La huelga indefinida convocada por la Plataforma de Defensa del Sector Transporte subió este martes un grado de intensidad y las consecuencias no se han hecho esperar. Multitud de empresas de la comarca fueron incapaces de mover este martes mercancía y varias fábricas se vieron abocadas a modificar o inclusos suspender su actividad de producción por la falta de materia prima.
La protesta, convocada por autónomos y respaldada por pymes, se extendió este martes a otras firmas del transporte que se habían mantenido al margen durante el primer día del parón. Algunas movidas por las reclamaciones que defiende la plataforma y muchas a marchas forzadas, a causa de las "amenazas" y de las acciones de los piquetes informativos que se encuentran activos en todo el territorio estatal.
En el polígono de O Campiño fueron retenidos más de 30 vehículos y, según denunciaron afectados, se registraron algunos altercados. Uno de los camiones cisterna que estaban estacionados en la zona industrial sufrió cortes en las doce ruedas, algún transportista fue recibido con petardos y otros fueron increpados cuando pretendían desarrollar su actividad.
Harinas Reyes, la única harinera de Galicia, fue de las plantas que acusó en primera línea los efectos de la huelga. La compañía decidió a primera hora paralizar la producción, que habitualmente ronda las 400 toneladas al día. En gran parte por el bloqueo del transporte, ya que la mayoría de los 50 camiones que suelen introducir trigo y transportar el producto final no pudieron circular. Pero también porque, según subrayó el gerente, Manuel Brandariz, la empresa no quiere "entrar en conflicto" con los transportistas, con los que aseguró haber dialogado "con total cordialidad".
El sector de la paquetería reduce su actividad por el bloqueo de las rutas
El cese de actividad se mantendrá "lo que dure la huelga" y probablemente implicará la adopción de alguna medida en la plantilla, formada por 70 trabajadores. Brandariz confía en que la situación "se solucione pronto", pero ahora mismo supone "un desastre" que se suma a los efectos del tarifazo eléctrico o la guerra iniciada por Rusia. Harinas Reyes pudo esquivar la crisis de los cereales, "porque no comprábamos mercancía a Ucrania", pero no así la tormenta de precios. La tonelada de trigo que se cotizaba a 300 euros hace dos semanas, ahora vale 450.
Fuentes sindicales advirtieron de que el ejemplo de esta fábrica podría tener continuidad estos días con otras plantas del sector alimentario e industrial, donde el stock puede ser insuficiente para mantener los niveles de producción. "Muchos adelantaron al sábado los envíos y la recepción de mercancía, pero casi todos están con problemas y la mayoría están preocupados porque no saben lo que va a ocurrir. Hay mucha inquietud en la patronal", añadieron a preguntas de este medio.
PUERTOS. En los puertos de Marín y Vilagarcía el paro de las cooperativas del transporte que suelen trabajar en las radas impidió el movimiento de mercancía y a nivel de pesca. El sector del fresco es el que se ha visto más perjudicado al no poder dar salida a sus productos al día. Este hecho condiciona la actividad de las lonjas, donde se prevé que se desplomen los precios por el bajo volumen de ventas.
Las empresas de paquetería también han empezado a acusar los efectos del paro. De hecho, algunas dejaron este martes de funcionar por el bloqueo de los "ruteros" que trasladan la mercancía de las plataformas logísticas a las centrales de distribución, mientras otras tuvieron que salir con su propia flota para repartir lo que tenían en el almacén. Las afectadas aseguran que esto puede suponer "una pérdida de clientes", que se ve agravada por la crisis de los carburantes. "La gasolina se ha disparado, pero la mayoría mantenemos las tarifas", indicó una de ellas.
