Un hurto para conseguir dinero para droga, el delito más habitual

Pontevedra registra una media de dos robos al día en lo que va de otoño y el botín suele ser empleado para pagar dosis de coca o de caballo
La Policía mantiene estrecha vigilancia en Benito Corbal, donde los hurtos son frecuentes. J. CERVERA-MERCADILLO
photo_camera La Policía mantiene estrecha vigilancia en Benito Corbal, donde los hurtos son frecuentes. J. CERVERA-MERCADILLO

Teléfonos móviles en el interior de locales de ocio nocturno, monedas en establecimientos de hostelería y cualquier objeto susceptible de ser intercambiado por una dosis de droga en el poblado de O Vao. Esos son los artículos estrella para el ladrón tipo de Pontevedra, una persona adicta a las sustancias estupefacientes que tiene que recurrir al hurto para hacer frente al alto coste de la coca o el caballo. La Comisaría Provincial recibe unas dos denuncias al día por delitos contra el patrimonio (dejando de lado las estafas a través de Internet, que, como es bien sabido, no han parado de crecer en los últimos tiempos). Además de las citadas, no son infrecuentes las que dan cuenta de hurtos de ropa y de bisutería en Zara, Mango y el resto de tiendas de la milla de oro del comercio pontevedrés. En este caso, el perfil del autor es distinto: personas cuyo aspecto puede confundirse con el de cualquier cliente que deciden llevarse los artículos sin pasar por caja.

Las estadísticas no son, en cualquier caso, alarmantes. La buena labor disuasoria de la Policía Nacional en coordinación con la Policía Local ha hecho que las cifras sean incluso algo inferiores a las de 2018, tomando como referencia los dos primeros meses de otoño. Si este año se han registrado unos 100 hechos delictivos de estas características en la Boa Vila, en el mismo período del año anterior alcanzaban los 120.

En cuanto a los autores de esta clase de hechos, existen varios perfiles. Además del ya citado adicto a las sustancias estupefacientes que necesita cash con rapidez para superar su abstinencia, existen grupos de jóvenes de entre 18 y 25 años (en algún caso con menores entre ellos) que se dedican a estos delitos. Sobre su procedencia, no solo son pontevedreses, que los hay, sino también extranjeros, originarios del Magreb o del Este de Europa.

Para evitar ser objeto de estos robos, la Policía recomienda a los ciudadanos extremar las precauciones cuando se hallen en espacios de ocio en los que se reúnan muchas personas (no dejar bolsos ni cazadoras lejos de la propia vista). Por otra parte, se hace necesaria una política más eficaz en materia de drogodependencia que sirva para reducir el número de consumidores y, consecuentemente, el de hurtos.

La labor investigadora de la Comisaría da frutos en más de un 50 por ciento de los hechos, aunque la detención pocas veces conlleva la recuperación del dinero ni de los objetos sustraídos.

Si la víctima se revuelve el asaltante la intimida

La Comisaría Provincial de Pontevedra ha recibido cinco denuncias por robos con violencia e intimidación cometidos en la ciudad y en su entorno en los dos primeros meses del otoño. La mayor parte de ellos se produjeron después de que un ladrón intentase hacerse con las pertenencias de una persona mediante el procedimiento del tirón (lo que, casi siempre, acaba con la víctima lesionada y en el suelo). También se ha dado el caso de que el ciudadano caza in fraganti al caco e intenta frenarle, lo que desemboca en un forcejeo en el que puede resultar herido ante la insistencia de un ladrón que, normalmente, está ávido de una dosis de droga. Muchas de las posteriores detenciones se realizan, de hecho, en los trayectos que conducen a O Vao.

DENUNCIAS FALSAS. Un aspecto que preocupa a la Policía es la proliferación de denuncias de falsos robos con violencia. La clave reside en que las compañías aseguradoras se hacen cargo de estos hechos cuando se cometieron a través de la agresión o la intimidación, y algunos propietarios recurren al engaño para cobrar.

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