"As mulleres tiramos para adiante, si ou si"

Eva, pescadera, trabaja por cuenta ajena. Está separada y tiene dos hijas. Ángela, emprendedora, codirige su propia empresa y no es madre. Ambas cuentan sus experiencias laborales, muy distintas, aunque ponen una cosa en común: no se sienten víctimas de ningún tipo de discriminación por cuestión de género

Eva Martínez y Ángela Valdenebro. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Eva Martínez y Ángela Valdenebro. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

Eva María Martínez Piñeiro tiene 46 años y es vecina de Combarro. Desde hace tres años trabaja como pescadera en un supermercado Gadis. ahora en Pontevedra. Fue el regreso a sus orígenes laborales después de tener negocio propio en la localidad poiense durante dos décadas. "Coa crise tivemos que pechar a peixería e volvín ao mundo do supermercado, onde comecei, cando había o Simago da Barca".

Asegura que las cosas han mejorado mucho en su sector durante este tiempo. "Sobre todo para as que teñen fillos está moi ben, porque a partir dos cinco meses de embarazo poden coller a baixa, que antes tiñas que aguantar, se podías". De hecho, ella se incorporó a la empresa cubriendo una baja de este tipo. "Para elas ben e para nós -las sustitutas- tamén".

Separada y madre de dos mellizas de 13 años, admite que la conciliación entre familia y trabajo es "moi difícil". Cuando ellas nacieron estaba casada y al frente de su empresa. "Puiden permitirme estar un ano sen traballar porque tiña que coidar das nenas, ata que cumpriron once meses e foron á escola infantil". Su renuncia supuso la contratación de otro empleado. "Levouse adiante, pero foi difícil. Como eu era autónoma, xa sabes, colles unha baixa e deixas de gañar". Hoy en día, apunta, "as mulleres que traballan, sobre todo no meu sector, teñen redución de xornada. Non é o mesmo traballar todo o día que medio". A Martínez no le corresponde esta opción al no tener contrato fijo.

Asegura que en su vida laboral "non vin" casos de discriminación a la hora de contratar un hombre o una mujer para el mismo puesto. "Cando volvín ao supermercado, con 42 anos, xa non pensaba ter máis fillos, así que non me vin afectada por iso. Pero é o meu caso", puntualiza.

La diferencia salarial entre varones y féminas tampoco es algo de lo que tenga constancia. "Os empregados falamos entre nós e, que eu saiba, iso non pasa na nosa empresa". Deja claro que "quero a igualdade entre homes e mulleres", pero ve lógico que sobre ellos recaigan labores que exijan más esfuerzo físico. Eso sí, "non significa que merezan máis soldo" y admite que "as mulleres témonos que esforzar máis para conseguir o mesmo que eles".

Eva Martínez, pescadera

​"Aínda que agora os homes axuden máis na casa, as mulleres seguimos desempeñando un papel moi importante"

"Que se as mulleres paran o día 8 se para o mundo? Case que si, eh. Estou convencida"

 

Recuerda que cuando estaba casada "o meu home si me axudou moito coas nenas", pero ahora "podo eu con todo. Eu levo a miña casa, as fillas, o traballo...". "Igual un hombre no lo haría", apunta una compañera. "Nós tiramos para adiante, si ou si", asevera. Más allá de su caso personal, considera que aunque actualmente los hombres colaboran más en las tareas domésticas y el cuidado de los hijos, "nunca é ao 50%", y las mujeres siguen desempeñando "un papel moi importante". Si las mujeres paran el 8M, ¿se para el mundo? "Case que si, eh. Eu estou convencida, ademais".

SIN RIVALIDAD. "No estoy de acuerdo con todas esas cosas que dicen por ahí. A mí siempre me ha tratado igual todo el mundo", asegura Ángela Valdenebro al incorporarse a la conversación. A sus 42 años, esta emprendedora pontevedresa es una de las creadoras de Thunders Love, una firma de calcetines que fundó junto a Manuel Taboada y que ha revolucionado el mercado internacional después de tres años. La suya fue la única empresa de la ciudad que consiguió colarse en 2016 en la final del concurso de ideas para la aceleradora ViaGalicia, promovida conjuntamente por el Consorcio de la Zona Franca (cuya delegada es, "precisamente, una mujer, Teresa Pedrosa", apunta).

"Haberá de todo, pero a nós, o que nos boten enriba. Antes había máis machismo", apunta Eva. "Véxoo na miña sección. Agora veñen máis homes a comprar e en moitos casos son eles os que cociñan, non as mulleres". Ambas hacen hincapié en su "lucha como mujer", pero en ningún caso hablan de "rivalidad con el género masculino".

Arquitecta de formación, antes de lanzarse a la aventura empresarial, Ángela trabajaba también en el sector textil, pero como empleada. Tampoco en aquellos tiempos notaba diferencia ni de trato ni de sueldo con sus compañeros varones. "Y tuve jefe y jefa, indistintamente", puntualiza. Ahora, como emprendedora, tampoco cree que ellos lideren más proyectos. "Depende mucho del sector. Noto que hay algunos en los que hay más hombres, como la automoción o la tecnología, y otros, como el mío, en el que hay más mujeres, pero es porque a las chicas nos gustan más unas cosas y a los chicos otras".

El hecho de que su empresa haya sido creada por un hombre y una mujer podría dar pie a vivir situaciones diferentes según quién de ellos contactase con inversores, proveedores y compradores, pero Valdenebro asegura que nunca vivió ningún tipo de discriminación en este sentido. "Todo igual, y no hubo ningún problema ni diferencia. De hecho, nosotros entramos en un programa de aceleración para buscar capital para empresas y como había distintos sectores había chicos y chicas. Ni los conté, porque no me pareció que hubiera desigualdad".

Ángela Valdenebro, empresaria

"Hay sectores con más chicos y otros con más chicas, pero porque a nosotras nos gustan más unas cosas y a ellos otras"

"No sé si existen esas desigualdades, pero en lo que a mí me rodea es bastante igualitario"

 

Admite que "llevo poco tiempo en esto", pero que, subraya, "me han dado las mismas oportunidades que a los chicos a la hora de emprender". De hecho, apostilla, en ViaGalicia "no hay distinciones para nadie" en materia de género. "De hecho, en los puestos más importantes de la Zona Franca hay más mujeres que hombres" y no cree que sea una excepción.

Thunders love vende tanto a tiendas como a concept store y hasta el momento solo tenían colecciones masculinas. "Sí que es cierto que en las tiendas de ropa masculina hay más chicos al cargo, lo que es habitual".

Con el asunto de la conciliación Ángela admite que "no tengo ningún problema" puesto que no es madre ni tiene mayores a cargo.

Su percepción es, sin duda, positiva. "No sé si existen las desigualdades de las que hablan, pero en lo que a mí me rodea es bastante igualitario".

Un 25% menos de salario que los hombres

El último estudio sobre salarios del Instituto Galego de Estatística (IGE), realizado en 2015, revela que las mujeres pontevedresas cobran al año una media de 4.649 euros menos que los hombres. Su salario bruto anual ronda los 13.922 euros, mientras que el de los varones asciende a 18.571, lo que arroja una brecha salarial del 25%. De las cuatro provincias gallegas, solo ACoruña empeora estos números (25,6%). Por horas ellas cobran una media de 7,8 euros por hora y ellos 9,4, un 17% más.

Paro de larga duración
La Encuesta de Población Activa (EPA) del último trimestre de 2017 ratifica el agravio comparativo entre sexos y advierte que la tasa de pontevedresas con trabajo es inferior a la de los hombres: un 44,4% frente a un 52,9%. En relación con esto, las estadísticas advierten de que el paro de larga duración se ceba con el género femenino, hasta el punto de que casi la mitad de las desempleadas de Pontevedra (el 46,8%) llevan buscando trabajo más de un año (1.701 a finales de enero). En el caso de los hombres, el porcentaje desciende hasta el 42%.

El 32% a tiempo parcial
Los análisis del tipo de contrato (los más recientes son de 2016) indican que el 32% de las asalariadas pontevedresas son contratadas a tiempo parcial, frente a un 7% de hombres. El único factor común para ambos sexos es la temporalidad. El 94% de los contratos firmados en 2017 en la ciudad capitalina (28.356 de 30.009) fueron temporales para ambos géneros.

Trabajo de camarera
Por profesiones, las que generaron más contratos en 2017 en el ámbito del sexo femenino fueron las de camarera (2.493), vendedora (2.035), limpiadora (1.600), peón en industria de manufacturación (1.390) y empleada doméstica (529). ¿Y qué ocurre con las pensiones? Pues que, según datos de 2016, las mujeres de la comarca cobran de media 761,26 euros frente a los 1.091 que perciben los hombres de Pontevedra y los concellos de alrededor

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