"Cada vez vamos a trabajar más preocupados, esto se les va de las manos"

Sabela Delgado es enfermera en un geriátrico y teme que si las cifras de contagio son las que se prevén, muchos de los residentes vulnerables enfermarán
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photo_camera Sabela Delgado. CEDIDA

La preocupación aumenta cada día entre los trabajadores de los centros residenciales de la tercera edad, tras el contagio de un gran número de residentes y trabajadores en toda la provincia. Aunque algunos de los centros, como en el que trabaja la enfermera Sabela Delgado, han empezado a tomar medidas pronto, el pronóstico no es alentador. "Si las estadísticas no fallan y llegamos a estar infectados el 80% de la población, estas personas, que son vulnerables, enfermarán antes o después. Nos esperamos lo peor, las residencias están muy mal, no nos podemos engañar". Por ello, explica, "cada vez vamos a trabajar más preocupados, se ve que en las residencias esta situación se les está yendo de las manos a nivel general".

Limitar la entrada de las familias o la salida a consultas de los residentes fueron algunas de las medidas tempranas que adoptó el centro donde trabaja Sabela, algo que ha conseguido "retrasar los casos". A pesar de ello, y aunque el personal sanitario "tiene miedo", durante las últimas jornadas de trabajo "todos están dando una lección muy importante, y demostrando que por encima de esto está lo profesional. El personal de la residencia está sacando su me​jor parte, aunque tengan miedo de contagiarse o de contagiar", asegura.

Para Sabela lo peor es la incertidumbre. "Nunca sabes si te infectarás, o si ya estás infectado cuando te vas a tu casa". Pero la vocac​ión vale la pena. "La mayoría de los residentes son muy dependientes. Un porcentaje muy alto no es consciente de lo que pasa, por sus patologías, y en ese sentido su vida no ha cambiado". En cuanto a los residentes que tienen todas sus facultades en perfecto estado, "lo llevan con resignación. Ellos lo entienden y lo razonan", asegura la enfermera.

"Nunca sabes si te infectarás o si ya estás infectado cuando te vas a tu casa"

Ahora, todos los pacientes se encuentran confinados en sus habitaciones por seguridad, algo que, además de alterar en cierta medida sus rutinas, ha supuesto una "carga de trabajo mayor" para el personal. "Han cambiado las costumbres, ya no hay actividades y eso provoca que la atención sea más individualizada, y ellos no están tan estimulados".

Aunque los mayores con patologías no han visto variar demasiado su modo de vida, sus familiares son quienes más sufren su confinamiento. "Sabemos que lo están pasando fatal, muchos de ellos iban todos los días a hacerles visitas a los residentes. Muchos no hablan o no se mueven y estamos haciendo videollamadas para que al menos puedan verles", explica Sabela. En este sentido, el contacto entre la residencia y los familiares es vital. "A veces llaman para pedirnos información, pero estamos muy saturados. De todos modos intentamos ser transparentes con ellos y atenderles de la mejor forma, porque nos ponemos en su lugar. La humaniza​ción es muy importante en estos momentos".

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