialistas a empezar a planificar el posible uso de unidades extra. Entre ellas figuran la sala de Despertar y la de Cirugía Mayor Ambulatoria (CMA), cada una dotada de ocho camas, y aunque está por decidir cuál de ellas acogerá a pacientes covid y cuál a enfermos no covid, la doctora Posada da por hecho que "van a tener que participar en el cuidado de pacientes críticos seguro".
Tampoco descarta recurrir a los quirófanos como ya se planteó en la primera ola (sin llegar a ser necesario), aunque a su juicio todas las fórmulas que lleguen a partir de ocupar Reanimación "son malas soluciones". Sobre todo a nivel de personal, porque el problema no es tanto de camas disponibles, sino de personal formado para atenderlas. "La UCE sí se ha dotado de personal que ha estado trabajando desde septiembre. La plantilla funciona como equipo y en Reanimación el personal tampoco es ajeno a cuidados intensivos. Lo que me preocupa es si tenemos que superar esa unidad, porque en el resto de servicios no hay personal especializado en el manejo de pacientes críticos y eso nos puede empezar a pesar".
"MÁS DURO QUE MARZO". Las plantillas de las unidades covid han sido reforzadas para plantar cara al coronavirus. Aun así, la mayoría están sobrecargadas de trabajo y la acción puntual de doblar turnos casi se ha convertido en una constante. "Todas las unidades tendríamos que contar con más profesionales, personas de otros servicios incluso, porque esto va a ser más duro que en marzo indudablemente", advierte.
A nivel de recursos logísticos la especialista indica que el Área dispone de un elevado número de ventiladores mecánicos, que en principio deberían ser suficientes. Lo que falta por ver es su efectividad, ya que los pacientes covid necesitan "respiradores de alta gama" y los aparatos adquiridos en la anterior embestida de la pandemia son de un nivel inferior, con menores prestaciones, lo que a ojos de Posada quizás podría generar "algún problema".
Actualmente hay 19 pacientes en estado grave de los que uno tiene 27 años, el más joven de los registrados hasta la fecha
A falta de conocer cómo responden los aparatos, la creación de boxes de aislamiento en la UCI ha permitido cambiar de protocolo asistencial. En la primera ola el servicio de Medicina Intensiva no podía ingresar a pacientes sin ventilación mecánica porque no disponía de habitaciones aisladas. Sin embargo, las obras ejecutadas tras la primera ola (cuestionadas por distintas organizaciones sindicales) sirvieron para habilitar espacios cerrados que permitieron empezar a utilizar ventilación no invasiva, una técnica mucho menos agresiva.
En la actualidad, "lo que estamos haciendo es bajar un poco antes a la UCI a aquellos pacientes que no están tan graves, pero que creemos que pueden sufrir complicaciones. Los sometemos a ventilación no invasiva y estamos viendo que algunos, sobre todo los más jóvenes, consiguen evitar la ventilación mecánica". La especialista incide en que por el momento no existe ningún dato que permita concluir que los pacientes en esta tercera ola vayan a ser más o menos graves que en las anteriores. A su juicio, lo único irrefutable es que "se diagnostican más asintomáticos porque se hacen más PCR" y que "el número de pacientes se está incrementando de modo alarmante y esto se va a acompañar de muchos más pacientes graves".
