Cuando apenas faltaban 24 horas para el final de la fase 1 de la desescalada, algunos pontevedreses no pudieron esperar y decidieron juntarse y montarse su propia fiesta particular en las instalaciones de un establecimiento de hostelería de la calle Andrés Mellado, vial que une la zona de la avenida de Vigo con la Praza de Galicia y el barrio de Campolongo. Así lo certificaron agentes de las policías Local y Nacional, que acudieron allí en respuesta al aviso por parte de vecinos de las inmediaciones, que les informaron sobre los ruidos que, al parecer, procedían del interior del citado bar.
Una vez en el lugar, los funcionarios policiales comprobaron que lo que contaban los vecinos era cierto. Allí se encontraron con un local que parecía cerrado al público pero que presentaba una cierta actividad en su interior. En concreto, los agentes interpusieron las correspondientes denuncias a siete individuos por saltarse de forma flagrante las normas que subyacen de la declaración de estado de alarma, que prohíben de forma expresa la celebración de eventos en establecimientos de hostelería en su parte interior (sí están permitidos los encuentros de familiares y amigos en terrazas).
Al parecer, algunos de los allí presentes mostraron su disconformidad con las propuestas sancionadoras que les fueron comunicadas, y que conllevarán, si salen adelante, multas de un mínimo de 600 euros en cada caso.
Se trata de la segunda actuación policial de estas características desde el inicio del estado de alarma en Pontevedra, después de la ya conocida semanas atrás en una discoteca de la calle Sagasta.
Cierto es que las normas sobre qué se puede y qué no se puede hacer en estos momentos son un tanto confusas, pero no en lo que se refiere a los establecimientos hosteleros. Distinto será a partir de este lunes, cuando se permite la apertura de las zonas interiores con control de aforo y manteniendo el distanciamiento social.
