"As familias dinnos que é difícil que sigan o ritmo diario ao perder a rutina"

Xuntos Asociación Síndrome de Down lleva prestando apoyo telemático a sus 106 usuarios durante todo el estado de alarma
Paula Villaverde, de Xuntos. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Paula Villaverde, de Xuntos, muestra una videollamada. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

El pasado 13 de marzo, "seguindo as indicacións que nos deron de Política Social, decidimos pechar as instalacións e os profesionais empezamos a traballar coa modalidade de teletraballo e a metodoloxía que seguimos coas persoas usuarias foi a maneira virtual, a través de envío de material, que se colga diariamente en dropbox, a través de videochamadas, de sesións titorizadas individualmente... Toda esa metodoloxía que están facendo todas as entidades", explica Paula Villaverde, coordinadora de Xuntos, la Asociación Síndrome de Down Pontevedra.

Casi tres meses después, poco ha cambiado en las flamantes instalaciones que la entidad tiene en la calle O Gorgullón. Allí, presencial o telemáticamente, trabajan 20 personas y atienden a 106 personas con síndrome de Down de Pontevedra y la zona norte de la provincia. "O máis pequeno ten un ano e o maior preto de 60".

Desde aquel día, víspera del decreto del estado de alarma, 18 empleados (excepto las limpiadoras) continúan teletrabajando, excepto en algún caso puntual, cuando se trata "dalgunhas tarefas propias do posto de coordinación e administración que teñen que realizarse na propia entidade".

La atención que prestan en Xuntos depende del momento vital de cada usuario, por lo que cuentan, por ejemplo, con el área de atención temprana y la de vida adulta e independiente, incluyendo el proyecto de atención integral al envejecimiento. "Atendemos a todas as persoas con apoios individualizados ou con traballo grupal, pero elas teñan unha vida normalizada, van aos seus recursos normalizados na súa zona e nós prestámoslles servizos de maneira complementaria".

CAMBIO TOTAL. El estado de alarma "cambiounos totalmente o método". Desde entonces la comunicación diaria es a través de llamadas telefónicas y videollamadas por Zoom y Duo. "Elaboramos material que visualizan diariamente e nos dan reporte diario e tamén temos contacto telefónico co servizo de orientación ás familias".

A nivel emocional, recuerda Villaverde, "o momento inicial de confinamento total foi duro para todos, que tivemos que adaptarnos a novas formas de traballar" y rompió las rutinas. "As familias transmítenos que ás veces é difícil que sigan o ritmo diario por non estar nun escenario como a escola ou a asociación, onde tiñan un hábito diferente. Aquí un pai ou unha nai teñen que dar as indicacións para facer tarefas".

Desde el inicio de la desescalada la situación mejoró, pero continúa siendo difícil para los usuarios que sufren la brecha digital, sobre todo en el grupo de envejecimiento. "Chamámolos para motivalos e que sigan facendo cousas na casa. Si que é verdade que vemos dificultade nalgunhas familias para adaptarse ás novas tecnoloxías, pero pasounos a todos".

Asimismo, 19 usuarios forman parte del programa de empleo con apoyo, y tres de ellos ya se incorporaron a sus puestos después de haber estado de baja o en ERTE y están recibiendo "os apoios puntuais que precisan por parte da prepar​adora laboral" con las correspondientes medidas de seguridad y el OK de las empresas.

"Lo llevo bien, pero echo de menos continuar preparando la oposición"

Miguel Pérez Fernández tiene 28 años y desde bien pequeño forma parte de la gran familia de Xuntos, donde recibió un apoyo constante que acompañó su etapa educativa en centros educativos convencionales. Casi tres meses después del estado de alarma, no tiene tiempo para aburrirse en el domicilio que comparte con sus padres. "Lo llevo bien, haciendo muchas actividades, como por ejemplo recibiendo clases de piano por videoconferencia, pilates, leyendo y escribiendo".

Asegura que, al contrario que otros usuarios de Xuntos, no tiene problemas con las nuevas tecnologías, pero sí echa de menos volver a la asociación para continuar preparando las oposiciones para ordenanza de la Xunta o, hablando en propiedad, "ayudante de gestión y servicios comunes. Dicen que las convocarán para el próximo año".

El estado de alarma también le ha enviado al ERTE en sus dos trabajos como ayudante del fisioterapeuta del Teucro y como auxiliar naturópata en la Clínica Torrado, pero "lo peor de esta situación es estar entre cuatro paredes, aunque ahora ya estoy empezando a salir con amigos y compañeros, a tomar algo. Al final del túnel se ve la luz".

De toda esta situación quiere destacar algo bueno, "la positividad. Hay que ser positivos en esta vida", aunque también "realistas". "Ahora la forma de ver la nueva normalidad es con la mascarilla puesta", una obligatoriedad de la que Miguel no se olvida

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