"El dinero sí crece de los árboles"

La empresa emergente Airco2, fundada en Pontevedra, irrumpe en el mercado CO2 con el propósito de que la patronal neutralice su huella de carbono en los terrenos forestales
Luis Taboada, Máximo Sánchez, Pío Iglesias y David Conde. M.B.
photo_camera Luis Taboada, Máximo Sánchez, Pío Iglesias y David Conde. M.B.

PONTEVEDRA ES cuna de una nueva startup (empresa emergente de perfil tecnológico) que cuenta con todas las papeletas para dar el pelotazo. Responde al nombre de Airco2 y de forma muy resumida se puede decir que su propósito es que compañías e instituciones puedan neutralizar su huella de carbono con las capturas de CO2 que hace la foresta autóctona. "De forma automatizada" y marcando un punto de inflexión en las compensaciones por emisiones, en las que ahora mismo se priman otras prácticas como la restauración de bosques quemados o la financiación de proyectos que por norma general están a kilómetros de distancia, llámese "un parque fotovoltaico en Guatemala" o un "proyecto forestal en el sudeste asiático".

Origen y progreso

El promotor de la idea es Máximo Sánchez Táboas, un joven abogado pontevedrés que embarcó en su travesía a Pío Iglesias, responsable de la parte tecnológica. Ambos han despegado con una velocidad inusual gracias al potencial de la propuesta y el mecenazgo de otros dos pontevedreses que, hoy por hoy, comandan dos grandes empresas tecnológicas: Luis Taboada, CEO de Qbitia (especializada en el análisis y gestión de información económica y bursátil) y David Conde, cofundador de Coinscrap Finance (plataforma centrada en productos financieros).

La semilla del proyecto surgió en México, donde Máximo Sánchez cayó en la cuenta de dos cosas: que el mercado del CO2 tenía "obstáculos" y que existían "incentivos perversos para el monte" que merecían una vuelta de hoja. El proceso de maduración llegó después, tras su vuelta a España por la covid, cuando entró en contacto con su socio y sus mentores pontevedreses,

Qué ofrece

AIRCO2 es una plataforma virtual que ofrece "una solución 360" a las dos patas principales del negocio: las empresas, a las que facilita la medición y compensación de sus emisiones, y los propietarios forestales, a los que retribuye por permitir canjear las capturas de dióxido de carbono que se produce en sus terrenos por "créditos de carbono", uno de los tres mecanismos propuestos en el Protocolo de Kioto para compensar la huella de carbono.

Oficialmente solo las empresas consideradas altamente contaminantes están obligadas a medir y contrapesar sus gases de efecto invernadero (25 sociedades a nivel Galicia). Sin embargo, tanto las directivas comunitarias como las estatales emplazan cada vez más a las empresas a "transitar hacia una economía neutra en emisiones". En licitaciones públicas, por ejemplo, comienza a ser obligatorio la medición de las emisiones e incluso hay administraciones que ya reclaman cero huella de carbono. "Por eso habrá empresas que, si no hacen este proceso, se quedarán fuera de la cadena de valor", advierte David Conde.

Cómo funciona

Gracias a la experiencia de Qbitia y la contribución tecnológica de Coinscrap, Airco2 ha desarrollado un software que, apoyado en la inteligencia artificial, es capaz de medir las emisiones de cualquier organización de forma "realista y más asequible" que otros métodos, con cuotas que parten de los 100 euros al mes.

Una vez cuantificadas, las emisiones pueden ser compensadas con los proyectos adheridos al "banco de CO2", que pueden ser de comunidades de montes o de particulares. Los propietarios forestales interesados en sumarse a la iniciativa solo tienen que registrar sus parcelas en la web. Luego, mediante visión satelital, el sistema se encarga "de calcular cuánto CO2 secuestran", explica Pío Iglesias. El rédito que obtienen los propietarios oscila en función de las características del terreno y las especies, pudiendo alcanzar 540 euros anuales por hectárea.

Otros beneficios

El acceso a la plataforma es libre, pero condicionado. Airco2 exige una superficie mínima y prima la adhesión de las parcelas "limpias y ordenadas". "No queremos dar incentivo a la gente que no está haciendo nada con su monte", subraya Sánchez.

Según aseguran los fundadores, el sistema aumenta la rentabilidad del monte "entre un 30% y un 35%", y con el beneficio añadido de que es una "liquidez constante" que ayuda a tener los terrenos en buen estado. "Más del 90% de nuestra masa forestal no está reconocida para capturar CO2, por lo que es una gran oportunidad para poner en valor el monte y que los propietarios obtengan un beneficio", concluye Luis Taboada.

Silicon Valley, entre los inversores

La empresa ha saltado al mercado con un capital base de 700.000 euros, aportados por inversores de renombre. En la primera ronda de financiación participaron Mota-Engil la cotizada líder en infraestructuras de Portugal; Jose Togores Mahou presidente de Avalon Wealth Management, el fondo DraperB1 de la red Draper de Silicon Valley, el fondo de inversión de capital riesgo Backfund y reputadas compañias involucradas en mejorar la sostenibilidad de las empresas como Reciclajes Plásticos o Cordoplas.

La empresa ha contado, además, con el apoyo inversor y logístico de los pontevedreses David Conde y Luis Taboada, sus business angels (ángeles de negocios), quienes confían en que la empresa "tendrá un gran crecimiento en poco tiempo".

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